La tensión social aumentó en Cuba con la agudización de los problemas económicos y la ofensiva del gobierno contra la corrupción, el narcotráfico y delitos menores, a tal punto que podría derivar en una nueva oleada de emigración.
Los signos más claros se manifestaron en los últimos 20 días con el secuestro de dos aviones y una lancha por parte de personas con antecedentes penales que pretendían salir del país a cualquier precio en busca de asilo en Estados Unidos.
A la par de esos actos surgió una ola de rumores sobre tensiones en diferentes puntos de La Habana y ataques a embajadas y carteles. Está pasando lo de siempre, se deja correr el rumor a ver si la gente acude en masa, dijo un policía a IPS.
El agente de seguridad se asombró cuando un periodista extranjero se le acercó el miércoles para preguntarle si un ómnibus había penetrado en la embajada de España en La Habana. Al otro día volvió a comentarse lo mismo, precisó.
La cosa no está fácil, fue la reacción de una vecina del barrio La Habana Vieja que hasta hace poco vivía de la venta de pasteles caseros.
Yo no tengo licencia para hacer pasteles por mi cuenta, así que dejé de hacerlos y ahora no se qué voy a hacer, se lamentó.
La ofensiva gubernamental contra las drogas, la corrupción y todo tipo de delitos e irregularidades implementada desde comienzos del año afectó también a no pocas personas y familias que viven de ejercer algún tipo de actividad privada no reconocida por la ley.
En las calles cubanas se puede encontrar consenso sobre la necesidad de acabar con las drogas, pero abunda el descontento por el ataque a algunas ilegalidades en sectores como el de la vivienda y el trabajo por cuenta propia.
Fuentes cercanas al gobierno confirmaron a IPS que un cartel colocado en una céntrica zona de La Habana amenazaba tomar represalias por las detenciones en los últimos meses de personas involucradas en el tráfico y consumo de estupefacientes.
El reconocimiento oficial de la difícil coyuntura que se está viviendo fue dado este viernes con la cancelación de la conferencia La Nación y la Emigración, que debía reunir en La Habana a unas 1.000 personas emigradas del país.
Una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba admite que entre las causas de la suspensión están las tensas relaciones con Estados Unidos y la compleja situación provocada por los violentos secuestros de aviones y embarcaciones cubanas.
Aunque estudios especializados sostienen que el potencial emigratorio cubano es alto, analistas locales estiman que un éxodo masivo hacia Estados Unidos puede ser evitado porque ninguno de los dos países estarían interesados en un nuevo incidente de este tipo.
En esta línea parece estar la decisión de las autoridades estadounidense de detener a los autores de los dos últimos secuestros de aviones.
Además y en un acto inusual, el jefe de la Oficina de Intereses de Washington en La Habana, James Cason, emitió una declaración para desestimular este tipo de acciones.
Cualquier individuo de cualquier nacionalidad, incluyendo los cubanos, que secuestre un avión o embarcación para dirigirse a los Estados Unidos será procesado con toda la fuerza del sistema legal norteamericano, afirma el texto publicado en la prensa estatal de Cuba.
El texto añade que, tras cumplir condenas probablemente largas y severas, estas personas serán declaradas de forma permanente como no elegible para la residencia permanente y legal en los Estados Unidos.
En tanto, el secuestro de una lancha de pasajeros tuvo este jueves un desenlace feliz para las autoridades cubanas, con el rescate de los rehenes y la detención de las personas que habían capturado la nave, el martes, con la intención de desviarla hacia Estados Unidos.
Como suele suceder en momentos de tensiones internas, las áreas de la bahía de La Habana y todo el muro de la avenida del malecón (paseo costero) permanecen vigiladas por personal de seguridad vestido de civil, pero identificable para la población de la isla.
Cuba vivió una situación similar en julio, cuando debió tomar medidas especiales para evitar el efecto que podría provocar el rumor de que vendrían lanchas de Estados Unidos a buscar personas deseosas de emigrar.
Antes, el 27 de febrero de 2002, fuerzas especiales cubanas debieron intervenir para sacar de la embajada de México en La Habana a 21 personas que habían ingresado por la fuerza y solicitaban viajar a ese país.
Los incidentes coincidieron con momentos de tensiones en las relaciones de Cuba con Estados Unidos y México.
La historia se repite ahora con la respuesta de La Habana al apoyo que brinda la representación de Washington en Cuba a la disidencia interna.
Más de 70 opositores fueron detenidos y están siendo procesados desde el jueves, luego de que un grupo de periodistas independientes acudiera a una reunión en la residencia de Cason, acusado por La Habana de fomentar la subversión en el país.
Al detonante social que siempre significa en Cuba una escalada de tensiones con Estados Unidos se suma ahora el impacto de la crisis económica, que recrudeció en 2002 y continúa profundizándose este año.
Fuentes especializadas indican que a fines del año pasado la población enfrentaba un alza de 24 por ciento de los precios de los alimentos en pesos cubanos, frente a una drástica disminución de sus ingresos.
Los precios de los productos que sólo se venden en dólares, algunos de ellos de primera necesidad, también se dispararon en 2002, con aumentos que oscilaron entre 20 y más de 100 por ciento.
Ni el turismo ni las remesas familiares muestran una recuperación importante desde la crisis provocada por los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos como para incidir en el nivel de vida, aseguró un economista consultado por IPS.
El especialista, que solicitó reserva sobre su identidad, precisó que esas son las dos principales vías de ingresos de divisa de la familia cubana. A ello, agregó, se le agrega una fuerte tendencia a la concentración de los ingresos en pocas manos. (
