El plan de Australia de reanudar los vínculos con las fuerzas militares especiales (Kopassus) de Indonesia tras el atentado de Bali es riesgoso y de miras estrechas, advirtieron activistas y analistas.
El ejército de Indonesia, y en especial las Kopassus, han sido maestros del terror en ese país vecino y por lo tanto es ilógico entrenarlos para combatir el terrorismo, opinaron los críticos.
El ministro australiano de Defensa, Robert Hill, reveló el martes la intención del gobierno de entrenar esas fuerzas especiales en el programa de televisión Lateline, de Australian Broadcasting Corporation.
La decisión fue adoptada luego del ataque con bomba del día 12 en la isla indonesia de Bali, que dejó al menos 190 muertos y 220 desaparecidos, gran parte de ellos turistas australianos. El atentado fue atribuido al grupo extremista islámico Jemaah Islamiyah.
Las Kopassus no tienen buenos antecedentes en materia de derechos humanos, pero es la respuesta más eficaz de Indonesia al terrorismo, por tanto Australia trabajará con esas fuerzas para proteger a los australianos y sus intereses en Indonesia, anunció el ministro.
Las declaraciones de Hill generaron críticas inmediatas de organizaciones de derechos humanos.
Afirmar que la forma de combatir el terrorismo en Indonesia consiste en entrenar y dar más poder a las Kopassus es insultante. Es como poner al zorro a cuidar las gallinas, opinó Rob Wesley- Smith, presidente del grupo Australianos por la Libertad de Timor Oriental.
Timor Oriental, desde este año un país independiente, fue ocupado en 1975 por Indonesia tras el retiro de los portugueses, en una invasión sangrienta que costó la vida a casi un tercio de la población.
En 1999, paramilitares respaldados por el ejército indonesio perpetraron una ola de asesinatos, incendios y saqueos en ese territorio, luego de que la abrumadora mayoría de los timorenses orientales se pronunciaran por la independencia en un referendo de autodeterminación patrocinado por las Naciones Unidas.
Los activistas de Timor Oriental saben desde 1975 que los maestros del terror son los militares indonesios, y los peores son los comandos de las Kopassus, dijo Wesley-Smith en referencia a las atrocidades cometidas por el ejército, en especial bajo la dictadura del general Alí Suharto (1966-1998).
Australia dejó de entrenar a las Kopassus luego de la ola de violencia de 1999 en Timor Oriental, que concitó la atención de la comunidad internacional.
El respaldo de las Kopassus a las milicias que actuaban en Timor Oriental está bien documentado, pero su vínculo con otros grupos paramilitares en las provincias indonesias de Papúa Occidental, Ambon y Aceh está menos claro, señaló Damien Kingsbury, profesor de estudios internacionales de la Universidad de Deakin.
En todas esas provincias con movimientos separatistas, Kopassus ha entrenado grupos armados para evitar que el ejército aparezca como responsable de las atrocidades cometidas contra rebeldes y civiles, afirmó Kingsbury, que fue observador electoral en el referendo de Timor Oriental.
Por lo tanto, el apoyo al ejército indonesio en general, y a Kopassus en particular, constituye un gran error de apreciación, concluyó el académico.
El ministro Hill ya había sugerido a fines de septiembre la reanudación del entrenamiento a Kopassus al destacar la importancia de las Fuerzas Armadas indonesias.
Hill las describió como una institución secular y clave en los esfuerzos de Indonesia por promover la tolerancia y armonía entre diferentes comunidades religiosas en ese país de mayoría musulmana.
Esa declaración es, en el mejor de los casos, paradójica, consideró Merle Ricklefs, director del Instituto de Idiomas y Estudios Asiáticos de Melbourne, en un foro organizado por ese instituto y el Asia Link Centre.
Sabemos que los militares indonesios por lo menos toleraron y posiblemente apoyaron al grupo extremista islámico Laskar Jihad, y lo enviaron a áreas de población cristiana en Ambon y Sulawesi, recordó Ricklefs. (FIN/IPS/tra-en/si/js/mlm/ip-hd/02
