Líderes musulmanes de Indonesia, el país islámico más poblado del mundo, exhortaron a la calma a sus seguidores, indignados por la agresión de Estados Unidos contra Iraq.
Lo que ocurre en Iraq no tiene nada que ver con la religión, por eso esperamos que nadie convierta esto en un conflicto religioso y que predomine la calma, exhortó Hasyim Muzadi, presidente de Nahdatul Ulama, la mayor organización islámica de Indonesia, con 30 millones de miembros.
Mantengan su compostura, no persigan a ciudadanos estadounidenses ni británicos, instó por su parte Din Syamsuddin, vicepresidente de Muhammadiyah, con 20 millones de afiliados.
Tanto Nahdatul Ulama como Muhammadiyah destacan el carácter moderado y tolerante del Islam en Indonesia, donde más de 90 por ciento de la población, de 220 millones, es musulmana.
Este no es un ataque contra el Islam, sino contra Iraq, subrayó Hidayat Nurwahid, presidente del opositor Partido de la Justicia, en una multitudinaria manifestación realizada el jueves en Yakarta contra la guerra en Iraq.
Para subrayar que el conflicto no es entre religiones, Nurwahid invitó a la manifestación de su partido islámico a sacerdotes católicos, monjes budistas y clérigos de otras religiones.
Nosotros, de diferentes religiones, nos unimos en la humanidad para promover la paz, el respeto mutuo y el orden mundial, dijo Nurwahid a la multitud.
Sin embargo, admitió, es difícil evitar una reacción religiosa a la guerra, que muchos musulmanes consideran un ataque y un insulto al Islam.
Por ejemplo, el profesor de estudios coránicos Solehuddin consideró que la guerra es contra Iraq, pero dado que desafía a la paz y el orden mundiales, la comunidad internacional y la humanidad promovida por el Islam, también es un ataque contra el Islam.
Syamsuddin y Muzadi también reconocieron que sus llamados a la calma no necesariamente serán escuchados por todos los indonesios.
El anarquismo y el radicalismo se han vuelto una tendencia en este país, y el ataque de Estados Unidos contra Iraq dificulta aún más nuestros esfuerzos por combatir el extremismo y el terrorismo, lamentó Muzadi.
La falta de consideración demostrada por Washington hacia la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al lanzar una acción unilateral contra Iraq proveyó combustible político a los grupos fundamentalistas, advirtió el líder islámico.
Además, los acontecimientos sociopolíticos registrados desde la caída del dictador Alí Suharto, que gobernó Indonesia entre 1965 y 1998, contribuyeron al aumento del radicalismo y el uso político del Islam, según expertos.
Los llamados a formar un estado musulmán basado en la sharia o el derecho islámico resurgieron nuevamente, como expresión de frustración popular por la pobreza, la corrupción y otros problemas.
El mantenimiento del tradicional carácter moderado del Islam en Indonesia se ha vuelto un desafío ante la politización de la fe musulmana fuera del país, comentó Yusuf Wibosono, experto en estudios religiosos de la Universidad Islámica de Bandung.
Nuestros esfuerzos para construir la tolerancia, la confianza mutua y una relación armoniosa entre distintas comunidades religiosas parecen infructíferos, lamentó.
Ahora, agregó, el ataque a Iraq vuelve esos esfuerzos ineficaces, y figuras radicales como Abu Bakar Baasyir y Jafar Umar Thalib parecen tener más influencia en el público.
Las autoridades indonesias sospechan que Baasyir estuvo detrás del atentado de Bali, que dejó al menos 187 muertos el pasado 12 de octubre, de una serie de ataques con bomba contra iglesias en 2000 y de un complot para asesinar a la presidenta Megawati Sukarnoputri.
Mientras, Jafar Umar Thalib fue acusado de promover el odio contra el gobierno, pero fue absuelto de este cargo el 16 de este mes.
Según Wibisono, hasta algunos moderados tienden ahora a creer que la guerra contra Iraq es contra los musulmanes.
Muchos miembros de Nahdatul Ulama y Muhammadiyah creen eso. Por lo tanto, lo que Estados Unidos está logrando es unificar a los radicales y a los moderados de Indonesia para enfrentar a un enemigo común, concluyó. (