(Arte y Cultura) CINE-CANADA: Leyenda inuit a la caza de público

La primera película completamente en inuit, la lengua de los esquimales, atrae a cada vez más espectadores en Canadá y, tras triunfar en el festival internacional de Cannes, está lista para lanzarse en junio al difícil mercado de Estados Unidos.

La película ”Atanarjuat” (”El corredor veloz”) fue estrenada finalmente el 12 de este mes en Canadá, un año después de que su director y coproductor, Zacharias Kunuk, recibiera en Cannes la ”Cámara de Oro” a la mejor opera prima.

El filme, rodado en escenas naturales del norte canadiense, está basada en una antigua leyenda inuit sobre cómo el mal, personificado en un desconocido chamán, rompió el equilibrio de una pacífica comunidad local.

Todo comienza cuando Atanarjuat conquista el corazón de una mujer, Atuat, y ésta olvida a Oki, el arrogante hijo del líder de la aldea. En venganza, Oki y sus amigos asaltan la tienda de Atanarjuat y su hermano Amaqjuaq (”el fuerte”) cuando éstos duermen.

Amaqjuaq muere, pero Atanarjuat logra escapar corriendo desnudo sobre el quebradizo hielo, que por acercarse la primavera ya comenzaba a derretirse. A partir de entonces, comienza una ola de venganzas que nadie puede detener.

Todavía no se tienen cifras exactas de cómo esta película de tres horas afronta la competencia con los filmes de Hollywood, pero lo cierto es que atrae a cada vez más público en los cines de Toronto.

”La historia tiene sumo atractivo debido a que su tema es universal”, dijo la novelista canadiense Margaret Atwood al periódico The Globe and Mail, e incluso comparó la película con obras de William Shakespare y Homero.

Kunuk conoció la leyenda de Atanarjuat al familiarizarse con la tradición oral de los chamanes, tan combatidos en Canadá por los misioneros cristianos procedentes de Europa.

”Cuando los misioneros nos impusieron su religión, la tradición oral y la danza con tambores estaban prohibidas. Nuestra película es una forma de resucitar esas tradiciones perdidas. Nunca fui testigo del chamanismo. Sólo oí hablar de él. Esta película es una forma de hacerlo visible”, dijo Kunuk.

Kunuk trabajó con actores inuit, muchos de ellos sin experiencia, e hizo todo lo posible para que los personajes mantuvieran las características originales de la comunidad de Igloolik, de donde también procede el director.

Todas las mujeres que aparecen en la película lucen las trenzas y tatuajes típicos de la comunidad.

Los actores debieron aprender antes de la filmación el uso correcto de las armas de caza, los instrumentos de cocina y todas las herramientas de hueso, piedra y marfil. También se fabricaron tiendas de campaña originales con pieles de animales locales.

Tanto Kunuk como el cineasta Norm Cohn, el único no inuit que trabajó en el proyecto, son expertos fotógrafos, y eso se nota en la película, afirmó el profesor de estudios cinematográficos en la Universidad de Toronto Bart Testa.

”Atanarjuat no es una creación espontánea. El trabajo de Cohn es muy lento y meditado”, afirmó.

Los dos cineastas debieron sortear varios obstáculos para llevar la leyenda inuit a la pantalla grande, entre ellos la resistencia de la agencia gubernamental canadiense Telefilm a colaborar con 1,2 millones de dólares para el proyecto.

La película inuit no entraba en los criterios de Telefim, pues el inglés y el francés son los idiomas oficiales de Canadá. Los funcionarios de la agencia rechazaban la idea de que los espectadores canadienses vieran un filme nacional con subtítulos.

Muchos dudan que la película, pese al gran éxito que hasta ahora tiene en los cines, produzca algún cambio en los criterios de la industria cinematoráfica canadiense debido la ”naturaleza étnica” de su historia y sus actores.

La obra ”está muy lejos de la experiencia de América del Norte”, dijo el editor de la revista sobre cine Take One, de Toronto, Wyndam Wise.

Pero Testa destacó que ninguna otra película canadiense ganó tanta atención y elogios internacionales por su originalidad como Atanarjuat. ”Es la paradoja de una película canadiense que tiene éxito, especialmente en Europa, porque está basada en la cultura aborigen”, señaló el experto.

Por otro lado, es obvio que una película comercial como Atanarjuat sólo podría haberse hecho en un país como Canadá, donde el apoyo del gobierno y del público al cine nacional es muy fuerte, añadió Testa. (FIN/IPS/tra-eng/ae/pw/ml/rp/mj/cr pr/02

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