Las fisuras en la oposición política de Venezuela se profundizaron este miércoles luego que la plana mayor de Acción Democrática, una de sus principales fuerzas, pidiera la renuncia de su secretario general, Rafael Marín, por su presunta afinidad con militares golpistas.
Marín rechazó públicamente de inmediato el planteo presentado por los jefes de 21 de las 25 seccionales del país de la socialdemócrata Acción Democrática, que cuentan con el respaldo del presidente del partido, Henry Ramos.
El dirigente cuestionado apoyó a los militares que despojaron del gobierno a Hugo Chávez del 12 al 14 de abril y que en octubre, ya separados de sus cargos, se concentraron en la plaza caraqueña de Altamira para declararse en desobediencia legítima, dando base a rumores sobre nuevos alzamientos castrenses.
No podemos reproducir la conducta de Chávez, incluyendo la aventura constituyente ni tampoco los esquemas a los que nos quiere arrastrar, que son los de la violencia, dijo Ramos.
Militar que quiera hacer política, que cuelgue el uniforme, agregó con énfasis.
Este sismo en Acción Democrática se suma a las fuertes desavenencias manifestadas en la alianza opositora de más de 30 partidos y asociaciones civiles, empresariales y sindicales, que organizó la huelga de casi dos meses iniciada el 2 de diciembre en busca de la renuncia de Chávez.
Uno de esos enfrentamientos fue por el Comité de Conflicto, que encabezaba el presidente de la asociación empresarial Fedecámaras, Carlos Fernández, y el titular de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, Carlos Ortega, cuya falta de acuerdo sobre su destino lo llevó precisamente a su disolución.
Estuvimos en desacuerdo con eliminar el Comité de Conflicto, porque se necesita ante la situación del sector petrolero y la llegada de un control de cambios que puede dejar sin dólares a muchas empresas, dijo Ortega, quien también es dirigente de Acción Democrática.
La dirección de la empresa estatal Petróleos de Venezuela ha despedido a 11.000 de los 37.900 empleados, en su mayoría gerentes y otro tipo de personal jerárquico, por adherir a la huelga contra Chávez.
Otras grietas en el bloque opositor son las discrepancias sobre la propuesta de Antonio Ledezma, disidente socialdemócrata, para que se busque de una vez un candidato presidencial unitario contra Chávez y sobre el levantamiento de firmas para convocar a una asamblea constituyente, apoyada sólo por algunos partidos.
En cambio, la reforma de la Constitución para recortar el periodo de gobierno de seis años de Chávez, que finaliza en 2006, y la inmediata convocatoria a elecciones es la postura central de la oposición en la mesa de negociación que conduce el secretario general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria.
La oposición recibe un golpe fuerte con las discordias en Acción Democrática, que cuenta con 26 de los 79 representantes de esa alianza, también llamada Coordinadora Democrática, en la Asamblea Nacional (parlamento).
Acción Democrática ocupó el gobierno en seis oportunidades en el último medio siglo y antes de que Chávez fuera elegido por primera vez en 1999.
Que renuncie entero el Comité Ejecutivo Nacional y nos midamos todos ante la militancia, clamó Marín, de 51 años y con dos años en la secretaría general del partido.
Agregó que un partido que le pide al dictador Hugo Chávez que renuncie o se cuente en elecciones está obligado a hacer buena esa consigna en lo interno.
Soy civilista, pero no podíamos condenar a un grupo de dignos oficiales que se fueron a la calle a manifestar, casi gandhianamente, su oposición al gobierno, y por eso les expresé solidaridad en la plaza de Altamira, se defendió Marín.
Ramos respondió que en nuestro país siempre ha habido quienes soben las perneras a los militares. Si algunos promovieron el paro alentados por la idea de que después de unos días se iba a producir una asonada militar y Chávez iba a caer, se equivocaron.
Nunca aparecieron sus huestes imaginarias, divisiones, aviones y barcos. Chávez siguió allí, imperturbable, dijo el presidente de Acción Democrática.
A mí me parece lo más aborrecible del mundo los militares activos haciendo política, incluyendo a los de Altamira. Eso es una violación de la Constitución, afirmó.
Marín reivindicó su actitud al indicar que, al contrario de otros dirigentes, siempre he estado en primera fila en las marchas de calle, como debe hacerlo un partido popular, enfrentando al chavismo sin temor político, ideológico ni físico.
El cuestionado secretario general reiteró que no renunciará y denunció que las firmas en su contra se recogieron bajo amenazas de destitución a los jefes regionales. Si se arrodillan por un cargo, imagínense lo que harían si tenemos que pasar a la clandestinidad, deploró. (