Dirigentes de minorías étnicas de Gran Bretaña aplauden la designación al frente de Departamento de Desarrollo Internacional de la baronesa Valerie Anne Amos, primera mujer negra que accede al gabinete, pero ven con suspicacia su incondicional apoyo al gobierno de Tony Blair.
Amos sustituyó a Clare Short, quien se había opuesto a la invasión a Iraq y renunció como consecuencia de su oposición a la forma en que el gobierno de Blair procesa la administración del país árabe luego de la guerra.
Blair había nombrado a un negro como miembro del gabinete por primera vez en la historia británica en mayo de 2002. Se trata del secretario del Tesoro, Paul Boateng.
”Estoy encantado por la designación de la baronesa Amos y y le deseo la mejor suerte en su nueva función”, dijo el presidente de la gubernametnal Comisión para la Equidad Racial, Trevor Phillips.
”Las minorías étnicas continúan teniendo poca representación en muchos aspectos de la política británica. Espero que la designación de la primera mujer negra en el gabinete inspire a los jóvenes votantes negros y asiáticos, muchos de los cuales no sienten compromiso con la política británica”, agregó.
La presidenta de la Comisión de Equidad de Oportunidades, Julie Millor, sostuvo: ”El nombramiento de la primera mujer negra en el gabinete marca un día histórico. Espero que veamos luego de Valerie Amos a muchas más mujeres negras y de minorías étnicas en todos los niveles de la política.”
La baronesa Amos fue subsecretaria del Foreign Office (cancillería). Desde esa posición se encargó de las relaciones con Africa, el Caribe y los países de la Mancomuidad Británica de Naciones (Commonwealth), asociación de Gran Bretaña y sus antiguas colonias.
También representó al Foreign Office ante la Cámara de los Lores, la instancia parlamentaria más alta pero con menor poder real que la de los Comunes (cámara baja).
Ahora, Amos sucedió a Short al frente del Departamento de Desarrollo Internacional (DFID), cargo de rango ministerial cuya función es brindar asistencia a los países más pobres del mundo.
Antes, la actual secretaria de Estado había sido asesora del ex presidente de Sudáfrica, líder de la lucha contra la discriminación racial en ese país y premio Nobel de la Paz Nelson Mandela. Ese puesto le dio gran credibilidad entre los gobiernos africanos.
Pero también es percibida por los activistas como una adherente fervorosa a las controvertidas políticas internacionales del primer ministro Blair.
Su designación es acorde con la línea gubernamental de ubicar a Africa en el centro de la asistencia internacional al desarrollo británica.
Por otra parte, la baronesa Amos fue la encargada de visitar en nombre del gobierno de Blair a los tres países africanos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU —Angola, Camerún y Guinea— para convencerlos de apoyar la guerra contra Iraq que entonces planificaban Londres y Washington.
La actual ministra también fue la portavoz del gobierno en la fuerte línea contra la reforma agraria desarrollada en Zimbabwe por el presidente Robert Mugabe.
Amos nació hace 49 años en Guyana. Emigró a Gran Bretaña con su familia cuando tenía nueve años de edad. Es socióloga graduada de la Universidad de Warwick y obtuvo un doctorado en la Universidad de East Anglia.
Ha trabajado en asuntos relacionados con las minorías raciales y la equidad en varios organismos británicos. En 1989, fue designada jefa ejecutiva de la gubernamental Comisión de Equidad de Oportunidades. Su labor en cargos ejecutivos es valorada por organizaciones de derechos humanos.
Amos es soltera y pasó a integrar la Cámara de los Lores en 1997, para lo cual se le asignó el título de baronesa, al igual que le sucedió a la ex primera ministra Margareth Thatcher aunque desde las antípodas ideológicas.
”Estoy encantada de unirme al DFID, que tiene una gran reputación en todo el mundo por su trabajo por el desarrollo internacional”, anotó Amos en una declaración posterior a su designación.
El DFID obtuvo mayor relieve luego de la decisión gubernamental de elevar la asistencia oficial al desarrollo a 0,4 por ciento del producto interno bruto, lo cual eleva el presupuesto asignado a ese fin a 2.500 millones de dólares, el doble que en 1997. (
