La huelga general realizada este martes por las principales organizaciones sindicales y empresariales de Venezuela contra el gobierno de Hugo Chávez tuvo un acatamiento menor al primer paro, que se cumplió en diciembre.
El conflicto laboral en la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), motor de la economía nacional y principal fuente de divisas, sirvió esta vez de telón de fondo al reclamo de cambios en la política gubernamental.
Las actividades mermaron en distintas áreas de Caracas, aunque muchos comercios, pequeñas empresas y el transporte público funcionaron, pero con un número menor de personas en la calle que en días normales, según pudo comprobar IPS en un recorrido por varias zonas de la ciudad.
La huelga general fue convocada por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), la principal central obrera y opositora al gobierno, y contó con el respaldo de Fedecámaras, el mayor grupo de asociaciones empresariales del país.
Fedecámaras, con el aval de la CTV, realizó el 10 de diciembre la primera huelga general contra el gobierno de Chávez. En esa oportunidad, los empresarios exigieron la rectificación de una serie de leyes aprobadas por el gobierno gracias a poderes especiales otorgados por el parlamento.
La paralización de actividades concretada este martes había sido originalmente planteada para el 18 de este mes, pero la CTV la adelantó para hacerla coincidir con el conflicto en Pdvsa, desatado por el descontento de gerentes de la firma ante la designación de nuevos directores.
Javier Elicheguerra, propietario de una imprenta en el este de Caracas que permaneció abierta este martes, manifestó a IPS su rechazo con la medida, pese a que se opone al gobierno de Chávez.
Si no trabajo no llevo nada para la casa, así que tengo que trabajar, comentó en tanto un vendedor ambulante del centro de la capital venezolana, donde se registró un mayor movimiento por concentrarse en la zona oficinas públicas y las sedes principales de los bancos, todos los cuales funcionaron con normalidad.
En el recorrido por Caracas, IPS comprobó que el suministro de gasolina ser realizaba con normalidad. Este aspecto es central, ya que el día 4, cuando comenzó la huelga de gerentes, técnicos y personal administrativo de Pdvsa, se registraron largas colas en los centros de venta y cierto desabastecimiento de combustible.
El ministro de Defensa, José Vicente Rangel, aseguró este martes que la situación en la refinación de crudo, distribución interna y exportación está en normalidad.
Rangel habló desde el conjunto de refinerías de Amuay, en el estado Falcón, uno de los centro más grandes de su tipo en América Latina. Otros miembros del gobierno también se trasladaron a lugares claves de la industria petrolera para comprobar el funcionamiento de Pdvsa.
La huelga en Pdvsa hasta ahora sólo ha afectado la parte administrativa y sólo se vio resentida por tres días la actividad en la refinería de El Palito.
El paro fracasó. La industria petrolera está trabajando, las empresas básicas (siderurgia y aluminio) no se paralizaron, tampoco el transporte público, comentó Chávez, quien salió a la calle y recorrió varios barrios populares de Caracas.
Analistas políticos atribuyeron la menor adhesión a la huelga este martes, respecto del 10 de diciembre, a la falta de preparación previa, por haber sido adelantada, y al rechazo que causa la CTV en algunos sectores, incluso sindicales.
La Federación de Empleados Públicos no se sumó abiertamente a la medida de lucha, lo cual restó el posible apoyo de un millón de trabajadores.
Los empleados de la Universidad Central de Venezuela, la principal del país, tampoco adhirieron a la huelga. Sin embargo, muchos centros educativos privados paralizaron sus actividades.
Mientras, a lo largo del día se desató una singular guerra informativa entre el gobierno y los convocantes a la huelga.
El gobierno de Chávez dispuso de una decena de cadenas nacionales de radio y televisión, mientras que las empresas privadas de comunicación presentaban mayormente los puntos favorables a sindicatos y empresarios.
El presidente de la CTV, Carlos Ortega, dijo que 80 por ciento del país había adherido a la medida. En tanto, el gobierno no ofreció cifras, pero recalcó que la huelga fue un fracaso.
El vicepresidente, Diosdado Cabello, reiteró su posición de que la paralización de actividades fue una acción política de grupos que quieren la salida de Chávez del gobierno y que no existen demandas laborales.
Por su parte, el abogado Juan Rafalli, dirigente de una organización de la sociedad civil, señaló el gobierno por lo que consideró un abuso de poder por las constantes interrupciones en los medios de comunicación audiovisuales.
El gobierno ha secuestrado el tiempo de los medios impidiendo que la población se entere de la situación. Este es un uso irracional y desproporcionado, comentó al anunciar que presentará un recurso de amparo ante el Tribunal Supremo de Justicia contra las cadenas oficiales de radio y televisión.
Los servicios públicos, especialmente el transporte, funcionaron como cualquier otro día de semana. En el aeropuerto de Maiquetía, próximo a Caracas y el principal del país, se realizaron las operaciones aéreas con toda normalidad, informó su director general, José Vielma.
La terminal de transporte terrestre de La Bandera, en Caracas, funcionó normalmente y las unidades salieron hacia el interior, confirmaron a IPS autoridades de ese centro.
En tanto, el presidente del Sindicato de los Trabajadores del Metro (ferrocarril subterráneo) de Caracas, Francisco Torrealba, confirmó que los empleados de ese servicio no se sumaron a la huelga. (FIN/IPS/ac/dm/lb/02