DESARROLLO: Microempresa brinda espacio a mujeres y crea empleo

Las pequeñas empresas merecen una especial atención del sector financiero por ser el sector que ofrece mejores condiciones de ascenso a las mujeres y fuente de muchos empleos, dijeron asistentes al V Foro Interamericano de la Microempresa, que finalizó este miércoles en Brasil.

En ”momentos difíciles”, como los que vive en la actualidad América Latina, gana mayor importancia crear un ambiente favorable para el sector de microempresas, que emplea a 110 millones de trabajadores en la región, destacó el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias.

El gran desafío es ”expandir los servicios financieros” para los pequeños emprendedores, cuya mayoría no tiene acceso al crédito, acotó en su discurso del lunes al inaugurar el Foro.

El BID le atribuye a la microempresa un papel clave en materia económica, como factor de crecimiento y en cuestiones sociales, por constituir un poderoso instrumento para reducir la pobreza.

Uno de los aspectos destacados es el protagonismo que tienen las mujeres en los negocios por cuenta propia, que representan la mitad de las iniciativas de América Latina, según un estudio de Marguerite Berger, experta en microfinanzas y aspectos sociales de la División de Pequeñas, Medianas y Microempresas del BID.

La presencia femenina es inversamente proporcional al tamaño de las empresas en la región, limitándose a un cuarto del total de funcionarios en las grandes y medianas y a 30 por ciento en las pequeñas y microempresas, comprobó la investigadora.

Las mujeres recurren cada vez más al negocio propio ante los prejuicios que aún enfrentan en el mercado de trabajo y más aún para ocupar cargos de responsabilidad, indica el estudio sobre el perfil de las empresarias latinoamericanas.

El cuadro, sin embargo, es muy distinto entre los distintos países de la región. Las mujeres que trabajan por cuenta propia son más numerosas en América Central, donde su presencia en cargos de jerarquía es casi igual a la de los hombres.

En cambio, en Brasil sólo un cuarto de las empresas están en manos femeninas. Las mujeres aún prefieren o son inducidas a trabajar como empleadas de grandes empresas en su mayoría. Eso se debe a la escolaridad más elevada de las brasileñas, según Berger.

Pero, mientras que las mujeres en Brasil se convierten en empresarias por opción de vida, en los países más pobres el pequeño negocio casero o callejero es una cuestión de sobrevivencia, incluso por insuficiencia de escolaridad para ingresar al mercado de trabajo, evaluó la experta.

El BID viene concediendo una creciente prioridad a las pequeñas y medianas empresas (Pymes). Desde 1978 invirtió más de 800 millones de dólares en iniciativas asociadas al sector.

El Foro es promovido cada año por el BID en un país distintos desde 1998.

Esta vez le tocó el turno a Río de Janeiro, donde contó con el patrocinio de las principales instituciones de fomento que apoyan la microempresa del país, entre ellas el Servicio Brasileño de Apoyo a la Pequeña y Microempresa (Sebrae), el Banco del Nordeste y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social.

En América Latina existen 65 millones de microempresas, casi la mitad del universo empresarial de la región, y sus 110 millones de puestos de trabajo tienen un peso decisivo en el proceso económico y en los ingresos de la población más pobre, apuntó el jefe de la División de Pymes del BID, Alvaro Ramírez.

En Brasil, el Sebrae calcula en 16 millones las microempresas, un gran parte creada de modo informal, empleando poco más de un tercio de la población económicamente activa, es decir unas 30 millones de personas. Su contribución al producto interno bruto alcanza a 20 por ciento.

El Banco del Nordeste, el principal financiador de pequeños negocios a través del llamado microcrédito, otorgó 748.700 préstamos a microempresas desde 1997, informó el coordinador del programa CrediAmigo de la institución, Enildo Vasconcelos.

El BID formalizó en el V Foro Interamericano de la Microempresa un préstamo de 30 millones de dólares para el Banco del Nordeste, con destino a la expansión del plan CrediAmigo.

La zona del nordeste, la más pobre de Brasil, tiene una economía más dependiente de sus 2,2 millones de microempresas, que ocupan 61 por ciento de la población activa local. Pero sólo dos por ciento de ellas tienen acceso al microcrédito, un mecanismo clave para su sobrevivencia y desarrollo.

Esa situación tiende a cambiar, ya que proliferaron en los últimos años las iniciativas de bancos, organizaciones no gubernamentales y municipalidades para ofrecer pequeños préstamos, en general de algunos centenares de dólares y que alcanzan a pocos miles de dólares como máximo. (FIN/IPS/mo/dm/if dv/02

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