Cuando los espectadores africanos comenten los pormenores de la telenovela Corazón y alma, tendrán que referirse a la epidemia de sida, la ecología y los derechos de hombres y mujeres.
Eso es precisamente lo que pretendía la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al financiar los primeros capítulos de la serie, que será estrenada a fines de este mes por la televisión de Kenia.
El sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) aparece en la telenovela durante la agonía de Noha Meli, un hombre de 69 años que ocultó a su nieto su verdadera enfermedad mientras éste lo cuidaba.
Otro personaje, Simeon Karani, se infecta tras tener relaciones sexuales con una prostituta.
Si los seis capítulos iniciales, grabados con un costo de 192.000 dólares, logran atraer a la teleaudiencia, la iniciativa recibirá financiación para los próximos cinco años, y la historia se transmitirá en varios países africanos.
El proyecto prevé la distribución gratuita a los 23 países africanos de lengua inglesa, que representan una audiencia de 50 millones de personas, y se espera que otros 30 millones que hablan swahili escuchen la versión radiofónica del drama.
Además del argumento estamos creando confianza, y esa confianza es lo que se percibe en esta sala, dijo la productora Mumbi Kaigwa tras la proyección de un capítulo de la telenovela, que fue saludado con aplausos entusiastas en la sede de Film Studios en Nairobi.
Una telenovela con actores y temas africanos es una novedad en Kenia, donde se suele valorar más la música, las películas y la moda extranjeras.
La televisión está dominada por programación extranjera, que tiene poca relación con la vida cotidiana de la teleaudiencia.
Las vidas de los personajes de la telenovela atraviesan situaciones que permiten tratar asuntos como la pobreza, el ambiente, los derechos humanos y la igualdad entre hombres y mujeres.
Por ejemplo, en el primer episodio, la familia Karani se ve en la encrucijada de decidir cuál de sus hijos mellizos —una niña y un varón— continuará asistiendo a la escuela, pues el presupuesto no alcanza para ambos.
En mi época, se esperaba que las niñas fueran buenas esposas. Si no podemos tener a ambos en la escuela, la opción es clara. A Charles le está yendo bien, podría integrar el equipo nacional de atletismo y ganar mucho dinero, alega su abuelo.
Pero la abuela de los mellizos replica: Todos los días agradezco a Dios que estos niños hayan nacido. Ahora las niñas van a la escuela. Si hay alguien que merece una buena educación es Charity. Ella puede llegar a ser maestra o abogada, o seguir una carrera con futuro.
Otro personaje, el malvado Benja, intenta convertir la plantación cafetalera de su madre a la plantación de rosas para obtener ganancias rápidas, aunque arruinando el suelo.
El principio comunicativo de una buena telenovela es que genera conversación y discusión sobre el argumento, los personajes y los temas que explora, dijo el director del proyecto, Clive Haines, quien pretende hacer llegar la historia a cada familia africana.
Es a través de esa comunicación que se forman las opiniones, se moldean los personajes y los puntos de vista de las personas allegadas comienzan a presionar sobre patrones de conducta individuales, familiares y comunitarios, agregó Haines.
Ronnie Andrews, representante de TV Africa, que emitirá el programa, cree que la novela será un gran éxito.
Corazón y alma echará mano además a obras de teatro en áreas rurales, publicidad callejera, diarios y paquetes educativos para ser distribuidos en los hogares.
Veinticinco agencias de la ONU decidieron auspiciar la iniciativa, ante la urgencia de medidas efectivas para controlar la rápida expansión del sida en Africa.
Sólo en 2001 murieron de sida 2,2 millones de africanos, y se estima que entre 2002 y 2020, 55 millones perderán la vida por la enfermedad, sostuvo este mes un informe del Programa Conjunto de las Naciones Unidas contra el VIH/Sida (Onusida).
Setecientas personas mueren de sida por día en Kenia, y una de cada cinco personas está infectada con VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del mal.
Durante años se destinaron millones de dólares a divulgar información sobre una conducta social segura, pero se necesitan esfuerzos extraordinarios.
Somos famosos por producir papel, mucha jerga y acrónimos, pero necesitamos que la gente escuche, dijo el director del Centro de Información de la ONU, Tore Brevik. (FIN/IPS/tra- en/ks/mn/lp/dcl/cr/02
