El gobierno de Argentina decidió este martes realizar en marzo de 2003 las elecciones presidenciales previstas originalmente para septiembre de ese año, con el fin de atenuar las cada vez más radicalizadas protestas sociales.
El nuevo calendario electoral, anunciado en víspera de una nueva marcha callejera de oposición que expertos calculan será multitudinaria, obliga también a adelantar para noviembre los comicios internos de los partidos a padrón abierto.
El presidente Eduardo Duhalde, a través de un mensaje de menos de tres minutos transmitido por cadena de radio y televisión, admitió que el país necesita un gobierno fortalecido por el voto popular, que sea capaz de llevar a la práctica las reformas para un desarrollo sustentable.
He decidido que en cuatro meses a partir de hoy los argentinos elijan en internas abiertas y democráticas sus candidatos a presidente y vicepresidente y que 120 días después se vote el nuevo gobierno para los siguientes cuatro años, añadió.
Duhalde explicó que al asumir el cargo el 1 de enero se comprometió a alejar el país de una situación de preanarquía y salir de la depresión económica.
Ello requiere reinsertarse en la comunidad internacional, un hecho que está muy próximo, pese a la larga y difícil negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó.
Además, manifestó su deseo de que se renueven todos los cargos electivos, aunque esa es una decisión que sólo les compete al Congreso legislativo bicameral y a los gobiernos provinciales.
Duhalde fue designado presidente el 31 de diciembre por el Congreso para finalizar el mandato de cuatro años de Fernando de la Rúa, quien asumió a fines de 1999 y renució el 20 de diciembre en medio de la debacle económica, que derivó en un estallido social con un saldo de 31 muertos y decenas de heridos.
Los sucesivos fracasos de Duhalde en su intento de reactivar la economía, en recesión desde hace cuatro años, y de alcanzar un acuerdo crediticio con el FMI llevaron su popularidad inicial de 50 por ciento de adhesión a menos de 10 por ciento.
El desprestigio del gobierno tras seis meses también afectó la moneda local y disparó la inflación. El peso se cotiza hoy en torno a cuatro unidades por dólar, luego de permanecer uno a uno por más de 11 años gracias a la ley de convertibilidad, derogada en enero.
Una consulta realizada por el Centro de Investigaciones en Estadística Aplicada indicó esta semana que 60 por ciento de los consultados pedía elecciones cuanto antes y sólo 24 por ciento pretendía que Duhalde finalizara su mandato en diciembre de 2003, como señalaba el cronograma original.
Las encuestas de opinión de voto a la presidencia dan como favorita para ganar una presunta elección este año a la diputada opositora Elisa Carrió.
Sin embargo, Carrió queda en segundo lugar en caso de sumar las adhesiones individuales de los posibles candidatos del gobernante Partido Justicialista (peronista).
El adelantamiento de las elecciones, reclamado por un amplio abanico de sectores, era resistido por Duhalde, quien sostenía que cualquiera fuera el presidente elegido perdería respaldo en poco tiempo a causa de la aguda crisis económica, sobre todo si no lograba el apoyo del FMI que él estaba seguro de conseguir.
El ansiado acuerdo no llegó. Pero el fin de semana pasado, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, consiguió en Washington la postergación por un año de obligaciones por 1.000 millones de dólares con el FMI, cuyo vencimiento es para mediados de este mes.
El resultado de la misión fue pobre en comparación con las expectativas de Lavagna de obtener el aplazamiento de todos los pagos de deuda con los organismos multilaterales de crédito de este año y de 2003, por alrededor de 18.000 millones de dólares.
El director gerente del FMI, Horst Koehler, afirmó este martes en Nueva York que uno de los problemas más difíciles que debe superar Argentina es la falta de confianza de la gente en el gobierno y en el sistema político.
Colaboradores cercanos a Duhalde señalaron, además, que la muerte de dos manifestantes a manos de la policía el miércoles de la semana pasada también aceleró la decisión de adelantar las elecciones presidenciales.
Organizaciones sindicales, partidos de oposición, activistas humanitarios, estudiantes y desempleados convocaron para este miércoles a una nueva marcha de protesta contra la política económica, el FMI y en repudio de la represión policial.
En la protesta realizada el miércoles pasado, además de la muerte de dos jóvenes, resultaron heridos un centenar de personas que reclamaban por aumentos de subsidios de desempleo, alimentos y medicinas. (FIN/IPS/mv/dm/ip/02
