(Arte y Cultura) LIBROS-MERCOSUR: Guerra del Paraguay, una expiación literaria

El Mercosur ya tiene una obra literaria de plena integración, de autoría colectiva y sobre una tragedia histórica que involucra a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los cuatro países que lo conforman.

La novela titulada ”Los conjurados del Quilombo del Gran Chaco”, en español, y ”O Livro da Guerra Grande”, en portugués, en la que interviene un escritor por cada país, es una obra atípica, sin fronteras entre ficción y realidad, sobre la Guerra del Paraguay, también llamada de la Triple Alianza (1865-1870).

Augusto Roa Bastos, de Paraguay, Alejandro Maciel, de Argentina, Omar Prego Gadea, de Uruguay, y Eric Nepomuceno, de Brasil, firman, en ese orden, las cuatro partes del libro, naturalmente sin unidad de estructuras y de estilos.

La historia parte de un hecho poco conocido de la guerra que enfrentó a Paraguay con la alianza de los tres países que hoy son sus socios en el Mercosur (Mercado Común del Sur), relatado por Richard Francis Burton, cónsul itinerante inglés y un viajero incansable que tradujo ”Las mil y una noches” y ”Kama Sutra”.

”Del lado opuesto del río Paraguay, el del Gran Chaco, se ha fundado un amplio quilombo o establecimiento de fugitivos, donde brasileños y argentinos, orientales (uruguayos) y paraguayos viven juntos en mutua amistad y en enemistad con el resto del mundo y la guerra”, escribió Burton.

Se trataba de desertores que, cansados de la matanza sin sentido, se juntaron en un poblado a fines de 1867 o comienzo de 1868, para vivir en total igualdad y democracia, según la consigna ”Paz en paz y guerra a la guerra”.

El ”quilombo” fue ubicado gracias a la traición de un sacerdote argentino y destruido en julio de 1868 por tropas brasileñas, según la versión de Alejandro Maciel, escrita en forma de un diario supuestamente dejado por un capitán argentino que había sido uno de los líderes de la república antiguerrera.

El coautor brasileño de esta obra precisa que se les llamaba quilombo a las repúblicas en que se refugiaban los esclavos africanos en Brasil, aunque en el Río de la Plata se usa esa palabra para señalar los burdeles.

El libro empieza con dos capítulos del mayor escritor paraguayo, Roa Bastos, autor de ”Yo, el Supremo” y distinguido en 1989 con el Premio Cervantes, de España.

Roa Bastos dibuja las preocupaciones políticas, literarias y filosóficas del general argentino Bartolomé Mitre, jefe de los ejércitos de la Triple Alianza, a través de un poético diálogo con un subordinado suyo y compatriota, el pintor Cándido López, narrado sin guiones para separar el habla de uno y de otro.

Mitre, un guerrero con inquietudes intelectuales, traducía en plena guerra ”El Infierno”, de la ”Divina Comedia” de Dante Alighieri, mientras López, ya sin una mano perdida en batalla, documentaba los escenarios bélicos en sus cuadros, criticando las razones de Estado y de la guerra.

Los últimos días del presidente de Paraguay Francisco Solano López, quien murió sable en mano en batalla en marzo de 1870, son reconstruidos literariamente en un segundo capítulo por Roa Bastos, quien fue el autor de la idea del libro.

Para ello, el escritor paraguayo utiliza parte de las 27 cartas que escribió Burton entre agosto de 1868 y abril de 1869 ”desde los campos de batalla del Paraguay”, publicadas a fines de 1870, en las que hace sobresalir la figura estoica de un Solano López con dolor de dientes junto a su altiva amante, la irlandesa Elisa Lynch.

Terrible y simbólica es la mutilación de otro pintor, paraguayo y también llamado Cándido López, que dibuja y pinta la destrucción, los cuadros de los derrotados.

El paraguayo López, después que un trozo de metralla le arranca el brazo derecho, aprende a pintar con el izquierdo, que luego será destrozado por un obús. Así, seguirá pintando con los pies hasta que también la guerra se los lleva, pasando entonces a ”pintar con el pincel apretado entre los dientes”.

Un encuentro emocionante entre los dos pintores López, testigos trágicos de la guerra que ”exterminó casi una generación de paraguayos e hipotecó el futuro de la arruinada nación”, es promovido por Maciel en el Quilombo del Gran Chaco.

En tanto, la mirada del periodista y novelista uruguayo Omar Prego Gadea, también basada en cartas y escritos de un general que adhirió al Quilombo, introduce el asesinato en febrero de 1868 del presidente uruguayo, general Venancio Flores, como hecho dramático relacionado con la Guerra Grande.

La última parte, de Eric Nepomuceno, cuentista y traductor de muchos escritores latinoamericanos, como el colombiano Gabriel García Márquez, trata con humor y sarcasmo la participación brasileña en la guerra y en el Quilombo.

Para eso creó, por ejemplo, un personaje que se incorporó al ejército para no pagar sus deudas, empleó su capacidad de hacer amistades para hacerse mensajero de comandantes y disfrutar el caos de la guerra, violentar adolescentes, procrear hijos por todas partes, uno de los cuales llevó al suicidio a un general uruguayo.

La novedosa novela es un símbolo del Mercosur, pero trata también de estimular un exorcismo o una reflexión sobre la guerra que determinó el subdesarrollo más acentuado de Paraguay en comparación con sus socios en el bloque.

La historia de esa guerra, cuya cantidad de muertos tiene cálculos muy diferentes, está en revisión desde los años 60, superando las versiones patrióticas vigentes hasta entonces.

En Brasil acaba de publicarse ”Maldita guerra”, de Francisco Doratioto, libro elogiado como equilibrado producto de una sólida investigación. (FIN/IPS/mo/dm/cr/02

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