(Arte y Cultura) HUMOR-ZAMBIA: Yuss, la pesadilla de los políticos

El caricaturista Trevor Ford, más conocido como Yuss, arranca carcajadas a los lectores de diarios y revistas y perturba el sueño de políticos y gobernantes.

”Bienvenidos a Lusaka, centro mundial de los baches”, saluda a los visitantes un enorme cartel ubicado en una avenida de los suburbios de Lusaka, capital de Zambia.

Debajo del cartel, los preocupados conductores aprietan los dientes y procuran seguir con vida mientras eluden los enormes hoyos de la destrozada avenida que conduce al distrito comercial del centro de la ciudad.

El saludo es propio de Ford, el caricaturista más prolífico y la pesadilla recurrente de la mayoría de los políticos locales.

Durante más de un decenio este hombre tímido ha hecho reír a los lectores de diarios, mientras encolerizaba a los personajes públicos con su irreverente interpretación de la vida social y política de la nación de Africa austral.

Yuss, el seudónimo con que firma sus trabajos, es protagonista de los medios escritos nacionales desde 1991, cuando junto a las primeras elecciones multipartidarias del país apareció el primer medio escrito independiente, el semanario Post.

Su primera caricatura en el Post provocó una demanda del director ejecutivo del consorcio estatal Minas de Cobre Consolidadas de Zambia, responsable de 80 por ciento de las exportaciones del país, Francis Kaunda.

La imagen ridiculizada de Kaunda acompañaba un artículo que exponía una compleja red de corrupción dentro de la compañía, destinada al enriquecimiento de varios altos funcionarios.

El caso se resolvió con un acuerdo extrajudicial, y el trabajo de Ford continuó desafiando el humor de varios gobiernos.

Su temática preferida es la incompetencia y la corrupción de los funcionarios públicos, frecuentemente retratados como obesos bufones dedicados al consumo desenfrenado y rodeados de un panorama de privación.

”Aquí tiene a su niño, señora. Físicamente está bien”, dice una partera mientras entrega el recién nacido a su exhausta madre. ”Sin embargo, debo advertirle que ha nacido sin cerebro”, agrega.

”No hay problema”, contesta exultante la madre en una humorada típica de Yuss. ”Su padre espera que sea político cuando crezca”.

En sus caricaturas, Ford delata la frustración que le provoca la tolerancia fatalista de la sociedad con los excesos oficiales.

Este sentimiento fue evidente cuando trató la detención del dirigente del Partido Conservador británico Lord Jeffrey Archer, condenado el año pasado a cuatro años de prisión por perjurio y obstaculizar a la justicia.

”Creo que nuestros hermanos de Gran Bretaña han tratado inhumanamente a Archer”, fueron las vociferantes palabras que Ford puso en boca del entonces ministro de Información, Vernon Mwaanga.

”¿Cuatro años en prisión para un político que cometió perjurio? Aquí en Zambia habríamos puesto su nombre a una calle y dispuesto un feriado nacional en su honor”.

Ford fue contratado para contribuir a campañas de activistas de derechos humanos y desarrollo que procuran llegar a la población menos educada.

La no gubernamental Coalición 2001, creada para fiscalizar las elecciones generales celebradas en diciembre, se apoyó en el humor del caricaturista.

Su capacidad comunicativa estuvo también al servicio de la información sobre el sida, la igualdad de género y la conservación ambiental en zonas rurales y urbanas de bajos ingresos.

Así mismo, el humor de Ford llamó la atención de donantes internacionales que financian programas sobre gobernancia y derechos humanos.

El gubernamental Consejo Británico, que promueve la educación y las relaciones culturales, lleva a cabo en Londres exhibiciones anuales de las caricaturas de Yuss, uno de los puntos altos de la cartelera artística de la capital británica.

La embajada de Holanda en Zambia decidió financiar un proyecto personal del caricaturista, la revista satírica bimestral ”Yuss At Large” (Yuss anda suelto), que combina análisis políticos y artículos de información general, y seguida por un buen número de lectores.

A pesar de su popularidad, este ciudadano británico que reside en Zambia hace más de tres décadas, insiste en mantener un bajo perfil para evitar enfrentamientos con las autoridades.

Algunos analistas estiman que su obra contribuyó al avance de la libertad de expresión, pues empujó los límites de la autocensura existentes hasta 1991 y rompió tabúes.

”Siempre fue valiente. Sus críticas son agudas, a veces ásperas, pero siempre bien intencionadas”, dijo Sipo Kapumba, de la Asociación de Medios Independientes de Zambia.

”Yuss mantiene una conducta ética y respeta los límites de los comentarios justos. Quizás esto explica por qué nunca se involucró en grandes problemas”, agregó el periodista.

Ford se negó a incluir su fotografía en la primera edición de Yuss At Large, lanzada en febrero.

”La gente me pregunta por qué no hay una fotografía de Yuss. Según la Ley de Desorden Público, Sección 159/A de 1842, fue considerada demasiado espantosa para la exhibición pública”, aclaró en el primer número. (FIN/IPS/tra-en/jm/mn/lp-dcl/cr ic/02

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