ECONOMIA-VENEZUELA: Fiebre de franquicias

La gestión empresarial de franquicias está en franco crecimiento en Venezuela, donde miles de nuevos ejecutivos imitan experiencias exitosas en otros países y se atreven a desarrollar iniciativas incluso en sectores tradicionales.

El éxito de las franquicias puede resumirse en el perfil de hombres, jóvenes, profesionales y de clase media tratando de abrirse paso ”con un negocio propio”, por ”la vía segura” de una experiencia que ya ha demostrado capacidad de crecimiento.

De las 51 franquicias que operaban en Venezuela en 1995 se pasó a 250 a fines del año pasado, con 1.800 locales y alrededor de 60.000 personas empleadas de manera directa.

El presidente de la firma asesora Sólofranquicias, Alejandro Damián, indicó que el modelo continuará en aumento, ya que se ha demostrado la creatividad de los venezolanos al competir con empresas extranjeras en diversos sectores y con estrategias específicas.

Damián dijo a IPS que las franquicias son asociadas en este país al ”buen servicio, calidad y eficiencia” y, aunque las primeras se desarrollaron en el mundo de la llamada comida rápida, hoy se encuentran experiencias comerciales ”emprendedoras” en muy disímiles áreas.

La vitalidad del fenómeno se pudo comprobar entre el 13 y el 17 de este mes, en el marco de la feria ”Expofranquicias 2002”, que convocó a una nutrida representación de empresas y una masiva afluencia de visitantes.

El modelo de franquicias implica, mediante un contrato de explotación comercial, que una empresa o una persona particular transfiere a otro el uso de la marca y los conocimientos técnicos necesarios para desarrollar el negocio.

Existen diversos modelos de contratos. Por ejemplo, algunos obligan a que la materia prima sea comprada a quien otorga la franquicia, otros deben pagar porcentajes sobre las ganancias anuales, y en casi todos los casos existe algún tipo de financiamiento para quien inicia el negocio.

Este tipo de operación empresarial en Venezuela se concentra en especial en los pequeños negocios, aunque la marca de mayor crecimiento es la de venta de comida rápida McDonalds, de origen estadounidense, que requiere una inversión mayor.

Poco más de 50 por ciento de las firmas existentes requirieron una inversión de hasta 100.000 dólares.

Sin embargo, una franja importante y con mayor expansión se concentra en pequeños negocios, con una inversión inicial de menos de 10.000 dólares, en los cuales han entrado a jugar aspectos tradicionales del país.

McDonalds fue una firma pionera en Venezuela. En 1985 concedió la primera franquicia en el país y hoy ya cuenta con 119 locales y tiene previsto abrir otros 17 este año. La inversión del ”dueño- operador”, como son llamados los nuevos empresarios, ronda los 650.000 dólares.

El sector de mayor expansión es el de comida rápida, con 35 por ciento, seguido de las telecomunicaciones, con 22 por ciento, favorecidas con la apertura de locutorios para llamadas telefónicas y conexión a Internet auspiciados por las principales empresas del ramo del país.

La tendencia dominante ha sido la de jóvenes profesionales dispuestos a hacer negocios a partir de la asociación con firmas extranjeras. Sin embargo, se han dado experiencias exitosas surgidas de la iniciativa local.

Una de ellas es Forno Pizza, una empresa creada en Caracas y que ya se expande a Estados Unidos. Aunque hasta ahora sólo existen ocho locales en el sudoriental estado estadounidense de Florida, sus responsables esperan un crecimiento importante al centrarse en las pizzas en horno de leña con reparto a domicilio.

Churromanía es otra que ha logrado expansión internacional, con locales en Estados Unidos, España, Brasil y Costa Rica. Sus fundadores, que viven en Caracas, después de lograr éxito en centros comerciales del país apostaron por la expansión internacional tras la modalidad de las franquicias.

Pero la experiencia más reconocida el año pasado es la denominada Juan Chichero, que recibió los premios a la ”Franquicia más original” y ”Pionera del año”.

Ideada por dos profesionales que quedaron desempleados en el sector financiero, en cuestión de meses pasó de cuatro a 120 ”carritos”, puntos de venta ubicados en centros comerciales y empresariales.

El carrito de chicha, una bebida hecha en base a arroz o maíz, forma parte de una tradición venezolana que se había perdido debido a las condiciones de insalubridad que muchas veces acompañaba a su consumo en las calles de las principales ciudades.

Con una inversión menor a los 7.000 dólares, los carritos de Juan Chichero se reproducen con rapidez asombrosa. ”Nos prefieren porque somos una empresa seria, que cuida mucho la marca, la calidad e higiene del producto”, aseguró Alberto Martín, uno de los dos fundadores de la firma. (FIN/IPS/ac/dm/if dv/02

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