El principal reto del presidente de Estados Unidos en su gira de esta semana por Medio Oriente será convencer a los árabes de que está interesado en la paz, más que en expandir su poder en la región.
El presidente George W. Bush afrontará un sentimiento antiestadounidense sin precedentes en el mundo árabe. Va a ser una tarea muy difícil ganar el corazón y la mente del pueblo árabe después de la guerra contra Iraq, advirtió el politólogo Mohammed Kamal, de la Universidad de El Cairo.
Bush participará de dos cumbres esta semana en su primer viaje a Medio Oriente desde que asumió la presidencia, en enero de 2001.
Este martes se reunirá con el primer ministro palestino Mahmoud Abbas (conocido como Abú Mazen) y otros líderes árabes en el balneario egipcio de Sharm El Sheikh, y al día siguiente se entrevistará con Abú Mazen y con el primer ministro israelí Ariel Sharon en Jordania.
Para tener éxito, el mandatario estadounidense tiene que convencer a todas las partes de que Washington está interesado en la aplicación de la llamada hoja de ruta para la paz en la región, pero sin ningún favoritismo por Israel, señaló Kamal.
No digo que Estados Unidos tenga que cambiar su relación con Israel, sino que debe ser neutral en el proceso de aplicación de la hoja de ruta, sostuvo.
La hoja de ruta es un plan de paz para Israel y Palestina elaborado por el llamado Cuarteto, instancia de mediación internacional integrada por la Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia.
Esto será muy difícil, pues muchos funcionarios de la administración de Bush son proisraelíes y están en contra de cualquier tipo de presión a Israel, añadió el politólogo.
Pero Bush está seguro de que tendrá éxito. Entiendo que va a ser duro y difícil, pero creo que podemos manejarlo. Todos tienen que saber que cuando digo algo, es así, señaló el presidente en una entrevista para la televisión estatal egipicia.
El presidente buscará obtener apoyo para la puesta en práctica de la hoja de ruta, que propone un cese del fuego en los territorios palestinos ocupados por Israel, el congelamiento de la construcción de asentamientos judíos y el repliegue de las tropas israelíes de Cisjordania y Gaza.
El plan también prevé la creación de un Estado palestino independiente para 2003.
Vengo con la paz en mente, con el deseo de lograr la paz entre palestinos e israelíes. Nuestras intenciones son serias, dijo Bush en la entrevista.
Muchos coinciden en que la aplicación de la hoja de ruta, que podría poner fin a casi 32 meses de violencia entre israelíes y palestinos, será una verdadera prueba para la capacidad mediadora del presidente de Estados Unidos.
El principal desafío de Bush es demostrar a los árabes, disgustados por la invasión estadounidense a Iraq, que en verdad está interesado en la paz de Medio Oriente, señalaron analistas.
Lo odiamos y no confiamos en él. ¿En verdad cree que podrá hacernos olvidar a los niños asesinados por sus bombas en Iraq?, se preguntó el guardia de seguridad egipcio Hani Shaqif.
La campaña mundial antiterrorista de Washington estimuló un generalizado sentimiento antiestadounidenses entre los musulmanes de todo el mundo, muchos de los cuales ven en la hoja de ruta sólo un esfuerzo de Bush para mejorar su imagen.
Algunos analistas creen que Bush tendrá que esforzarse más para hacer que los israelíes pongan en práctica a el plan, pese a que el gobierno de Sharon anunció haberlo aceptado.
No hay razón para hablar de obstáculos entre los líderes árabes y Bush, pues la mayoría de los que van a participar de la cumbre ya aceptaron la hoja de ruta. Bush tendrá obstáculos para convencer a la parte israelí, dijo el politólogo Emad Gad, del Centro Al Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos de Egipto.
Israel insiste en que los refugiados palestinos deben renunciar a su pretensión de regresar a su tierra, y quiere que el gobierno del presidente palestino Yasser Arafat desarme al Movimiento de Resistencia Islámico (Hamas) y a otros grupos radicales.
Varios medios de prensa árabes señalan que el plan del Cuarteto garantiza la seguridad de Israel y hace que los palestinos se rindan en su resistencia a la ocupación.
Si se le garantiza la seguridad a Israel y los grupos activistas son desarmados, ¿con qué carta se quedarán los palestinos en la puja para defender sus intereses?, preguntó el analista Kareem Kamel, en un artículo para la publicación en Internet IslamOnline.net.
Otros consideran que la hoja de ruta es una oportunidad ideal para que ambas partes pongan fin a la violencia.
Los palestinos e israelíes ven algo salvador en la persona de Bush. Tienen ahora una oportunidad de oro para terminar un ciclo de violencia y librarse del fracaso y de la vergüenza pública, dijo el periodista jordano Ahmad Majdoubeh, columnista de The Jordan Times. (