Ciudadanos estadounidenses ya donaron un millón de dólares al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas originales en inglés), en el marco de una campaña que busca contrarrestar la anulación por parte de Washington de un aporte de 34 millones de dólares a esa agencia.
Ese aporte fue suprimido en julio de 2002 por el Poder Ejecutivo de Estados Unidos, tras su aprobación por el Legislativo, con el argumento de que el UNFPA apoyaba la realización de abortos forzosos en China, rechazado con vehemencia por ese organismo.
La campaña llamada 34 Millones de Amigos del UNFPA, es impulsada básicamente mediante mensajes de correo electrónico y contacto directo entre personas, y hasta ahora se ha concentrado casi exclusivamente en la apelación a donantes estadounidenses, que han aportado de uno a 25.000 dólares.
El hecho de que la campaña haya logrado reunir un millón de dólares muestra que sus posibilidades son infinitas, pero está por verse que pueda alcanzarse la meta de 34 millones, comentó Omar Gharzeddine, funcionario del UNFPA.
El millón de dólares fue reunido por más de 100.000 donantes, de los cuales sólo 100 residían fuera de Estados Unidos, indicó.
Esta semana se lanzará en Bruselas la campaña Amigos del UNFPA, que también busca reunir fondos para la agencia.
La confianza y apoyo expresados por ciudadanos comunes de Estados Unidos a las causas que el UNFPA defiende es tan importante como la cantidad de dinero reunida, opinó Gharzeddine.
La influencia de grupos religiosos conservadores en el gobierno del presidente estadounidense George W. Bush se hizo sentir en el corte de aportes al UNFPA.
Esa decisión se tomó pese a que una misión enviada el año pasado a China por el Departamento de Estado (Ministerio de Relaciones Exteriores) informó que no había hallado evidencia de que esa agencia apoyara abortos o esterilizaciones forzosas, y que, por el contrario, el UNFPA expresó su fuerte oposición a esas prácticas en China.
Me complace mucho el éxito de la campaña ciudadana para llenar el vergonzoso vacío que dejó el gobierno de Bush, comentó Werner Fornos, presidente del no gubernamental Instituto de la Población, con sede en Washington.
El logro de un millón de dólares en forma tan temprana es una fuerte evidencia de que el presidente Bush no expresaba en absoluto la voluntad del pueblo estadounidense cuando decidió anular el aporte al UNFPA, opinó.
Aquella decisión reveló con claridad que la Casa Blanca usa la oposición al aborto para ocultar su más insidiosa oposición a toda forma de planificación familiar, adujo Fornos.
El UNFPA asegura que todas las donaciones recibidas se canalizan en forma directa hacia sus principales programas, que buscan asegurar acceso universal a información y servicios en materia de salud reproductiva, con actividades en más de 140 países, casi todos en desarrollo.
La agencia calcula que 34 millones de dólares pueden servir para evitar en un año dos millones de embarazos indeseados, casi 800.000 abortos y 4.700 muertes de madres.
La campaña 34 Millones de Amigos fue lanzada en forma simultánea e independiente por dos mujeres estadounidenses, Jane Roberts, maestra retirada de 61 años, y Lois Abraham, abogada de 68 años, quienes no se conocían.
Ambas reaccionaron con indignación cuando el gobierno anuló el aporte al UNFPA aprobado por el Congreso, y comenzaron a enviar mensajes de correo electrónico a sus amistades, pidiéndoles que aportaran un dólar por cabeza a esa agencia y difundieran la iniciativa.
Esta pequeña campaña es una posibilidad de cambiar un poquito el mundo, según Roberts.
Aunque nuestro gobierno haya decidido no participar en el trabajo del UNFPA, nosotros, la gente, participamos, y eso es un maravilloso mensaje al mundo, comentó.
La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de 1994, organizada en El Cairo por el foro mundial, aprobó un masivo programa de asistencia a los países en desarrollo en materia de planificación familiar y salud reproductiva.
En 1993, el año anterior a esa conferencia, el apoyo financiero de la comunidad internacional a esas tareas era unos 1.300 millones de dólares anuales, y en 2000 llegó a 2.600 millones.
Pero esa tendencia parece haberse revertido, y los datos preliminares para 2001 indican una asistencia de 2.300 millones de dólares, o sea 40 por ciento de los 5.700 millones acordados en El Cairo, según un informe divulgado en enero por la Comisión de las Naciones Unidas sobre Población y Desarrollo.