CHILE: Masivo homenaje popular despide a cantante de Los Jaivas

El cuerpo de Eduardo ”Gato” Alquinta, el fallecido vocalista de Los Jaivas, la legendaria banda chilena de fusión de rock y folclore surgida en 1963, fue trasladado este jueves a la capital del país, donde se le rendirá dos días de homenajes populares antes de ser sepultado.

Alquinta sufrió un infarto al miocardio el miércoles por la tarde, cuando se aprestaba a nadar en la playa La Herradura, unos 450 kilómetros al norte de Santiago, cayendo su cuerpo al mar, lo cual motivó versiones preliminares de que había muerto por inmersión.

El músico, nacido el 22 de enero de 1945 en Valparaíso, es el segundo integrante de Los Jaivas que fallece, luego de que el 15 de abril de 1988 perdiera la vida en un accidente automovilístico en las afueras de Lima el baterista Gabriel Parra, sustituido en el grupo por su hija Juanita.

El vocalista, que residía en Francia al igual que los otros cuatro miembros de la agrupación, había viajado a Chile para pasar sus vacaciones.

El cuerpo del ”Gato” Alquinta fue transportado a Santiago en un avión de la fuerza aérea y luego llevado a una casa particular, para un primer velatorio en familia.

Desde este viernes, la urna con sus restos será expuesta en el Centro Cultural de la Estación Mapocho en una capilla ardiente, para recibir el masivo homenaje de sus compatriotas hasta los funerales, que tendrán lugar el próxima sábado por la tarde.

La muerte de Alquinta abre un paréntesis de suspenso sobre el futuro de Los Jaivas y desde ya torna casi imposible su anunciada presencia en la versión de este año del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, a realizarse en febrero.

Fue precisamente en ese balneario del océano Pacífico, ubicado 120 kilómetros al oeste de Santiago, donde en 1963 el ”Gato” Alquinta, Mario Mutis y los hermanos Eduardo, Claudio y Gabriel Parra formaron el grupo ”High-Bass”, que daría posteriormente origen a Los Jaivas.

Con una impronta inicial rockera e identificada con el movimiento hippie, la banda fue evolucionando posteriormente a la experimentación, con guiños al naciente neofolclore que tenía como sus figuras máximas en Chile a Violeta Parra y Víctor Jara y a cuyo alero nacían los conjuntos Inti-Illimani y Quilapayún.

Los Jaivas entraron a este movimiento con personalidad propia, ya que fueron los primeros en combinar en este país los tradicionales instrumentos andinos, como las quenas, zampoñas y charango, con un sintetizador, bajo y guitarras eléctricas y batería, la formación típica del rock.

La presentación en el Festival de Viña del Mar era el comienzo de una serie de conciertos con que la agrupación planeaba celebrar en 2003 sus 40 años de carrera en su país natal, del cual emigró tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

”América y Europa fueron testigos del arte de este grupo que supo mezclar con maestría el rock y el folclore de Latinoamérica”, dijo el ministro de la Secretaría General de Gobierno, Heraldo Muñoz, portavoz del presidente Ricardo Lagos.

Esta fusión musical fue ostensible desde el primer disco de Los Jaivas, titulado ”El Volantín”, editado de modo particular en 1970 tras 20 horas de grabaciones que dieron origen a un extenso tema de 40 minutos y puesto a la venta con sólo 500 copias.

El primer disco de larga duración de venta masiva de la banda fue ”La Ventana”, de 1973, del cual los críticos dijeron que carecía de una línea musical precisa, aunque elogiaron el potencial interpretativo y las apuestas experimentales de las creaciones.

Fue en esos mismos años intensos del gobierno de la Unidad Popular (1970-1973) que el director Raúl Ruiz les encargó la música de ”Palomita Blanca”, una película que quedó inconclusa por el golpe de Estado y solo se estrenó en Santiago en 1993 tras un proceso de rescate y reconstrucción de sus rollos originales.

En 1977, ya en el exilio en Francia, Los Jaivas grabaron ”Todos Juntos”, una de sus canciones más emblemáticas y que años después, en 1996, fue el himno oficial de la Cumbre Iberoamericana celebrada en Santiago de Chile.

Pero donde la creatividad del grupo y en particular el registro vocal del ”Gato” Alquinta cobró más vuelo fue en 1981, con ”Alturas de Machu Picchu”, un disco inspirado en el extenso poema del Premio Nobel de Literatura Pablo Neruda.

El fallecido vocalista de Los Jaivas era un músico integral, ya que además de cantar era un buen ejecutante de bajo, guitarra y charango e, incluso, se acompañaba a veces en sus interpretaciones con el bongó y otros instrumentos de percusión.

Alquinta y sus compañeros tuvieron reconocimiento mundial, presentándose en el teatro Olympia, de París, en el Carnegie Hall, de Nueva York, la Opera, de la ciudad alemana de Frankfurt, y en el Royal Festival Hall, de Londres.

Los Jaivas animaron, además, el Festival de Venecia, en la Plaza de San Marcos de esa ciudad italiana, y realizaron una gira de 30 conciertos por la hoy desaparecida Unión Soviética.

También grabaron para la televisión el espectáculo ”Alturas de Machu Picchu”, en las propias ruinas de la ciudadela incaica de Perú, en un programa exhibido por canales de todo el mundo.

La última producción de Los Jaivas fue ”Obras Cumbres”, lanzada en 2002 con una recopilación musical y un libro biográfico, como anticipo de la ahora dolorosa conmemoración de los 40 años de carrera musical de esa emblemática banda. (

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