Estados y territorios con jurisdicción financiera autónoma europeos permiten el lavado de dinero más que naciones en desarrollo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a 24 países industrializados.
La OCDE, con sede en París, señaló a las jurisdicciones financieras europeas de Andorra, Liechtenstein y Mónaco, junto con Islas Marshall, Naurú y Vanuatu, como paraísos fiscales cuyas normas estimulan el lavado de dinero, en un estudio sobre competencia impositiva perjudicial.
El informe anterior en la materia, publicado hace dos años incluía a otros 31 paraísos fiscales, que de enero a abril de este año aceptaron acuerdos con la organización para intercambiar información y aplicar normas de transparencia de los flujos internacionales de dinero.
Ese éxito se debió en gran medida al impacto internacional de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, que determinaron un cambio de la política estadounidense en la materia.
Washington se oponía a los esfuerzos de la OCDE para lograr cambios de las políticas fiscales en los llamados paraísos, pero luego de aquellos atentados jerarquizó la tarea de impedir que redes terroristas internacionales aprovecharan facilidades para lavar dinero, dijo a IPS en París una fuente de la OCDE.
Sin embargo, países y territorios europeos colaboran poco o nada en el frente financiero de la campaña mundial contra el terrorismo.
Los autores de otro informe, del Grupo de Trabajo para la Acción Financiera (FATF, por sus siglas en inglés), incluyeron a Hungría, Rusia y Ucrania en una lista de 19 países que no cooperan para lograr transparencia e intercambio de información en las transacciones financieras.
Esa lista incluye también a Birmania, Dominica, Egipto, Filipinas, Granada, Guatemala, Indonesia, Islas Cook, Israel, Líbano, Islas Marshall, Naurú, Nigeria, Niue, San Cristóbal y Nevis, y San Vicente y Granadinas.
La nómina no ha cambiado desde septiembre del año pasado, dijo a IPS el secretario ejecutivo del FATF, Patrick Mullet.
El FATF, especializado en la lucha internacional contra el lavado de dinero, fue creado en 1989 por el Grupo de los Siete países más poderosos, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón, y en el cual participan otras 22 naciones.
El grupo define al lavado de dinero como el procesamiento de ganancias criminales para disimular su origen ilegal, incluyendo el lucro generado por narcotráfico, contrabando de armas, redes de explotación de servicios sexuales, desvío de fondos, espionaje comercial, sobornos y fraudes cometidos con computadoras. (FIN/IPS/tra-eng/jg/ss/mp/if ip/02