El apoyo incondicional del gobierno de Portugal a una guerra de Estados Unidos contra Iraq enfrenta una amplia oposición interna y podría poner en juego el papel tradicional del país en la comunidad de naciones lusófonas, según analistas y políticos.
Portugal está dispuesto a respaldar una resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) autorizando el ataque de Estados Unidos contra Iraq. Washington alega que Bagdad oculta armas de destrucción masiva.
El primer ministro José Manuel Durao Barroso permitió en enero el uso de la base aérea de Lajes, en el estratégico archipiélago de Azores en el océano Atlántico, para aviones de guerra estadounidenses de paso hacia Turquía, desde donde Washington planifica invadir Iraq.
Sin embargo, setenta y seis por ciento de los consultados en encuestas de opinión se opusieron a un ataque contra Iraq no autorizado por la ONU, mientras 54 por ciento se manifestaron contra una acción militar, incluso con luz verde del Consejo de Seguridad.
La mayoría de las figuras más destacadas del país se han sumado al eje antibélico, junto a líderes históricos del socialismo, como el ex presidente Mario Soares (1986-1996), y de la derecha, como Diogo Freitas do Amaral.
Soares, de 78 años, encabezará la manifestación de este sábado en Lisboa contra la guerra, en adhesión al llamamiento internacional lanzado por Stop the War Coalition (Coalición Detengan la Guerra), con sede en Londres.
"Me opongo frontalmente a que se utilice el pretexto del dictador y de la dictadura (en Iraq), para subvertir el derecho internacional", dijo Soares a IPS.
A juicio del ex presidente, "esta nueva estrategia para el mundo, que se llama guerra preventiva, sirve solo para defender los intereses vitales de Estados Unidos".
El frente contra la guerra reúne asimismo a la ex primera ministra centroderechista María de Lourdes Pintassilgo y al premio Nobel de Literatura José Saramago.
Sin embargo, las críticas más fuertes contra Washington proceden de la llamada "derecha tradicional y culta", encabezada por Freitas do Amaral, quien tras el fin de la dictadura (1926-1974), fundó el conservador Centro Democrático Social, más tarde convertido en Partido Popular.
El político conservador se mostró a favor de la actitud de "los gobiernos de Francia y Alemania, que han reaccionado democráticamente, en concordancia con las opiniones públicas de sus países", sostuvo en un artículo en el semanario Visao.
Freitas do Amaral fustigó a los países que "tienen vocación de subalternos y prefieren obedecer al poder imperial fuerte, rico y arrogante de Estados Unidos", en clara alusión a Gran Bretaña, Italia, Dinamarca, España y Portugal, naciones que se han mostrado favorables a la posición de Washington.
En Estados Unidos "predomina hoy una concepción radical, agresiva y belicista, donde el interés nacional predomina por sobre otros intereses legítimos de la comunidad internacional o de otros países, aunque sean sus aliados", sostuvo el político.
Washington "no se considera obligado por ninguna norma jurídica internacional, por ninguna resolución de la ONU, por ninguna sentencia del Tribunal Penal Internacional", añadió.
Un informe publicado por el diario Público, de Lisboa, expuso un frente pacifista amplio. De los 25 principales exponentes de la cultura portuguesa entrevistados por el periódico, 21 se mostraron abiertamente contra la guerra, y los cuatro restantes sólo la admitirían si es autorizada por la ONU.
Mientras, el miércoles se hizo público un documento en repudio a una eventual intervención armada en Iraq, firmado por más de 500 científicos portugueses.
Por otra parte, el apoyo portugués a la guerra podría poner en entredicho el papel del país como "puente privilegiado" entre las naciones lusófonas, en especial Brasil, y la UE, advirtieron analistas.
"El servilismo del gobierno en relación a Estados Unidos, pone en peligro nuestro papel" entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), sostuvo esta semana el analista José Carlos de Vasconcelos, coordinador de Abril Controljornal Edipresse, el mayor grupo periodístico del país.
La CPLP está compuesta por Angola, Brasil, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique, Santo Tomé-Príncipe y Timor Oriental.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, "había anunciado que su primera visita a Europa sería a Portugal, como es natural, pero al final no vino, sino en cambio visitó Francia y Alemania y con ellos, y no con sus 'hermanos portugueses, habló del interés de Brasil en reforzar la aproximación con la UE", subrayó Vasconcelos.
El primer ministro Durao Barroso sostuvo una conversación telefónica con el presidente de Angola, José Eduardo dos Santos sobre la crisis iraquí, en la que, de acuerdo a analistas locales, solicitó respaldo a una resolución favorable al ataque contra Iraq en el Consejo de Seguridad.
Después de Brasil, Angola es el segundo país de lengua portuguesa en tamaño, y actual miembro no permanente del Consejo de Seguridad.
Durao Barroso se negó a revelar el detalle de su diálogo con Dos Santos, limitándose a afirmar que "cabe al gobierno de Angola dar a conocer su postura en cuanto a la crisis".
Portugal podría sufrir perjuicios económicos por la guerra, que elevaría el precio internacional el petróleo, e incluso podría verse afectado por un eventual ataque de armas no convencionales.
El ex comandante en jefe del ejército, Antonio Loureiro dos Santos, considerado un experto en seguridad y defensa, estimó que el país podría sufrir represalias con armas químicas y biológicas, en caso de guerra entre Estados Unidos e Iraq.
"Las personas aún no han llegado a entender del riesgo de represalias con armas químicas y biológicas. La opinión pública aún no ha aceptado la idea de que se estén preparando ataques terroristas en Europa y en Estados Unidos", subrayó.
En este contexto, Lisboa será este sábado escenario de protestas contra la guerra, al igual unas 430 ciudades en todo el mundo.