RUSIA-GEORGIA: Relación al rojo vivo por chechenos en Pankisi

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó la movilización de tropas para operaciones en territorio de Georgia, un país al que acusa de conceder refugio a militantes por la independencia de la república rusa de Chechenia.

Putin citó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU votada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, que exhortaba a todos los países a colaborar en la prevención de actos terroristas y a negar refugio a los terroristas y sus cómplices.

El presidente ruso, que este jueves comunicó su decisión al Consejo de Seguridad, también invocó el artículo 51 de la carta de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), que contempla el uso de la fuerza en legítima defensa contra otros estados.

Putin instruyó el miércoles al mando militar a prepararse para atacar bases de rebeldes chechenos en el cañón de Pankisi, en la república ex soviética de Georgia. En una intervención por televisión, aseguró que Rusia hará uso ”del inalienable derecho a la legítima defensa”.

No obstante, afirmó que su gobierno no alienta la intención de vulnerar la integridad territorial de Georgia.

En la nota al Consejo de Seguridad, arguyó que Georgia está ignorando las resoluciones de la ONU relativas al combate contra el terrorismo.

Moscú asegura que los insurgentes chechenos en el cañón de Pankisi prestan ayuda logística y canalizan el tráfico de armas hacia los separatistas que operan en territorio ruso.

El presidente de Georgia, Eduard Shevardnadze, replicó que la ”irreflexiva” e ”injusta” declaración de Putin ”no se corresponde con la realidad”. También admitió la gravedad de la tensión entre los dos países.

Según Shevardnadze, en el cañón de Pankisi, que alberga a miles de refugiados chechenos, no hay más ”de algunas decenas” de rebeldes armados.

El gobierno georgiano advirtió que fueron los propios rusos los que empujaron a los refugiados a su territorio cuando recrudeció la guerra en Chechenia en los años 90.

Georgia ha rechazado una y otra vez el ofrecimiento de Rusia de hacerse cargo de la expulsión de los rebeldes. El mes pasado lanzó sus fuerzas de seguridad contra los irregulares chechenos, aunque sin resultado significativo.

Pero funcionarios rusos minimizan las gestiones de Georgia. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia reiteró el miércoles su pedido de extradición de 13 insurgentes chechenos detenidos en la frontera el mes pasado.

El Kremlin pidió en reiteradas oportunidades permiso para realizar incursiones contra refugios de rebeldes chechenos en Georgia, pero el gobierno de Schevarnadze lo negó.

Las demandas rusas son cada vez más tajantes. El ministro de Defensa, Sergei Ivanov, dijo que Georgia se convirtió en un ”nido” de terroristas.

La declaración de Putin el miércoles es considerada más que una mera guerra de palabras.

Ese mismo día, el presidente del Consejo de la Federación (cámara alta parlamentaria, a cargo de autorizar operaciones militares rusas en el extranjero), Sergei Mironov, respaldó la resolución de Putin de atacar a los rebeldes chechenos en Pankisi.

Estados Unidos ofreció este año al gobierno de Georgia el envío de entrenadores militares expertos en operaciones antiterroristas para combatir en Pankisi a combatientes supuestamente vinculados con la red islámica Al Qaeda, a la que Washington atribuye los atentados de septiembre pasado.

Rusia insiste en que el cañón de Pankisi se convirtió en un refugio para integrantes de Al Qaeda vinculados con los ataques del 11 de septiembre de 2001.

”Si hubieran estado en nuestro lugar, los estadounidenses habrían bombardeado cualquier cosa que se moviera en Georgia”, afirmó el martes el líder del bloque oficialista del parlamento ruso, Vladimir Voronin, en declaraciones al canal de televisión RTR.

Rusia esgrime ahora el mismo tipo de argumentos empleados por Estados Unidos para justificar su planificado ataque contra Iraq para desalojar del poder al presidente Saddam Hussein.

Ivanov dijo a legisladores rusos el martes que el supuesto apoyo de Georgia a los terroristas se ha demostrado de manera más clara que el de Iraq.

Rusia pidió a Georgia la extradición del líder checheno Ruslan Guelayev. A su vez, Georgia respondió con un pedido de extradición del ex jefe soviético de seguridad en la república, Igor Georgadze.

Moscú niega que Georgadze esté oculto en Rusia, a pesar de que fue entrevistado por varios medios de prensa rusos.

Rusia percibe que Georgia asume en la comunidad internacional una posición prooccidental y antirrusa. Por su parte, Georgia considera que Rusia apoya a separatistas de la región georgiana de Abjazia, controlada por un régimen independentista de facto desde la derrota de las fuerzas regulares en 1993.

Rusia no reconoce la independencia de Abjazia, pero asegura mantener vínculos con los líderes separatistas para mediar entre ellos y Moscú. (FIN/IPS/tra-eng/sb/ss/ff-mj/ip/02

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