Todavía falta mucho para una verdadera libertad de prensa en Malasia, donde el periodismo está dominado por fuertes controles e influencias políticas, coincidieron organizaciones de periodistas nacionales e internacionales.
Las organizaciones condenaron las numerosas leyes malasias que limitan la actividad de los periodistas, y en especial el procesamiento la semana pasada al director de una revista que publicó un artículo crítico hacia el gobierno.
Pero las críticas tienen poco impacto en las autoridades de Kuala Lumpur, que en los últimos días reaccionaron a llamados de grupos de periodistas del sudeste asiático para que la prensa malasia tenga más libertad.
Los indonesios y filipinos no tienen ni para comer. ¿Quiénes son ellos para darnos lecciones sobre libertad de prensa? Nosotros somos más calificados porque tenemos el estómago lleno, declaró el viceministro de Información, Zainuddin Maidin.
Maidin, al hablar ante un foro organizado por la Unión Nacional de Periodistas, sostuvo que Malasia debe seguir su propio concepto de libertad de prensa.
Nosotros tenemos que defender nuestros propios conceptos y valores de libertad de prensa. Está demostrado que tenemos la habilidad para ser estables, para suprimir el extremismo mediante una libertad de prensa guiada, afirmó.
El último recordatorio de los límites que tienen los medios en Malasia fue el procesamiento el pasado viernes de Zulkifi Sulong, director de la revista Harakah, publicada por el opositor partido islámico Parti Islam SeMalasya.
Sulong fue condenado por publicar un artículo sobre el juicio al ex viceprimer ministro Anwar Ibrahim, quien fue enviado a prisión acusado de corrupción y sodomía, cargos que sus partidarios consideran parte de un complot político.
El procesamiento de Sulong dejó en claro por qué el país está en el puesto 110 (debajo de Indonesia, Tailandia y Filipinas) en el último índice de libertad de prensa elaborado por la organización internacional Reporteros Sin Fronteras.
Indonesia se ubicó en el lugar 57, Tailandia en el 65 y Filipinas en el 89. Brunei ocupó el puesto 111, y Singapur no apareció en la lista por falta de información.
El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), con sede en Nueva York, no ve señales de que pueda haber una mejoría en Malasia aun después de que abandone el poder en octubre el primer ministro Mahathir Mohamad.
Es muy probable que el sucesor que designó continúe con la coerción legal y las restricciones que han existido por 25 años, indicó el informe del CPJ, publicado en ocasión del Día Mundial de la Libertad de Prensa, celebrado el sábado pasado.
Por su parte, el viceministro Maidin atacó a los medios de prensa occidentales afirmando que ellos abandonaron los valores de libertad de prensa en la cobertura de la guerra en Iraq.
En las últimas semanas, muchos políticos malasios amenazaron con prohibir la distribución de la revista británica The Economist por sus supuestos ataques a Malasia.
La revista había analizado en un artículo titulado El cambio de guardia: un estudio sobre Malasia los cambios económicos y políticos durante el gobierno de Mahathir, así como las perspectivas del país cuando deje el poder.
Mientras, en otro foro organizado por el Instituto Asiático para el Desarrollo de la Comunicación, el editor del periódico malasio en inglés New Straits Times, Rehman Rashid, dijo que hay algunos periodistas que consideran las restricciones a su trabajo no sólo necesarias, sino vitales.
Rashid admitió que su periódico es partidario del gobierno, pero señaló que la diversidad en los medios de comunicación es importante para que el público tenga más opciones.
Antes de la libertad de prensa, tendríamos que asegurar la libertad de información, añadió.
Para el editor del periódico Star, Bunn Negara, la libertad de prensa depende de cómo la percibe cada sociedad. Antes de hablar sobre libertad de prensa, hay que contestar varias preguntas como para qué se necesita, a quiénes sirve y cuál es su propósito, dijo.
Star es el diario en inglés más importante de Malasia. Es propiedad de la Asociación Malasia China, un partido de la minoritaria etnia china que forma parte de la coalición gobernante liderada por la Organización de Nacionalistas Malayos, de Mahathir.
Steven Gan, editor del periódico independiente en Internet Malaysiakini, señaló que hay más de 30 leyes en Malasia que limitan su libertad de acción.
Entre tanto, el CPJ observó que el ambiente periodístico malasio está dominado por fuertes controles y la persuasiva influencia política, y citó como ejemplo la suspensión del tabloide en malayo Perdana y del diario en chino Oriental Daily News.
El informe del CPJ también rechazó el proyecto para crear un Instituto Malasio de la Prensa, pues no tiene el objetivo de luchar contra la restrictiva Ley de Prensa aprobada en 1984, sino ser un organismo gubernamental que tenga potestades adicionales para controlar a los medios.