AMBIENTE: Río + 10 en aguas turbulentas

Diferencias sobre los subsidios agrícolas de los países ricos y la financiación de la agenda ambiental empantanaron las negociaciones para la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, que se celebrará a fines de agosto.

Ochenta días antes de la cumbre, 100 ministros de Ambiente reunidos del 27 de mayo al 8 de junio en Bali, Indonesia, no lograron acordar un plan de acción.

La cuarta y última reunión preparatoria (Prepcom IV) trasladó la discusión a la conferencia que se llevará a cabo del 26 de agosto al 4 de septiembre en la ciudad sudafricana de Johannesburgo, llamada Río + 10, porque revisará la agenda de la Cumbre de la Tierra, celebrada en 1992 en Río de Janeiro.

Ante el riesgo de un mal acuerdo, las organizaciones ambientalistas reclamaron que el texto con numerosos párrafos entre corchetes (sin acuerdo) fuera llevado así a la cumbre.

Aunque el borrador presentado el viernes 7 por el ministro de Ambiente sudafricano Mamad Valli Moosa contenía compromisos ”frágiles” e inaceptables para varios miembros del Grupo de los 77 países en desarrollo y China, éste decidió aprobarlo sujeto a la aceptación incondicional de los otros negociadores.

Pero no todos los países de la Unión Europea aceptaron las referencias a los subsidios agrícolas. Estados Unidos y Japón esgrimieron más de 12 objeciones, y lo propio hicieron Australia y Canadá, sellando la suerte del último intento por alcanzar un texto común.

”Un plan de objetivos requiere recursos, y los países industrializados rehuyeron el compromiso, principalmente por la inflexibilidad de Estados Unidos”, dijo el ministro de Ambiente de Brasil, José Carlos Carvalho.

Estados Unidos procuró reabrir discusiones sobre acuerdos alcanzados, como la Convención sobre Diversidad Biológica.

”Conseguimos garantizar que los compromisos y principios de Río son innegociables. Aunque es lamentable que en lugar de gastar energía para avanzar, la gastemos para evitar el retroceso”, comentó.

Para algunos observadores las dificultades se deben a los problemas para integrar los tres pilares del desarrollo sustentable: el comercio, la financiación y el ambiente, sostuvo el canadiense Instituto Internacional para el Desarrollo Sustentable.

”La vergonzosa hipocresía de los países ricos ha llevado este desafortunado episodio a su fin. Pero no es tarde para que los gobiernos asuman sus responsabilidades y acuerden un plan de acción significativo en Johannesburgo”, dijo el director político de Greenpeace Internacional, Remi Parmentier.

Es probable que algunos propósitos como el abatimiento de la pérdida de diversidad biológica sean rehenes de las negociaciones de último momento.

Aunque la declaración final de Johannesburgo no se discutió formalmente en Bali, el progreso hacia un texto común puede determinar la presencia de varios jefes de Estado y de gobierno y asegurar el carácter de ”cumbre”, aún no garantizado en opinión de varios observadores.

El no gubernamental Foro de los Pueblos de Bali lanzó una campaña para lograr un millón de firmas que refrenden un lema globalifóbico: ”Nosotros los pueblos creemos que otro mundo es posible”.

*Publicado originalmente el 15 de junio en la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (FIN/Tierramérica/dcl/en/dv/02

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