IRAQ: Ola de paz atraviesa las fronteras

Millones de personas de 600 ciudades en 60 países dejaron de lado diferencias políticas, religiosas, étnicas y culturales para unirse este sábado a una protesta mundial contra el plan de Estados Unidos de invadir Iraq.

Europa vivió las manifestaciones más grandes de las últimas décadas. Millones de hombres y mujeres, jóvenes y viejos, inundaron las calles de Gran Bretaña e Italia, para protestar contra el respaldo de sus gobiernos a la insistencia de George W. Bush en atacar Iraq.

A estos manifestantes se sumaron otros varios millones en Alemania, Australia, Chipre, Dinamarca, Egipto, España, Grecia, Holanda, India, Japón, Londres, Malasia, Nepal, Noruega, Rusia, Siria, Sudáfrica, Tailandia, Ucrania, y también en Bagdad, capital del país asediado, así como en todas las grandes ciudades de América Latina y en 150 de Estados Unidos.

Todos los participantes en la protesta coincidieron en que los planes de ”guerra preventiva” de Bush deben ser neutralizados por estrategias de ”paz preventiva”, como dijo ante un millón de manifestantes en Berlín el teólogo alemán Friedrich Schorlemmer.

Frente a la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, 250.000 personas se manifestaron contra la guerra, según fuentes oficiales.

Londres vivió una de las concentraciones humanas más grandes de la historia de Gran Bretaña. Los organizadores calcularon que alrededor de dos millones de personas inundaron las calles de la capital.

La protesta mundial se registró un día después de que el jefe de los expertos de desarme de la ONU, Hans Blix, evaluó con cierto optimismo los resultados alcanzados hasta ahora por la misión internacional.

El equipo encabezado por Blix no encontró armas de destrucción masiva en Iraq, aunque restan inspeccionar algunas instalaciones.

Durante la manifestación en Londres, el ex ministro Tony Benn, del gobernante Partido Laborista, dijo: ”Si debe haber inspectores en Iraq, me gustaría verlos también en Israel, en Gran Bretaña, en Estados Unidos.”

Las encuestas realizadas en Gran Bretaña indican que la mayoría de los entrevistados se oponen a una guerra contra Iraq sin la autorización de la ONU, a pesar del firme respaldo del primer ministro británico Tony Blair a los planes de Estados Unidos.

Blair sostuvo que la ONU debe hacerse cargo del desarme de Iraq, pero también que provocar la caída del presidente Saddam Hussein sería ”un acto de humanidad”. El alineamiento de Londres con Washington ocasionó una caída en la popularidad de Blair, según las encuestas.

En las capitales de Alemania y Francia, dos de los principales contradictores del enfoque estadounidense de la crisis iraquí, fueron escenario de algunas de las manifestaciones más nutridas.

La primera de las protestas, en la ciudad australiana de Melbourne, reunió, según los organizadores, a 150.000 personas, en lo que se consideró la mayor manifestación en ese país desde la guerra de Vietnam. Miles de personas también marcharon en las ciudades neocelandesas de Auckland y Wellington. (

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