La Organización Internacional del Trabajo (OIT) rebatió ideas preconcebidas sobre el origen de la pobreza y enfatizó que los pobres no son responsables del fenómeno, que afecta prácticamente a la mitad de la población mundial.
La pobreza es resultado de fallos estructurales y de sistemas económicos y sociales ineficaces, sostuvo el director general de la OIT, Juan Somavía, en una memoria que presentará este lunes a la Conferencia Internacional del Trabajo, que sesiona en Ginebra.
El documento ofrece un cuadro de la gravedad que ha alcanzado la pobreza en el mundo, donde 3.000 millones de personas viven con menos de dos dólares por día, y unos 1.000 millones lo hacen con un dólar diario o menos.
No se podrá lograr que la proporción de la población mundial que vive con menos de un dólar por día sea en 2015 la mitad que en 1990, según se planteó hace tres años en las llamadas Metas de Desarrollo del Milenio por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), previnieron los autores del informe.
La causa de ese fracaso será una interacción perversa de varios factores, entre ellos las pautas injustas de distribución nacional e internacional de los ingresos, explicó Somavía.
Otras barreras son problemas de gobernanza, desde el nivel local hasta el mundial, y un modelo de globalización que ha sido incapaz de contener el crecimiento del desempleo y de la economía informal, resumió.
Por ejemplo, la mayoría de los países menos adelantados dependen en gran medida de la exportación de productos básicos no petroleros, cuyos precios en 2001 fueron, en promedio, la mitad que 20 años atrás, señaló el director general.
Imaginemos los recursos que tendrían a su alcance esos países, de haberse aplicado una política adecuada para mantener estables los precios de los productos básicos, propuso.
El panorama mundial de la pobreza se conforma con datos oficiales sobre el desempleo, que registran 180 millones de personas afectadas, una cantidad sin precedentes que continúa en ascenso.
A esa cifra se suman alrededor de 1.000 millones de personas subempleadas, que trabajan sin usar al máximo su creatividad o su potencial de producción.
Por otro lado, cada año se incorporan 50 millones de personas a la fuerza de trabajo mundial, un número superior al de trabajadores que se retiran. Y 97 por ciento de ese aumento se registra en los países en desarrollo.
Unos 1.000 millones de jóvenes, que hoy tienen de 5 a 15 años de edad, se sumarán en los próximos 10 años a la población en edad de trabajar, pero la economía mundial no está organizada para aprovechar en forma adecuada ese potencial
En el plano de la distribución, la brecha de ingresos entre los más ricos y los más pobres sigue en aumento. La relación entre unos y otros era 30 a uno en 1960, y llegó a ser 74 a uno en 1999.
Una característica saliente es que ningun país es inmune a la pobreza. A mediados de los años 90, un promedio de más de 10 por ciento de la población de20 naciones industrializadas vivía en la pobreza, indicaron los investigadores de la OIT.
Los pobres tienen una enorme reserva de coraje, ingenio, perseverancia y solidaridad, y son esos instrumentos los que les permiten vivir cada día con menos del equivalente a dos dólares, observó Somavía.
Los trabajadores pobres son los verdaderos emprendedores, y ese potencial debería ser aprovechado, con una estrategia alternativa a las que orientan la lucha contra la pobreza de arriba hacia abajo, opinó.
El mantenimiento de la pobreza es una lacra moral de nuestro tiempo, y el hecho de que siga aceptándose denota una pérdida de valores humanos fundamentales, previno el director de la organización tripartita, integrada por gobiernos, empresarios y obreros.
La conclusión del informe de la OIT sostiene, precisamente, que debe haber un firme compromiso tripartito para acabar con la pobreza mediante el trabajo.
Ese mecanismo, que involucra a Estado, capitalistas y asalariados, es el instrumento de desarrollo más importante que pueden utilizar los países para garantizar el control nacional de las estrategias de reducción de la pobreza, puntualizó.
Somavía dijo que el cometido de la OIT en la erradicación de la pobreza es promover políticas públicas, derechos, instituciones sociales y soluciones de mercado que permitan a todos ganarse decorosamente la vida, satisfacer las necesidades familiares y superar la pobreza mediante el trabajo.