La Comunidad Iberoamericana de Naciones avanza hacia su posible institucionalización a partir de noviembre, para lo cual trabaja un grupo de personalidades dirigido por el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso.
La XII conferencia de jefes de Estado de gobierno de América Latina, España y Portugal encomendó el 16 de noviembre en República Dominicana a Cardoso que estudiara la forma de lograr una mayor cohesión y presencia internacional de la comunidad iberoamericana, entre otras cosas.
Una de las primeras conclusiones a las que llegaron esas personalidades fue que para sacar provecho a las cumbres, tanto político como económico, cultural, educativo y de cooperación, se exige una secretaría general permanente de las mismas, señaló el portavoz del grupo, el diplomático español Julio Albi.
Esa secretaría deberá ser presidida por un iberoamericano de alto nivel y que a lo menos haya sido ministro, añadió Albi, al inaugurar el lunes en Madrid un foro organizado por la Escuela Diplomática para analizar el presente y el futuro de las cumbres iberoamericanas.
Estas reuniones tienen que derivar en la estructuración de un bloque esencialmente político, apuntó el embajador de Bolivia en España, Guillermo Bedregal.
Precisamente, la central ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra será sede el 14 y el 15 de noviembre del próximo encuentro de gobernantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Albi coincidió pues el intercambio político entre los mandatarios es el corazón de las cumbres, apuntó.
Por ello, Cardoso propuso que la agenda con los temas que tratarán los jefes de Estado y de gobierno se cierre a último momento, para ocuparse de los temas que la actualidad internacional pone sobre la mesa, agregó.
Sin embargo, antes de llegar a la institucionalización que se propone hay que superar la indefinición latinoamericana, ya que los países de la región todavía no asumen como propias a esas reuniones, advirtió el catedrático argentino Carlos Malamud.
Algunas naciones de América Latina ven estos encuentros anuales iberoamericanos como un producto español, parte de la política exterior de Madrid, y no como una realidad en la que los 21 países participantes lo hacen con igualdad de derechos y obligaciones, explicó a IPS Malamud.
Otro académico, Carlos Díaz Borrado, profesor de la Universidad de San Carlos, de España, sostuvo que la Comunidad Iberoamericana de Naciones (CIN) existe de hecho, pero no jurídicamente.
Díaz Borrado se pronunció a favor de que la CIN se constituya como un organismo internacional.
Pero la tarea no es fácil, puntualizó en el seminario madrileño otro colega español, Celestino del Arenal.
Para lograrlo primero se tienen que definir las relaciones entre la Unión Europea y América Latina, porque el atlantismo está ganando fuerza, ya que España, Portugal y algunos países latinoamericanos se alinean con Estados Unidos, apuntó.
A su vez, Ernesto Barnach recordó a IPS que en la primera Cumbre Iberoamericana, realizada en 1991 en la occidental ciudad mexicana de Guadalajara, los mandatarios se comprometieron a combatir la pobreza en sus países antes de que llegase el siglo XXI.
Una tarea en la que no se ha avanzado o se ha hecho poco y nada, aseguró Barnach, uno de los creadores de la llamada Plataforma 0,7, que impulsa el aporte de ese porcentaje del producto interno bruto de países industrializado para ayudar al mundo en desarrollo.
Una institucionalización de las cumbres iberoamericanas, con una secretaría permanente u otro tipo de organización, debería tener como uno de sus principales objetivos verificar el cumplimiento de los planes y acuerdos asumidos por los mandatarios, concluyó.
El grupo de tareas persidido por Cardoso ha distribuido labores entre sus miembros, encomendándoles un informe sobre aspectos parciales, que serán analizados en una reunión a celebrarse la primera semana de julio en Madrid.
La portuguesa Teresa Patricia Gouveia se ocupa de la cultura y el brasileño Carlos Moreira García de un proyecto para crear dos agencias calificadoras de riesgo financiero, que funcionarían una en América Latina y otra en Europa.
Por su parte, el chileno Heraldo Muñoz estudia el modo de implementar becas para cursos, cuyos diplomas sean reconocidos por todos los países iberoamericanos.
El argentino Félix Peña trabaja en una prospectiva de la Comunidad Iberoamericana, en especial el papel internacional que ésta debería cumplir, y el español Manuel Lorenzo se ocupa de estudiar los sistemas de cooperación y la armonización jurídica entre los países.
Por último, pero no menos importante, comentó Albi, los representantes de Brasil, Portugal y España elaboran un informe sobre la coordinación jurídica entre los países.
Uno de los temas sobre los que también el grupo deberá aconsejar a los gobernantes es acerca de las solicitudes efectuadas por varios países de incorporarse a la Cumbre Iberoamericana.
Entre otros, se cuenta Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Italia, Suriname y hasta Puerto Rico, estado libre asociado de Estados Unidos.
Al respecto, el vicedirector de la Confederación Iberoamericana de Fundaciones, Alvaro Durantez, opinó que la incorporación debe ser restringida y matizada.
Lo primero, porque no se debe aceptar a cualquier país sino que debe tener un vínculo especial, sobre todo lingüístico y cultural, y lo segundo, porque si no son hispano o lusohablantes deberían incorporarse como observadores o invitados, comentó.