La violencia religiosa amenaza con agravarse en la localidad de Ayodhya, en el norte de India, donde técnicos del gobierno iniciaron este miércoles excavaciones arqueológicas en el lugar donde una horda de fanáticos hindúes destruyeron hace 11 años una mezquita del siglo XVI.
La demolición en diciembre de 1992 de la mezquita Babri Masjid, en el septentrional estado de Uttar Pradesh, conmovió a la sociedad india y desencadenó una ola de violencia religiosa en los estados septentrionales que terminó con miles de muertos.
El ataque a la mezquita es comparado por muchos con la destrucción en 2001 de unas centenarias imágenes budistas en Bamiyán, Afganistán, por régimen islámico entonces a cargo del movimiento Talibán.
Los nacionalistas hindúes, reunidos en el Vishwa Hindu Parishad (Foro Mundial Hindú) y aliados clave del gobernatne Partido Bharatiya Janata (BJP), lanzaron una campaña para construir un templo al dios guerrero hindú Rama en ese sitio.
El Foro sostiene que allí había antes de 1528 un templo dedicado a Rama, destruido cuando invasores procedentes de Afganistán establecieron en el norte de India el Imperio Moghul e impusieron el Islam en la zona.
La disputa entre hindúes y musulmanes permanecía congelada desde enero de 1993, cuando el gobierno destinó una zona para reconstruir la mezquita y permitir también la edificación del templo hindú.
El gobierno del primer ministro Atal Behari Vajpayee prometió resolver la disputa estimulando las negociaciones entre las dos partes y, en última instancia, llevando el caso a la justicia.
Vajpayee, que llegó al poder en 1998 luego de defender en la campaña electoral la construcción del templo a Rama en Ayodhya, también promovió la anulación de una prohibición judicial de toda actividad religiosa en el terreno disputado.
La Suprema Corte de Allahabad, en Uttar Pradesh, reavivó la polémica la semana pasada al pedir al gubernamental instituto Estudios Arqueológicos de India (ASI) que determine si el templo hindú existía en Ayodhya antes que la mezquita. La justicia quiere que el ASI termine sus excavaciones en un mes.
La decisión despertó una polémica nacional, en la que historiadores y arqueólogos critican al gobierno y a la justicia, y en la que otros sectores también iniciaron sus propios reclamos.
Por ejemplo, fieles del jainismo, religión pacifista fundada en India en el siglo VI, aseguran que había un templo de ese credo en Ayodhya antes aun de que fuera construido el templo hindú.
Todo se agrava con la intransigencia del Foro. Los hindúes confirmaron que exigirán la construcción del templo a Rama aun cuando la excavación no dé evidencias de que en el lugar había uno antes de la edificación de la mezquita.
Praveen Togadia, líder del Foro, amenazó en febrero con tomar el control de otras mezquitas si el parlamento no resolvía cuanto antes la disputa.
Los dos historiadores medievalistas más renombrados de India, Irfan Habib y Krishna Mohan Shrimali, y el arqueólgo Surja Bhan, coincidieron en que se está legitimando la visión incorrecta de que un monumento puede ser destruido si hay evidencia de que en ese lugar hubo antes un templo de otra religión.
El Congreso Indio de Historia aprobó en 1993 una declaración contra esa postura por abrumadora mayoría.
Los historiadores también calificaron de sesgado un estudio hecho antes por la compañía privada Tojo Vikas (usando un radar), de acuerdo con el cual la Suprema Corte de Allahabad decidió ordenar las excavaciones del ASI. La firma no tenía ninguna experiencia en estudios arqueológicos.
Por otra parte, los arqueólogos consideran que hay muy poco tiempo para presentar el resultado del estudio. El tiempo ideal serían tres temporadas completas de tres o cuatro meses por año, dijo el arqueólogo Madhukar Dhavalikar, ex director del Colegio Deccan, de la occidental ciudad de Pune.
Los expertos señalan que la arqueología no es una una ciencia exacta y que sus resultados pueden ser interpretados de distintas formas. El simple descubrimiento de objetos antiguos no significa que se haya encontrado evidencia arqueológica.
Los objetos no hablan por sí mismos, y debe considerarse su contexto cultural y relación con el ambiente y su historia para interpretarlos, todo lo cual lleva mucho tiempo, señalaron.
Por otra parte, a veces los resultados arqueológicos pueden ser confusos. Por ejemplo, piedras labradas entre los siglos XIII y XV pueden ser restos de un templo, pero también de una casa.
Además, muchos expertos dudan de la competencia del ASI para realizar la investigación con rigurosidad científica e imparcialidad. Por otra parte, el instituto no ha tenido director en los últimos 10 años.
La destrucción de la mezquita en 1992 fue resultado de una campaña religiosa en que estuvieron involucrados líderes del BJP, entre ellos el actual viceprimer ministro Lal Krishna Advani.
Vajpayee, considerado un moderado dentro del BJP, no ignora que fueron los radicales hindúes quienes permitieron la victoria de su partido en los comicios de diciembre en el occidental estado de Gujarat, escenario de una persecución contra musulmanes el año pasado que terminó con unos 2.000 muertos. (