VENEZUELA: Cierta normalidad civil e incertidumbre militar

La vida social y económica de Venezuela recobraba este lunes la normalidad tras el un golpe de Estado del viernes y la restitución del presidente Hugo Chávez el domingo, pero persiste la incertidumbre sobre la situación interna en las Fuerzas Armadas.

Después de seis días de crisis política y enfrentamientos que concluyeron con al menos 70 muertos, el comercio y la banca abrió sus puertas este lunes, así como la mayoría de los centros educativos, aunque con muchas ausencias.

La mayoría de los empleados del Estado regresaron a sus oficinas y también los ministros depuestos el viernes, excepto algunos, que renunciaron.

Las Fuerzas Armadas, que demostraron ser la clave del poder político al determinar la caída y la restitución de Chávez, están fracturadas y cualquier paso en falso del presidente en sus filas podría abrir otro capítulo de la crisis, advirtieron analistas.

El restituido comandante de la Guardia Nacional, general Belisario Landis, leal a Chávez, admitió que existe ”una fractura en las Fuerzas Armadas” y anunció que un nuevo alto mando militar será designado en breve.

Los inminentes cambios en filas castrenses consumieron, al parecer, buena parte del primer día de Chávez como presidente restituido legalmente en el cargo, el domingo.

”Chávez se jactaba, con su particular estilo, que la totalidad de las Fuerzas Armadas estaban con su régimen, pero un sector de estas Fuerzas Armadas lo tumbó”, dijo este lunes el director del vespertino Tal Cual y ex ministro de Planificación Teodoro Petkoff.

La crisis de la última semana demostró que ”los militares son los que efectivamente tienen el poder en el país”, agregó Petkoff, un ex guerrillero que participó en la fundación del Movimiento al Socialismo.

Chávez y su ministro de Defensa, José Vicente Rangel, insistieron el domingo en señalar que existe normalidad dentro de los cuarteles.

Sin embargo, el control de las Fuerzas Armadas será el desafío más difícil para Chávez, un teniente coronel retirado que encabezó en 1992 un alzamiento contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez.

Un grupo de altos oficiales militares desconocieron el poder de Chávez e instalaron en el poder al empresario Pedro Carmona el viernes, y lo que sucedió en los dos días siguientes dejó en evidencia posiciones encontradas dentro de la cúpula castrense.

La prueba de fuego para el repuesto presidente será no sólo los próximos ascensos militares sino también las posibles sanciones que disponga a los uniformados que apoyaron su derrocamiento.

Chávez dedicó el domingo a reuniones con oficiales militares y brindó su única declaración pública luego de recuperar el poder en la base aérea de Maracay, que había desconocido al gobierno de Carmona iniciando una reacción en cadena contra el golpe de Estado en otros cuarteles.

Organizaciones de derechos humanos recordaron que Carmona, quien se encuentra detenido, no puede ser el chivo expiatorio, y que entre los generales que apoyaron al empresario también debe haber sanciones, en el marco de la ley y con el respeto al debido proceso.

La Fiscalía General confirmó que Carmona sigue detenido en una base militar pero que no está incomunicado. Sus familiares, abogados y fiscales lo han visitado.

Por otro lado, en algunas zonas de Caracas, especialmente entre el sábado y domingo, se registraron saqueos de comercios, mientras que los cuerpos policiales y militares permanecían en los cuarteles, debido a la confusión institucional que reinaba.

También existe inquietud en torno de la determinación de responsabilidades por las víctimas de los enfrentamientos registrados durante la crisis. En ese sentido, un grupo de organizaciones de derechos humanos pidieron la creación de una ”comisión de la verdad”.

La morgue de Caracas informó a IPS que entre el jueves y el domingo se registraron 52 muertes por disparos, pero no todas pueden atribuirse a enfrentamientos políticos, pues en la capital se registra gran cantidad de asesinatos todos los fines de semana.

Una nutrida marcha de oposición a Chávez se encontró el jueves con simpatizantes del mandatario entre los que figuraban francotiradores.

El Programa Venezolano de Educación y Acción en Derechos Humanos dijo a IPS que en la jornada del jueves, cuando opositores y simpatizantes se toparon y se registró la presencia de francotiradores, hubo 24 muertos y más de 120 heridos.

El viernes, mientras se instalaba el ”gobierno transitorio” de Carmona, se registraron allanamientos y atropellos contra seguidores de Chávez. El sábado, al iniciarse las protestas que degeneraron en saqueos, fueron asesinados manifestantes chavistas.

La llegada de Chávez al poder, en la madrugada del domingo, no implicó de inmediato una restitución de un clima de seguridad en Caracas.

Efectivos de la militarizada Guardia Nacional garantizando la seguridad en barrios populares en el oeste de Caracas en la tarde del domingo, aunque muchos comercios habían sido saqueados y en algunos casos incendiados.

El martes comenzó una huelga general convocada por la central sindical y por la principal cámara empresarial para presionar por la renuncia de Chávez.

Chávez fue derrocado en la madrugada del viernes, pero 48 horas después fue restituido. (FIN/IPS/ac/mj/ip/02

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