Los países de Europa occidental y septentrional, liderados por Irlanda, encabezan la lista mundial de naciones más integradas, según el Indice de Globalización publicado este miércoles por la revista Foreign Policy.
Panamá, que figura en el lugar 28, y Chile, en el 34, son las naciones latinoamericanas más adaptadas a la globalización, de acuerdo con Foreign Policy, una revisa bimestral fundada por el politólogo Samuel Huntington.
Con excepción de Singapur, que pasó del primer lugar al tercero, y Canadá, que alcanzó el séptimo puesto, Europa, encabezada por Irlanda, Suiza, Holanda y Suecia, domina las 10 primeras posiciones del índice confeccionado por la revista.
Sudáfrica, gran parte de América del Sur, y varios países de Asia oriental, están menos «globalizados», de acuerdo con la segunda edición del índice, que mide el grado de integración de 62 países al comercio mundial y a las redes financieras, políticas y tecnológicas a comienzos de 2001.
Varios países de América Latina y de Asia oriental, algunos aún recuperándose de la crisis financiera de 1997, descendieron notoriamente de los lugares que ocupaban en el índice anterior.
Tailandia cayó del lugar 30 al 51, Filipinas, del 34 al 52, Indonesia, del 38 al 59, mientras Venezuela retrocedió de la posición 35 a la 57, Brasil, de la 44 a la 58 y Perú, de la 43 a la 61.
El informe, basado en estadísticas compiladas durante 2000, considera ese año como el «gran hito» de la integración económica mundial de las últimas dos décadas, señaló Paul Laudicina, vicepresidente de la firma consultora A. T. Kearny, coauspiciante del índice.
En efecto, en 2000 se registró un aumento histórico del comercio internacional, un fuerte incremento de la inversión extranjera directa y del turismo y los viajes de negocios, así como de las llamadas telefónicas internacionales, todos criterios que se aplican para calcular el índice.
Pero a principios de 2001, la economía mundial se desaceleró, una tendencia que se hizo más pronunciada tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
Como resultado, el ritmo de la integración económica también se volvió más lento, según el director de Foreign Policy, Moises Naim, para quien 2001 bien podría ser «el peor año para la globalización económica» para la próxima edición del índice.
En 2000, el índice registró pocos cambios notables en los primeros 20 países de la lista con respecto a la edición anterior, que cubría las tendencias de 1999.
Pese a la sensación de que Estados Unidos conduce el proceso de globalización de la economía, el país se ubicó en el lugar 12 por segundo año consecutivo, y Japón, que se encontraba en el puesto 29 de la primera lista, que abarcaba 50 países, cayó a la posición 38 en el último índice de 62 naciones.
Este conjunto de países representan casi 85 por ciento de la población mundial y más de 90 por ciento de la producción económica total.
El índice se elabora considerando una docena de variables, entre ellas la participación en el producto interno bruto (PIB) nacional del comercio, los pagos de rentas y las remesas transfronterizas y transferencias similares.
También se estudian el ingreso y egreso de inversión extranjera directa, los minutos de llamadas telefónicas internacionales, la cantidad de viajeros por persona, la población con acceso a la red informática Internet, y la cantidad de servidores seguros (computadoras centrales) en la red.
Mientras los estados de Europa septentrional y occidental dominan los 15 primeros lugares, las naciones de Europa central, — lideradas por la República Checa en el lugar 16— tienen una fuerte presencia en los siguientes 15 lugares, junto con Nueva Zelanda (19) y Australia (21). Italia, en cambio, descendió del lugar 13 al 24.
Entre los países del mundo en desarrollo, Singapur fue el mejor ubicado, seguido por su vecino, Malasia (20), Panamá (28), Botswana (29), Corea del Sur (31), Nigeria (33), Chile (34), Uganda (35) y Túnez (36).
Sudáfrica pasó de ser el país 27 en la lista de los más globalizados, al lugar 54, detrás de China, y delante de Turquía, que retrocedió del puesto 37 al 55.
Por otra parte, Nigeria mejoró su ubicación 40 al lugar 33, reflejando las crecientes inversiones propiciadas por la transición de un régimen militar a un gobierno democráticamente electo, sostuvo uno de los autores del índice, Jay Scheerer.
Rusia también ascendió en la lista del lugar 45 al 39.
Uno de los hallazgos más notables fue el marcado avance tecnológico de Nueva Zelanda y Australia, señaló Laudicina.
Si bien Estados Unidos y Canadá continúan siendo los líderes mundiales en integración tecnológica, ambas naciones del Pacífico austral lograron una conectividad a Internet similar a la de los países escandinavos, y el porcentaje de población con acceso a la red informática en Australia superó al de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, la «brecha digital» que separa a los países ricos y los de mercados emergentes se convirtió en un «abismo digital», según Laudicina.
Los países de mercados emergentes poseen menos de 20 por ciento de los usuarios mundiales de Internet y menos de cinco por ciento de los servidores de la red.
Este «abismo digital hizo más difícil la expansión de la integración de muchos mercados emergentes al resto del mundo en 2000», sostiene el informe. Según Laudicina, esta desigualdad es «de rápido crecimiento y claramente ominosa».
De acuerdo al índice, las pequeñas naciones comerciales exhiben niveles de integración mayores que sus grandes vecinos. De igual modo, «países con grandes mercados internos tienden a ser menos integrados que aquellos con pequeños mercados locales», sostuvo Laudicina, señalando los casos de Estados Unidos, India (49), China y Brasil.
El reporte arguye que la globalización no provoca «una carrera hacia abajo», ni impide a los países proteger a sus ciudadanos, como arguyen los críticos.
Como prueba, el informe sostiene que no se halló relación entre los volúmenes impositivos o de gasto en servicios sociales y la ubicación de un país en el índice de globalización. (FIN/IPS/tra- eng/jl/dc/if/02