IRAQ: Washington pierde terreno en Medio Oriente

El presidente estadounidense George W. Bush auguró que el ataque contra Iraq sería el comienzo de grandes cambios políticos en Medio Oriente, pero hechos de los últimos días sugieren que esos cambios no son los esperados por Washington.

La influyente fracción neoconservadora del gobernante Partido Republicano alega que derrocar al presidente iraquí Saddam Hussein iniciará un proceso regional de democratización y acercamiento a Occidente. Pero la realidad muestra creación de nuevos grupos radicales, y aumento sin precedentes de posiciones antioccidentales.

Unos 15.000 egipcios se manifestaron contra el ataque a Iraq en la plaza Al Tahrir de El Cairo, la mayor capital del mundo árabe, y docenas de personas fueron heridas por la represión policial.

Fue el primer acto espontáneo y masivo de protesta callejera en Egipto desde los disturbios causados en 1977 por escasez de alimentos, y entre los manifestantes había por lo menos un millar de estudiantes de la Universidad Americana de El Cairo, bastión proestadounidense en la región.

En Kuwait, otro firme aliado tradicional de Washington en Medio Oriente, se formó un nuevo grupo radical islámico, llamado Hamás Kuwaití para emular al Hamás (Movimiento de Resistencia Islámica) palestino.
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”No podemos permitir que criminales derramen la sangre de musulmanes en Palestina, Afganistán y ahora en Iraq”, sostuvo el nuevo grupo en su primera declaración pública.

La emisora de televisión vía satélite kuwaití Al Jazeera divulgó la semana pasada imágenes de ”docenas” de voluntarios árabes que iban a Bagdad para enfrentar el ataque liderado por Estados Unidos, y eso evocó lo ocurrido cuando la desaparecida Unión Soviética invadió Afganistán a fines de los años 70.

En países árabes o musulmanes aliados de Estados Unidos, entre ellos Arabia Saudita, Egipto, Indonesia, Malasia y Qatar, académicos islámicos que solían ser complacientes con Washington han emitido ”fatwas” (decretos religiosos) para condenar el ataque a Iraq y afirmar que ”el deber de todo musulmán es luchar contra los invasores”.

Varios diarios de la región que sostenían posiciones proestadounidenses han cambiado de bando y llaman a las tropas de Washington ”los nuevos mongoles”.

Escritores y otros intelectuales que han defendido durante años la política exterior de Washington no saben cómo explicar lo que ocurre en Iraq, y muchos de ellos han hecho públicas duras críticas al ataque.

Entre ellos están Galal Dewidar, director del diario Al Ahram, el mayor de Egipto, y el escritor liberal Hazem al Biblawi, quien fundó la Sociedad Nueva Nedaa para promover en la región el estilo de vida estadounidense.

”Un inevitable resultado de esta guerra será el aumento del odio hacia todo lo estadounidense, debido a que Washington se lanzó al ataque son autorización del Consejo de seguridad de las Naciones Unidas. Eso aumentará el caos mundial”, escribió Dewidar en un artículo publicado el miércoles.

El columnista Hussein Abdel Razeq, del diario egipcio Al Ahali, dijo a IPS en una entrevista telefónica que algunos iraquíes pueden recibir a los soldados estadounidenses como liberadores, y que muchos árabes desean más libertad, pero que predomina el rechazo a un cambio impuesto por la fuerza, y se percibe el ataque como el comienzo de una ocupación.

”La oleada de conmoción y rabia contra Estados Unidos aumenta cada día en la región”, aseguró.

Esa reacción incluye hechos sin precedentes en Medio Oriente, según Hossam el-Sayed, director de noticias de Islamonline.net, un popular sitio bilingüe en Internet, la red mundial de computadoras.

Entre esos hechos novedosos están la comunicación entre activistas mediante mensajes de correo electrónico a teléfonos celulares, campañas en Internet por el boicot a productos estadounidenses y sentadas ante las embajadas de Estados Unidos y Gran Bretaña, principales paricipantes en el ataque, enumeró.

El-Sayed sostuvo que una de las consecuencias de la actual situación será un ”lento debilitamiento del poder de los regímenes árabes”, ante una ”tremenda presión por parte de poblaciones que perciben a Estados Unidos como un imperio que trata de inadir sus países”.

La mayoría de las fuentes consultadas por IPS coincidieron en afirmar que esos regímenes tienden a ceder a la presión popular antiestadounidense, y opinaron que eso puede conducir a resultados totalmente contrarios a los buscados por Washington en Medio Oriente.

”La población de estos países es oprimida por sus gobiernos, y se indigna ante las prácticas de Israel contra los palestinos. A esas tensiones se agrega la causada por la invasión de Iraq”, y la resultante es un clara tendencia al cambio, dijo el periodista Anas Fodah, de Bab.com, un portal en Internet sobre el mundo árabe.

Ese cambio puede implicar ”democratización, insurgencia contra los actuales regímenes o radicalización, pero definitivamente no será proestadounidense”, aseguró Abdel Razeq.

Muchas personas se acercan en estos días a grupos religiosos a los que Washington ha tratado de debilitar, entre ellos la pacifista Hermandad Musulmana, que promueve la gradual islamización de los Estados de la región.

”Hoy hay 10 hermanos musulmanes entre mis alumnos, y mañana habrá 100”, comentó el profesor de ciencia política Walid Kazziha, de la Universidad Americana de El Cairo, en una entrevista publicada el jueves por el diario estadounidense The Washington Post.

”Las propias políticas de Washington para evitar la expansión de esos movimientos crean un ambiente propicio para que florezcan”, afirmó.

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