IRAQ-AUSTRALIA: Canberra pide a la prensa evitar malas noticias

La guerra en Iraq empezó este jueves, pero el conflicto entre medios de prensa y el gobierno de Australia, el único que envió tropas al Golfo para combatir junto a Estados Unidos y Gran Bretaña, es anterior y tiende a agravarse.

Radios étnicas y periódicos comunitarios de toda Australia reaccionaron con indignación a una carta del ministro de Asuntos Multiculturales, Gary Hardgrave, quien les advirtió que debían cuidar la forma de presentar la información sobre la segunda guerra del Golfo.

”La libertad de expresión es un derecho fundamental y parte integrante de la democracia australiana, pero debe ser acompañada de responsabilidad, en especial por parte de la prensa, que no debe abusar de su poder para incitar el odio o la violencia”, recordó Hardgrave en su carta.

Los medios aludidos, en especial los árabes, consideraron esto como una interferencia y un intento de censura de la prensa en momentos de fuerte oposición de la ciudadanía a la decisión de Canberra de apoyar el ataque a Iraq y aportar tropas.

La población de Australia está formada 140 etnias diferentes, y por eso existe en este país del Pacífico una próspera industria de los periódicos y radios comunitarios.

Aunque la mayoría de esos medios de comunicación son pequeños y cuentan con presupuestos muy reducidos en comparación con los grandes medios de lengua inglesa, tienen gran influencia, en especial sobre las comunidades inmigrantes de primera generación.

Hardgrave destacó el pasado viernes en declaraciones a la radio Australian Broadcasting Corporation que los medios étnicos ”tienen la enorme responsabilidad de asegurar la libre expresión y el debate plural, y no sólo la publicación de argumentos sesgados”.

Asimismo, pidió a los periodistas árabes que informan desde medios australianos a Medio Oriente que no envíen siempre noticias negativas sobre Australia, por ejemplo sobre injusticias y peligros para la comunidad musulmana.

En cambio, exhortó, deben ”contar buenas historias sobre las libertades democráticas y la armonía comunitaria de este país”.

Representantes de radios y diarios árabes señalaron que la advertencia ministerial interfiere con su libertad de expresión, y afirmaron que los principales medios de lengua inglesa son los que deforman la información y promueven la tensión comunitaria.

Un ministro ”no debe decir a ningún periodista que trabaja en un país libre lo que debe hacer”, señaló Saleh Saqqaf, un periodista jordano que informa desde Sidney para la cadena de televisión qatarí Al-Jazeera.

”Si Australia está preocupada por su imagen internacional y quiere que nosotros la cambiemos, entonces no hay libertad de prensa”, afirmó.

Además, ”decir que los medios árabes hacen comentarios racistas es una acusación falsa”, dijo Saqqaf, quien criticó a su vez a los medios comerciales de lengua inglesa por racismo.

”Esta carta debió ser enviada a los medios (ingleses) australianos, no a los étnicos. Ellos son los que incitan al odio racial”, concordó Antoina Kazzi, directora de Al Telegraph, el mayor diario de lengua árabe de Australia.

Kazzi declaró a IPS que el diario Daily Telegraph y las estaciones de radio 2GB y 2UE de Sidney ”siempre tienen algo que decir contra nuestra comunidad, con o sin motivo”.

Penny O'Donnel, profesora de periodismo de la Universidad de Tecnología de Sidney, opinó que si el ministro Hardgrave está realmente preocupado por el efecto de la información sobre la guerra en las comunidades australianas, debió enviar su carta a todos los medios de prensa, y no sólo a los comunitarios.

”El reclamo de un mejor periodismo en tiempos de crisis social debe dirigirse a todos los medios. El sensacionalismo, por ejemplo, es un gran riesgo en la industria de las noticias, altamente competitiva y comercializada”, concluyó. (

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