El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue elegido este miércoles para recibir el Premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional, en la septentrional ciudad española de Oviedo, y ese fallo recibió de inmediato amplio apoyo dentro y fuera de España.
La Comisión Europea, el Foro Económico Mundial (FEM), sindicatos, políticos, empresarios y organizaciones no gubernamentales (ONG) destacaron la justeza del galardón, por la personalidad de Lula y su firme compromiso en la lucha contra la pobreza, en su país y en otros del mundo en desarrollo.
El premio es concedido por la fundación que lleva el título del príncipe Felipe, heredero del trono de España, quien se lo entregará personalmente a fines de octubre, en un acto público en Oviedo.
El presidente brasileño recibirá 50.000 euros (casi 59.000 dólares), una escultura realizada a partir del modelo creado y donado expresamente por el artista español Joan Miró, un diploma y una insignia.
El jurado destacó que Lula, elegido entre 13 candidatos, "es titular de un admirable pasado de lucha por la justicia, impulsor de unas actitudes políticas llenas de buen sentido y símbolo de la esperanza".
Por ello, quiso reconocer "una trayectoria política y personal en defensa de los trabajadores y en la lucha contra la pobreza, la desigualdad y la corrupción, que tanto han hecho sufrir a los desheredados de su país y del mundo en general", así como la "voluntad de establecer puentes de cooperación entre los países del Cono Sur y entre América y Europa", indicó.
Esa voluntad se expresó en la propuesta de "un Foro Internacional de lucha contra el hambre", según se destacó en el fallo.
El premiado, "en su propósito de 'hacer política con el corazón', -ejercer la política como ética, atendiendo al bienestar de un pueblo-, ha llevado la esperanza a un continente cuyo desarrollo es decisivo para el resto de la humanidad", dijo el presidente del jurado, Leopoldo Calvo Sotelo, ex presidente del gobierno español.
"Su compromiso con los más necesitados lo ha convertido en referencia moral mundial", añadió.
En el jurado participaron personalidades de diversas ideologías, entre ellas el ex primer ministro de Portugal Francisco Pinto Balsemao y los españoles Enrique Barón, diputado socialista, Antonio Garrigues Walker, jurista y dirigente de fundaciones, Carlos Robles Piquer, diputado del gobernante Partido Popular, y Emilio Cassinello, diplomático.
Fueron finalistas, junto con Lula, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, y la organización no gubernamental humanitaria Amnistía Internacional.
La candidatura del presidente de Brasil fue presentada por el rector de la Universidad de Oviedo, Juan Vázquez, y contó con respaldo de las universidades españolas Internacional Menéndez Pelayo, Complutense de Madrid y Politécnica de Madrid, y de una treintena de universidades de otros países.
También recibió apoyo de anteriores ganadores del galardón, entre ellos el fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, premio de las Artes 1998, y el economista hispano-uruguayo Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo y premio de Cooperación 1982.
También apoyaron que se premiara a Lula el presidente del Banco Santander Central Hispano, Emilio Botín, y el dirigente sindical Cándido Méndez, secretario general de la española Unión General de Trabajadores y presidente de la Confederación Europea de Sindicatos.
La ONG Manos Unidas, próxima a la Iglesia Católica, emitió un comunicado en el que "se congratula porque Lula es, sin duda, un claro exponente de esos millones de seres humanos que han adquirido un compromiso con los más pobres de la Tierra y que dedican a ese compromiso su esfuerzo diario".
Manos Unidas, que lleva 43 años en su labor humanitaria, piensa que este galardón "hace más factible la creencia de que 'Otro mundo es posible' por la que tantas personas luchan diariamente", en alusión al lema del Foro Social Mundial.
La Federación de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación de España afirmó en un comunicado que el premio "supone un respaldo significativo a la política económica y social" impulsada por Lula, que entre otras cosas ha logrado "dar confianza a los inversores extranjeros".
José María Figueres, ex presidente de Costa Rica y presidente del FEM, y Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea, fueron los primeros en manifestar su apoyo al premiado.
El FEM reúne cada año a gobernantes, grandes empresarios y expertos en finanzas, generalmente en la sudoriental ciudad suiza de Davos.
Figueres aseguró que en esa organización se recibió "con gran complacencia y alegría este merecido reconocimiento", porque se ve en Lula a "un líder que retoma la agenda del desarrollo con verdadero sentido de la equidad, que tanto necesita nuestro mundo".
Prodi expresó que "La Comisión Europea se felicita por la concesión al presidente Lula del premio, y apoya sus esfuerzos para unir la ética y la política con el fin de dar soluciones al problema del desarrollo en el subcontinente" sudamericano.
Lula nació en una familia pobre y numerosa, de padres analfabetos. Comenzó a trabajar de niño, como limpiabotas entre otras tareas. Años después aprendió a ser tornero y comenzó a desempeñarse como obrero metalúrgico.
En 1969 accedió a la dirección del sindicato de ese sector laboral, y en 1975 asumió su presidencia. En 1980 fue uno de los fundadores del izquierdista Partido de los Trabajadores y lideró una huelga de 180.000 metalúrgicos durante 41 días. Todos esos hechos ocurrieron durante la dictadura militar brasileña de 1964-1985.
Tras la huelga, Lula fue arrestado bajo cargos de violar la ley de seguridad nacional y se le privó de su cargo sindical.
Desde 1989, fue cuatro veces candidato a la presidencia, hasta triunfar el 27 de octubre de 2002, en segunda vuelta y con apoyo de más de 53 millones de votos.
En 1999 había encabezado la "Marcha de los Cien Mil", organizada por partidos de izquierda y 80 organizaciones populares en Brasilia.
Otros mandatarios latinoamericanos han recibido el Premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional, entre ellos el argentino Raúl Alfonsín (1983-1989), el brasileño Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) y el costarricense Oscar Arias (1986-1990).
En 2002, ese galardón fue otorgado al Comité Científico para la Investigación de la Antártida.
Los otros premios Príncipe de Asturias asignados fueron el de Artes a Miquel Barceló, el de Comunicación y Humanidades a Ryszard Kapuscinki y Gustavo Gutiérrez Merino, el de Letras a Fátima Mernissi y Susan Sontag, el de Ciencias Sociales a Jürgen Habermas, el de Ciencia y Técnica a Jane Goodall y el de Deportes a la Vuelta de Francia.