ENERGIA-BOLIVIA: Dos países y varias empresas tras el gas natural

La ruta del futuro gasoducto boliviano desde Tarija hasta un puerto en el océano Pacífico es motivo de puja entre Perú y Chile, de polémica en Bolivia y de presión de cuatro corporaciones europeas.

Los yacimientos del meridional departamento boliviano de Tarija poseen reservas de gas natural equivalentes a 5.000 millones de barriles de petróleo, que Bolivia intenta exportar a Estados Unidos y a México.

Para hacerlo debe contar con un gasoducto, que cruzará la frontera para llegar a algún puerto de embarque.

Bolivia busca maneras de superar el enclaustramiento territorial que padece desde la guerra del Pacífico (1879-1884), cuando, aliada con Perú, fue derrotada por Chile, que se anexó las costas oceánicas bolivianas.

El gobierno de Perú ofrece una salida al mar para el gasoducto través del meridional puerto de Ilo, como parte de un plan de integración territorial y económica.

Lima propone a Bolivia una asociación preferencial de integración fronteriza, que supone la creación de una zona económica especial por 99 años, un régimen de libre tránsito y la concesión de un área de 1.000 hectáreas con un puerto exclusivo bajo administración boliviana.

Por su parte, Chile promueve el trayecto hacia el puerto de Mejillones, en el norte de su territorio. Mejillones está 260 kilómetros más cerca de los yacimientos de gas que Ilo, y si fuera elegido, habría un ahorro de 600 millones de dólares en la construcción del gasoducto, según cálculos chilenos.

Los peruanos objetan la estimación, asegurando que la diferencia de costos no supera los 300 millones de dólares.

Según fuentes chilenas, el presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, había adelantado su preferencia por el puerto de Mejillones. Pero Sánchez de Lozada postergó su decisión ante la apasionada polémica política causada por el gasoducto.

La opositora Nueva Fuerza Republicana (NFR) rechazó la oferta del puerto chileno, arguyendo la histórica enemistad de Bolivia con Chile y recordó al gobierno que no cuenta con los dos tercios de los votos del Congreso legislativo unicameral necesarios para aprobar el proyecto.

El líder y ex candidato presidencial de la NFR, Manfred Reyes Villa, visitó Lima la semana pasada, donde se entrevistó con autoridades peruanas para subrayar su respaldo al puerto de Ilo.

Evo Morales, líder del Movimiento al Socialismo (MAS) —la segunda fuerza política en las elecciones presidenciales de mayo en Bolivia—, se opone de plano a la exportación de gas natural y promueve el uso de las fuentes energéticas para el desarrollo interno. El MAS cuenta con 35 de los 157 escaños del Congreso.

En el departamento gasífero de Tarija, la opinión pública y los políticos se manifiestan a favor de la propuesta chilena, alegando que el costo del tendido será menor.

El gobierno boliviano debe decidir rápidamente la ruta del gasoducto si quiere cumplir con el cronograma del plan de exportación a Estados Unidos.

Pero los intereses en torno al gasoducto exceden las fronteras americanas. El ministro de Energía de Gran Bretaña, Brian Wilson, se entrevistó la semana pasada en La Paz con el presidente Sánchez de Lozada, el canciller Carlos Saavedra y el ministro de Hidrocarburos, Fernando Illanes.

El asunto central del encuentro fue la oferta del consorcio Pacific LNG —conformado por las compañías británicas British Gas y British Petroleum y la española Repsol YPF— que defiende el trayecto hacia el puerto chileno.

”Londres sigue con atención el asunto del gas boliviano, y hay representantes de compañías francesas y belgas” impulsando ”la salida del juego de Pacific LNG”, comentó el ex director del Banco Minero de Perú, Francisco Urrunaga.

Mientras ”el consorcio hispano británico juega la carta chilena, la trasnacional belga Tractabel y la francesa TotalFinaElf respaldan la opción peruana”, aseguró Urrunaga.

Razones económicas, geopolíticas y de integración regional están detrás de la puja entre Perú y Chile por lograr que el gas boliviano atraviese sus respectivos territorios.

Los argumentos peruanos se enmarcan en proyectos de integración vial, energética y comercial vigentes con Bolivia en el ámbito de la Comunidad Andina de Naciones, a la que pertenecen ambos países.

En tanto, Chile busca fortalecer las perspectivas de desarrollo industrial de su región septentrional, adquiriendo parte del gas para su consumo, y asegurándose así una fuente de energía de bajo costo.

Perú cuenta con yacimientos de gas natural en la zona de Camisea, en la selva amazónica del meridional departamento de Cusco, donde están avanzados los trabajos de perforación así como la construcción de un gasoducto que desembocará en el central puerto de Pisco, próximo a la capital, Lima.

Pero esta obra no es una alternativa al gasoducto boliviano, pues está destinada a satisfacer el mercado limeño de ocho millones de habitantes, y constituiría una segunda ruta hacia el Pacífico si Bolivia acepta la propuesta peruana, dijeron a IPS fuentes del Ministerio de Energía. (FIN/IPS/al/dcl/en/dv en/02

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