El intento del jefe del comando Sur del ejército de Estados Unidos, James Hill, de obtener un convenio de interdicción de barcos en aguas de Ecuador provocó esta semana una fuerte polémica en este país, en medio de protestas populares contra la guerra en Iraq.
Hill anunció el miércoles que hay adelantos en las negociaciones militares con Ecuador para permitir a buques de guerra estadounidenses permanecer en aguas ecuatorianas en forma permanente y realizar las acciones que crean necesarias contra cualquier barco.
”El convenio sobre interdicción será vital para la seguridad hemisférica”, aseguró Hill.
Esto significaría una ampliación del convenio que cedió la base militar y parte del puerto de la occidental ciudad de Manta a Fuerzas Armadas de Estados Unidos, y como todo acuerdo internacional requeriría la aprobación del Congreso legislativo.
Según la Autoridad Portuaria de la occidental base de Manta, entre enero de 2000 y septiembre de 2002, llegaron al puerto 35 buques de la marina de guerra de Estados Unidos, varios de ellos en tareas de interdicción marítima.
Con el acuerdo que promueve Hill esas acciones se ampliarían.
Para el sociólogo y escritor Alejandro Moreano, del Colectivo Ecuatoriano contra la Guerra de Estados Unidos a Iraq, el pedido de Hill está vinculado a as acciones del gobierno estadounidense en ese país del Golfo.
”La invasión de Estados Unidos a Iraq y la presión sobre Ecuador para firmar el convenio de interdicción forman parte de una política para consolidar un mundo unipolar con una potencia hegemónica”, afirmó Moreano a IPS.
El también analista del Quincenario Tintají de Quito señaló que un convenio de esa naturaleza además de atentar contra la soberanía ecuatoriana, pone en peligro la neutralidad de este país en el conflicto interno de la vecina Colombia.
”El presidente colombiano Alvaro Uribe ha estado rogando que después de terminada la guerra en Iraq, Estados Unidos intervenga contra la guerrilla de ese país. En una acción de esas, ¿qué papel cumplirían esos buques ubicados en aguas ecuatorianas?”, se preguntó Moreano, experto en Medio Oriente.
Hill visitó instalaciones militares ecuatorianas cercanas a la frontera oriental con Colombia y manifestó el interés de su país en asistir a los militares ecuatorianos en entrenamiento y equipamiento.
”La idea es trabajar día a día, construir amistades, conocer a los líderes (del ejército ecuatoriano) y llegar a ser amigos”, afirmó Hill.
También señaló que la posición de Washington y de Bogotá es regionalizar las operaciones del Plan Colombia de lucha contra el narcotráfico y financiado por Estados Unidos, según sus críticos una estrategia de intervención contra la guerrilla izquierdista colombiana.
”El narcoterrorismo que hay en Colombia es también problema de Panamá, Ecuador, Brasil, Venezuela, Perú y Estados Unidos, y sólo podremos arreglarlo si se lucha conjuntamente”, arguyó Hill.
Según el militar estadounidense, esa fue la intención de ministros de Defensa, cancilleres y otros representantes de esos países, reunidos la semana pasada en Bogotá.
Sin embargo, durante esa reunión, los ministros de Brasil, Venezuela, Ecuador, y Perú no aceptaron declarar ”terroristas” a las insrugentes FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) como pidieron los gobiernos de Estados Unidos y Colombia.
Alejandro Moreano subrayó que la posición ecuatoriana resalta la neutralidad ante el conflicto colombiano y el respeto a la libre determinación de los pueblos.
”Es necesario fortalecer esa postura digna de Ecuador, descartando el posible acuerdo de interdicción marítima”, opinó.
Moreano fue uno de los organizadores de la marcha realizada el jueves en Quito, donde más de 5.000 personas protestaron contra Estados Unidos y su guerra contra Iraq.
En la meridional ciudad de Cuenca los manifestantes fueron más de 20.000. Se realizaron otras protestas en varias ciudades.
En este clima, algunos observadores se preguntan si, una vez terminada la guerra contra Iraq, Washington podría decidir una intervención abierta en Colombia.
”¿Y después de Iraq qué?”, se preguntó el analista y subdirector del diario Expreso, de Guayaquil, Jorge Vivanco Mendieta.
”Lo más urgente y más a la mano para Estados Unidos es el problema de Colombia”, se contestó Vivanco Mendieta.
A pesar ”del revés” que constituyó para Washington la reunión de Bogotá, ”en que los países vecinos de Colombia, a excepción de Panamá, se negaron a declarar a las FARC como grupo terrorista”, el gobierno estadounidense seguirá intentando profundizar la aplicación del Plan Colombia, arguyó Vivanco Mendieta.
”Lo que me parece inevitable es una profundización de los enfrentamientos entre las fuerzas regulares de Colombia y las FARC”, que provocará ”una presión mucho más intensa” en la frontera, sostuvo el analista.
La base de Manta tendrá una utilización mucho más intensa y eso puede involucrar a Ecuador en el conflicto. ”Es lo que tememos”, apuntó.
La base y el puerto de Manta fueron cedidos en 1999 a Estados Unidos para ser utilizados en la lucha contra el narcotráfico en la región.
El convenio de cesión fue firmado por el ex presidente de la comisión de asuntos internacionales del Congreso, Heinz Moeller, por el entonces canciller Benjamín Ortíz Brennan, y por el ex presidente Jamil Mahuad (1998-2000).
Pero la decisión fue tomada sin conocimiento del plenario del parlamento, como establece la Constitución para los acuerdos internacionales.
La instalación de esa base fue rechazada por el movimiento indígena, organizaciones de derechos humanos y ecologistas, sindicatos y otras instituciones sociales, que la ven como el involucramiento de Ecuador en el Plan Colombia.
Durante una anterior visita a Ecuador, Hill manifestó que Estados Unidos tenía la ”determinación de librar a la región de narcoterroristas” aunque la tarea le ”tome un largo tiempo”, porque ”muchos desafíos aún permanecen”.
El presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, se mostró contrario a la participación de Ecuador en el conflicto colombiano.
Una de las formas de ”mejorar la seguridad en la frontera de Ecuador con Colombia es fortalecer los efectivos y el resguardo fronterizo por parte de las Fuerzas Armadas ecuatorianas”, dijo Gutiérrez. (