AMBIENTE-JAPON: Gobierno intensifica esfuerzo de reciclaje

Japón, la segunda economía del mundo, adoptará un programa de 20 años de duración para convertirse en una sociedad recicladora de basura.

Los japoneses deben lograr una sociedad más sustentable y recicladora, exhortó un grupo asesor gubernamental que diseñó la iniciativa.

El grupo ya fijó como objetivo nacional la reducción de la producción de desechos a 7,3 millones de toneladas para 2050, cerca de un décimo de la cifra de 1996, según un informe publicado por los asesores el pasado diciembre.

En otro documento publicado a comienzos de 2002, el gobierno destacó que el uso más eficiente de los recursos no sólo redundará en beneficios ambientales, sino también económicos.

Según las cifras disponibles, la reducción y el reciclaje de basura terminará por aumentar la producción doméstica de 46.000 millones de dólares a 4,9 billones de dólares en 2010.

La clasificación de residuos y nuevos esfuerzos de los productores y los consumidores para reducir su impacto ambiental son algunas de las medidas a adoptar en el marco de la nueva estrategia.

Los planificadores también pretenden establecer centros de información con el fin de promover la cooperación para la reducción de desperdicios.

«Se trata de cambiar el actual estilo de vida de producción y consumo masivos por otro de reciclaje masivo», explicó Kentaro Doi, de la oficina de promoción del reciclaje del Ministerio de Ambiente.

Japón produce casi 460 millones de toneladas basura por año, de las cuales 90 por ciento son desechos industriales.

Sólo Tokio, con 12 millones de habitantes, produce casi cuatro millones de toneladas por día, según el gobierno. Si esta tendencia continúa, los vertederos estarán desbordados en 30 años.

«La situación es crucial, por eso es necesario controlar la conducta de los ciudadanos con nuevas leyes», dijo Doi.

En abril del año pasado, luego de un largo debate en el parlamento, el gobierno aprobó una nueva ley que exige a los fabricantes de máquinas lavarropas, televisores y acondicionadores de aire hacerse responsable del desmantelamiento y reciclaje de esos artículos.

A partir de este año, el gobierno incluirá automóviles, computadoras y hornos de microondas en esa lista. La nueva ley también prevé arrestos por deshacerse de electrodomésticos de manera ilegal.

El reciclaje no es algo nuevo en Japón. Según el Ministerio de Ambiente, el reciclaje -por ejemplo la conversión de desperdicios en fertilizantes- se aplica actualmente a casi 12 por ciento de toda la basura, mientras que para el aluminio, el acero y el vidrio, la tasa sube a 80 por ciento.

También aumentó el reciclaje de botellas de polietileno que contienen agua u otras bebidas, de menos de 0,5 por ciento en 1993 a más de 34 por ciento en 1999.

Pero los activistas pretenden que el gobierno se concentre en la reducción de la producción de basura, en lugar de fijar objetivos para disminuirla o reciclarla una vez que ha sido creada.

«La ley de reciclaje no prevé ningún mecanismo para reducir el consumo de recursos y energía», criticó Hiroshi Iguchi, un abogado y ambientalista japonés.

El reciclaje no es una panacea para el creciente problema de los residuos, y además tiene un alto costo, señaló Iguchi. Reciclar una botella de plástico insume casi el cuádruple de los 40 gramos de petróleo necesarios para producirla, observó.

El enfoque del problema de la basura debe ser más drástico, apuntando al estilo de vida de los japoneses y al hábito de producir muchos más desechos de los necesarios, dijeron activistas.

Estudios realizados en Alemania y Japón revelaron diferencias en las prácticas de reducción de desperdicios y en los hábitos de consumo de ambos países.

Por ejemplo, el plástico y el papel, utilizados típicamente para envolver alimentos crudos o cocidos, constituyen la mayoría de los residuos en Japón, mientras en Alemania los envases de vidrio son un componente muy importante de los desechos.

Sin embargo, grupos ambientalistas señalaron que Japón está ahora más preparado para adoptar prácticas de reciclaje y reducción de desperdicios como resultado de una mayor conciencia pública.

Una encuesta nacional realizada el pasado octubre, por ejemplo, reveló que más de 80 por ciento de los japoneses tratan de comprar productos hechos de materiales reciclados.

Además, 60 por ciento de las 3.476 personas encuestadas expresaron que estarían dispuestas a pagar más por productos «ecológicos», y 56 por ciento dijeron que estaban intentando reducir su volumen de basura y reciclar más artículos.

Los gobiernos locales toman sus propias medidas. La ciudad de Tajimi, en el centro de Japón, aprobó en diciembre una ley por la cual se cobrará 500 yenes (unos cuatro dólares) por cada tonelada de basura enviada desde Nagoya, una metrópolis cercana.

Nagoya, la tercera ciudad de Japón, fue obligada a abandonar sus planes de construir un nuevo vertedero en 1999, y desde entonces desarrolló un nuevo programa de reciclaje por el cual los ciudadanos deben clasificar sus residuos en 14 categorías diferentes. (FIN/IPS/tra-en/sk/mmm/js/mlm/en/02

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