Una guerra de Estados Unidos contra Iraq podría obligar a la Unión Europea (UE) a suspender temporalmente la implementación del tratado aprobado en 1996 para asegurar el crecimiento económico y la estabilidad monetaria de sus 15 miembros.
La suspensión del Pacto de Crecimiento y Estabilidad, que impuso reglas de disciplina fiscal y consolidó las bases de la unión monetaria, sería necesaria para permitir a los gobiernos financiar con déficit presupuestarios el impacto económico de una guerra, según fuentes de la UE.
Debemos adoptar medidas apropiadas en caso de guerra. Mi preocupación para este año no es el límite de tres por ciento del producto interno bruto para el déficit fiscal, sino lo que podría sucederle al crecimiento económico y al empleo, dijo el portavoz de la Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE, Jonathan Todd.
Por ahora, solo los gobiernos de las tres principales economías europeas – – Alemania, Francia y Gran Bretaña – – participan, a iniciativa de Berlín, en el diálogo sobre un nuevo programa de equilibrio fiscal que podría incluir la suspensión del Pacto de Crecimiento y Estabilidad, a iniciativa de Berlín.
Pero las negociaciones podrían ampliarse a los 15 ministros de Finanzas si el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) autoriza este viernes a Estados Unidos a atacar Iraq.
Mientras, en Gran Bretaña, que no integra la eurozona y que apoya con decisión los planes de guerra de Estados Unidos, surgen los mayores reparos a un cambio en las reglas del juego.
El Pacto de Crecimiento y Estabilidad limita el déficit fiscal a tres por ciento del producto interno bruto, entre otros objetivos para proteger el euro, la moneda común en 12 de los 15 países de la UE.
De todos modos, las normas del bloque incluyen cláusulas de indulgencia si se amplía el déficit en caso de acontecimientos excepcionales, como una guerra.
La iniciativa permitiría a las economías de la UE reaccionar al desorden económico que se registraría si Estados Unidos y Gran Bretaña concretan sus planes de guerra para desalojar del poder al presidente de Iraq, Saddam Hussein.
La primera pista sobre la posibilidad de suspensión del Pacto de Crecimiento y Estabilidad surgió tras una reunión el lunes entre el canciller (jefe de gobierno) alemán Gerhard Schroeder y dirigentes de su Partido Socialdemócrata (SPD). Esa versión fue confirmada por el secretario general del partido, Olaf Scholz.
Por ahora no hay un aflojamiento en la consolidación de la dirección adoptada, pero naturalmente todos debemos prepararnos para los avatares económicos que podrían ocurrir, dijo Scholz.
Un portavoz del ministro de Finanzas alemán dijo: No estamos hablando de debilitar o reinterpretar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, sino de adaptarlo a la actual situación económica. Eso se aplica también a la posibilidad de una guerra en Iraq.
Un aflojamiento de las normas presupuestarias podría beneficiar a Francia, que en el pasado tuvo conflictos en materia de política fiscal con la Comisión Europea y con otros países del bloque.
La europarlamentaria británica del opositor Partido Conservador Theresa Villiers sostuvo que la guerra es usada para disfrazar el problema real: las economías de la eurozona pasan dificultades a causa de una política demasiado uniforme y por el fracaso en adoptar reformas políticas.
La Comisión Europea se opondrá a un relajamiento de las normas fiscales europeas, a menos que las circunstancias se consideren extremas, según Villiers. Pero aunque la Comisión objete esos intentos, las grandes economías de la eurozona probablemente la ignoren, agregó.
La preocupación principal en caso de una guerra en Iraq se refiere a la zona del euro, constituida por Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Holanda, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal.
Esos 12 países impusieron el euro como moneda común en enero de 2002. Dinamarca y Gran Bretaña optaron por no integrar la zona, mientras Suecia se unirá a la unión monetaria apenas cumpla con todas las condiciones.
Los ministros de Finanzas de la UE acordaron en junio otorgar a Alemania, Francia, Italia y Portugal tiempo hasta 2004 para equilibrar sus presupuestos. Pero el plazo fue postergado luego para 2006, y podría extenderse aun más dado el magro crecimiento de las economías europeas y las malas perspectivas.
Alemania, la principal economía europea, está en una situación particularmente riesgosa pues se prevé que al cabo de este año logre un crecimiento de apenas uno por ciento, debido al enlentecimiento de la expansión mundial.
Schroeder ha recibido ataques del ala izquierda de su propio partido y de los sindicatos, que reclaman elevar las restricciones al crédito y a la emisión de dinero porque el desempleo se elevó en enero a 10,1 por ciento de la fuerza de trabajo nacional, equivalente a 4,6 millones de personas.
El año pasado, Alemania sobrepasó el límite fijado por los estándares europeos al déficit fiscal y también logró el menor crecimiento económico en casi un decenio, situación que afectó especialmente a los estados sudorientales del país.
De todos modos, el comisario de Asuntos Monetarios de la UE, Pedro solbes, consideró excepcional el costo financiero de los déficit, calculado en 9.200 millones de euros (cifra similar en dólares).
La Comisión Europea advirtió en enero a Alemania que debía tomar acciones para reducir su déficit fiscal antes del 21 de mayo, pues de lo contrario debería pagar una multa, de acuerdo con el Tratado de Maastricht, que en 1992 sentó las bases de la unión monetaria.