Subsidios a la producción de azúcar de la Unión Europea (UE) frenan el despegue en Africa Austral de una promisoria industria, según un informe presentado en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible.
Ellos (los europeos) son ricos, y podrían darnos una oportunidad de vivir, dijo un cultivador de caña de azúcar de Mozambique a investigadores de la organización no gubernamental humanitaria británica Oxfam, responsable del estudio.
Los subsidios permiten a firmas azucareras de la UE vender a precios bajos en importantes mercados externos, en competencia desleal con los productores más pobres del planeta.
Las exportaciones subsidiadas también empujan el precio internacional a la baja, en perjuicio de todos los otros exportadores, señaló a IPS la autora del informe, Kate Raworth.
La competencia subsidiada causa pérdidas a los productores africanos incluso en sus propios países. De ese modo, los contribuentes europeos pagan la destrucción de medios de subsistencia en algunos de los países más pobres, según el estudio.
Eso impide que la exportación de un producto agrícola básico contribuya en forma importante al alivio de la pobreza en Africa austral, alegó Oxfam, que pidió a la UE una reducción de 25 por ciento de su producción azucarera, para incrementar el acceso de agricultores africanos a los mercados.
La disminución de la cosecha de la UE reduciría el impacto en el mercado internacional del dumping (exportación a precios menores que el costo de producción, debido a subsidios).
Representantes de países en desarrollo han jerarquizado la cuestión del comercio internacional en los debates de Johannesburgo, que comenzaron el lunes y que se prolongarán hasta el 4 de septiembre.
Los participantes destacaron que la UE, Estados Unidos y el resto de los países industrializados que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico destinan casi 1.000 millones de dólares diarios a subsidiar su producción y exportaciones agrícolas.
Africa Austral produce azúcar con bajos costos, competitivos en el mercado internacional, pese a sus actuales problemas de sequía, y podría obtener importantes ganancias si sus exportaciones del dulce no afrontaran competencia subsidiada, según expertos.
Sudáfrica, Malawi, Swazilandia y Zambia se destacan entre los países de la región con creciente capacidad de abastecer a grandes mercados de Africa Septentrional y Medio Oriente, dominados en la actualidad por firmas europeas.
Estados Unidos subsidia su producción azucarera mediante fijación de precios en un mercado interno protegido, al igual que la UE, y eso permite que las firmas estadounidenses del sector también compitan con ventajas por mercados externos.
El costo de producción en Sudáfrica de un kilogramo de azúcar es 32 centavos de dólar, mucho menor que los 80 centavos que cuesta producir la misma cantidad en Estados Unidos y los 69 centavos que cuesta en la UE, destacó el director ejecutivo de la firma azucarera sudafricana Tongaat-Hulett, Peter Staude.
Sudáfrica produce 1,4 millones de toneladas anuales de azúcar con destino a la exportación, y su costo de oportunidad (pérdida de ingresos potenciales) debido a subsidios europeos y estadounidenses es unos 150 millones de dólares anuales, según cálculos de Oxfam y de la industria azucarera local.
Eso afecta en forma directa a unos 55.000 productores locales de azúcar en terrenos de una o dos hectáreas, que son en su mayoría mujeres y pobres.
Otra consecuencia se mide en desocupación. La firma sudafricana Beacon despidió a 1.000 trabajadores en el periodo 1997-1999, para afrontar pérdidas en el mercado local por competencia subsidiada europea en el mercado de caramelos y en el de chocolates.
Varios populares productos sudafricanos derivados del chocolate fueron retirados del mercado por falta de demanda, debido a esa competencia.
Sindicatos locales han impulsado sin éxito campañas de boicot a los chocolates importados, y hubo iniciativas similares en el mercado de la vestimenta, también para resistir competencia externa considerada desleal.
Oxfam preguntó en su informe si los ciudadanos de la UE saben a qué se destinan el dinero de sus impuestos y el sobreprecio que pagan por el azúcar.
Swazilandia, Malawi, Mozambique y Zambia tratan de aumentar su producción de azúcar, el recurso más competitivo con que cuentan para lograr crecimiento económico, pero la depresión de precios internacionales, debido al sistema de subsidios, afecta la rentabilidad y la sustentabilidad de la industria azucarera en esos países, destacó.
Esa industria podría contribuir mucho al alivio de la pobreza, si el comercio justo fuera una práctica universal en el mercado del azúcar, aseguró. (FIN/IPS/tra-eng/fk/mn/mp/dv/02