Respirar puede ser peligroso en ciertas zonas de algunas capitales de América Central, como la hondureña Tegucigalpa, la más contaminada por partículas sólidas de la región.
En la atmósfera de las capitales de Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica se registran partículas totales suspendidas (PTS) superiores al máximo aceptable para la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 75 microgramos por metro cúbico de aire, señalaron a Tierramérica diversas fuentes.
Este material sólido es producido por la combustión de gasolina u otros combustibles, o procede de polvo de minerales y metales, pigmentos de pinturas, pesticidas, hollín y humo de aceites quemados.
Las más dañinas son las partículas PM-10, llamadas así por tener un diámetro menor a 10 micras que les permite ingresar en las vías respiratorias humanas y alojarse en los pulmones. El límite tolerable para la OMS es un promedio anual de 50 microgramos de PM-10 por metro cúbico de aire.
La contaminación atmosférica afecta la salud de más de 80 millones de latinoamericanos, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Los daños se manifiestan en el aumento de problemas como alergia y asma, entre otras afecciones respiratorias cuyas manifestaciones severas pueden causar la muerte.
En 2001, Tegucigalpa padecía una concentración promedio de 613 microgramos de PTS, según un estudio de la Fundación Suiza de Cooperación, Swisscontact.
Valores en puntos específicos de esa capital arrojaron hasta 900 microgramos de PTS, mientras la contaminación por PM-10 alcanzaba 161 microgramos, dijo a Tierramérica Rosendo Majano, asistente técnico del Proyecto Aire Puro de Swisscontact.
Esa organización revisa la calidad del aire en América Central desde 1993 y recomienda a los gobiernos mejorar los combustibles, renovar la flota vehicular y ordenar el servicio público de transporte.
Esos países ya tienen reglamentos vigentes, el problema es que no los aplican, dijo el especialista.
En Ciudad de Guatemala, con 700.000 vehículos, se registraron de 300 a 578 microgramos de PTS en distintas zonas, según una medición realizada en 2001 por la local Universidad de San Carlos.
Pablo Oliva, responsable del estudio, explicó a Tierramérica que se hallaron además de 45 a 59 microgramos de PM-10.
La investigación de Swisscontact encontró en Guatemala un promedio anual de 237 microgramos de PTS y de 54 microgramos de PM- 10.
Oliva recordó que en 1997 Guatemala aprobó un reglamento de emisión de gases, derogado al año siguiente. En 1997 y 1998 se redujo la contaminación, pero repuntó en 1999, lamentó.
Guatemala está en proceso de aprobar un nuevo reglamento para controlar la emisión de gases contaminantes, mientras las autoridades hondureñas trabajan en la elaboración de una norma semejante.
Las autoridades guatemaltecas prohíben desde 1991 el uso de la gasolina con plomo, una medida adoptada recién en 1999 por Costa Rica, El Salvador, Honduras y Nicaragua.
En Managua transitan unos 120.000 vehículos sin haberse sometido a controles de emisión de gases. La flota de transporte nicaragüense supera las 224.000 unidades, y 150.000 de ellas circulan por la capital.
Nicaragua se está convirtiendo en un cementerio de la chatarra, pues los transportistas importan vehículos viejos, sostiene Roberto Dávila, investigador de la Universidad Nacional de Ingeniería nicaragüense.
Mediciones efectuadas en 2001 en seis puntos de Managua, coordinadas por Dávila, reportaron hasta 70 microgramos de PM-10 y hasta 500 microgramos de PTS.
Los ministerios nicaragüenses del Ambiente, Transporte e Infraestructura y la policía de Nicaragua han prometido aplicar de manera estricta el reglamento pertinente para mejorar la calidad del aire.
En San Salvador, con unos 350.000 automóviles, incluyendo ómnibus y camiones, el promedio anual de PM-10 fue en 2001 60 microgramos, y el de partículas sólidas totales 97 microgramos, según Swisscontact.
En la zona metropolitana de San José, donde reside 60 por ciento de los casi cuatro millones de costarricenses, se concentra 70 por ciento de los medios de transporte terrestre.
Según Swisscontact, el promedio de partículas sólidas en la capital de Costa Rica fue 230 microgramos en 2001, y el de PM-10, llegaron a 35 microgramos.
El transporte automotor es también el mayor emisor de dióxido de azufre, monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno.
* Con información de Nohelia González (Nicaragua) y Jorge A. Grochembake (Guatemala). Publicado originalmente el 8 de marzo por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.