La pobreza y la marginación es lo que lleva a muchos jóvenes de Marruecos a integrar las filas de grupos radicales como el que organizó los últimos ataques suicidas en Casablanca, según analistas.
Los ataques terroristas en Marruecos no fueron actos aislados ni efímeros, sino el resultado de una sombría situación económica y social, dijo a IPS el presidente del Sindicato Marroquí de Escritores, Hassan Najmi.
Catorce atacantes suicidas hicieron estallar bombas en forma casi simultánea el viernes, en cinco sitios diferentes de Casablanca muy frecuentados por ciudadanos occidentales. Al menos 42 personas murieron y otras 100 resultaron heridas, informó el Ministerio del Interior.
La opinión pública marroquí, conmovida por los devastadores ataques, intenta comprender las causas.
Miremos a los grandes cinturones de pobreza, analfabetismo e ignorancia en todo Marruecos y encontraremos la respuesta, dijo Najmi, miembro de la Unión Socialista de Fuerzas Populares.
Los indicadores económicos y sociales ubican a Marruecos por debajo de sus vecinos Argelia y Túnez. El desempleo afecta a más de 20 por ciento de la población económicamente activa, más de 17 por ciento de los 30 millones de marroquíes viven con menos de un dólar por día y más de 60 por ciento no saben leer ni escribir.
Marruecos debe prepararse para más atentados si no se hace nada para mejorar la situación de la población. Los terroristas seguirán aprovechando la pobreza y la ignorancia para atraer jóvenes a su cultura de odio y oscurantismo, afirmó Najmi.
Los objetivos de los ataques del viernes fueron un restaurante español, la sede de una asociación judía, un cementerio israelita y un hotel en el centro de Casablanca, capital financiera del país. Entre las víctimas había ciudadanos de España, Francia e Italia.
Ningún grupo se responsabilizó por los atentados, pero todas las pistas apuntan a la organización radical islámica Attarik Al Moustakim (El Sendero Correcto), que tendría estrechos vínculos con la red extremista Al Qaeda, del líder saudí Osama bin Laden.
Los 14 hombres que realizaron los ataques eran marroquíes, aseguró el ministro del Interior, El Mustapha Sahel. Sólo uno de ellos sobrevivió, y está detenido.
Sahel dijo que hay muchas similitudes con los ataques simultáneos del 12 de este mes en Riyad, Arabia Saudita, que dejaron 34 muertos y que Estados Unidos atribuyó a Al Qaeda.
Por su parte, el ministro de Justicia, Mohammed Bouzoubaa, dijo este lunes que los investigadores ya obtuvieron los nombres y datos personales de los jóvenes atacantes, gracias a la confesión del detenido.
Al menos 30 personas fueron detenidas el fin de semana en un vasto operativo lanzado por la policía.
El presidente del partido opositor Izquierda Socialista Unida, Mohamed Bensaid Ait Idder, acusó a las demás fuerzas políticas de no hacer esfuerzos para atraer a los jóvenes a la política y de dejar un vacío que ahora es llenado por los islamistas.
Setenta por ciento de los jóvenes marroquíes encuestados días atrás por el diario independiente Al Ahdat Al Maghribya dijeron no estar interesados en política ni en ninguno de los 22 partidos con representación en el parlamento.
La corrupción y las promesas incumplidas de los partidos fueron las principales razones citadas por los jóvenes para justificar su falta de interés.
El islámico moderado Partido Justicia y Desarrollo (PJD) tiene 42 de los 325 asientos del parlamento. Otros partidos islámicos, como Adl Wa Al Ihssane (Justicia y Caridad), son tolerados pero no reconocidos por el gobierno del rey Mohammed VI.
Tanto el PJD como el Adl Wa Al Ihssane condenaron los ataques suicidas en Casablanca.
Los grupos islámicos marroquies más radicales son El Sendero Correcto y Salafiya Jihadya, que predican la guerra santa contra los infieles.
En una ocasión, el líder de El Sendero Correcto, Abdelwahed Rafiki, calificó a Bin Laden de héroe.
El experto en grupos islámicos Mohamed Toza sostuvo que los estrechos vínculos de Marruecos con Estados Unidos e Israel lo hacen un objetivo obvio de atentados terroristas.
Este reino del norte de Africa, uno de los principales aliados de Washington en el mundo árabe y hogar de una importante comunidad judía, intentó en más de una oportunidad mediar entre israelíes y palestinos y ha sido sede de conversaciones privadas entre líderes de ambas partes.
Una cinta de audio divulgada en febrero y atribuida a Bin Laden incluyó a Marruecos entre los países árabes a punto de ser liberados.
Muchos marroquíes como Ahmed Haddi, un camarero en un café de Casablanca, creen que Estados Unidos está provocando este tipo de ataques con su política en Medio Oriente.
La política proisraelí de Washington y su ocupación de Afganistán e Iraq motivaron los atentados del viernes, afirmó.
Mientras, el estudiante universitario Mohamed Bentaleb sostuvo que Marruecos tiene que reconsiderar su cooperación con Estados Unidos para estar a salvo de los ataques terroristas.
Algún día la furia explotará. Los atentados del viernes sólo fueron el comienzo, señaló. (