La notificada ausencia del presidente de Cuba, Fidel Castro, alivió el rigor de las medidas de seguridad en torno de la XI Cumbre Iberoamericana, que se celebra este viernes y el sábado en la capital peruana con el terrorismo y el comercio internacional de asuntos centrales.
Unos 8.400 policías forman los cinco anillos de seguridad que protegen el Swissotel del barrio de San Isidro, sede de la conferencia de los representantes de 19 países latinoamericanos y de los jefes de Estado y de gobierno de España y Portugal.
La inasistencia del mandatario cubano eliminó una de las preocupaciones del ministro del Interior de Perú, el ex izquierdista Fernando Rospigliosi.
Se temían choques entre los manifestantes convocados por la Confederación General de Trabajadores (CGTP) a favor de Castro, y los participantes en una marcha anunciada por organizaciones políticas conservadoras.
«De todas maneras trataremos de hacer llegar a los presidentes la posición de la clase trabajadora en torno de las medidas económicas y comerciales que debe recomendar la Cumbre Iberoamericana», dijo Joaquín Gutiérrez, subsecretario general de la CGTP.
La reunión de los 21 países de América y Europa de lengua española y portuguesa tiene también el objetivo de evaluar el avance de los compromisos de integración y cooperación adoptados en las 10 cumbres precedentes.
Así mismo, el presidente peruano Alejandro Toledo reiteró este viernes que la Cumbre Iberoamericana solicitará a Estados Unidos y a la Unión Europea una decidida apertura de mercados.
«Lo básico en la cooperación de los países industrializados con los países en vías de desarrollo no puede ser otra cosa que la superación de las condiciones de inequidad en el intercambio comercial, pues es lo único que puede ayudarnos de modo firme a avanzar hacia el desarrollo autosostenido», afirmó Toledo.
Los ministros de economía de España, Cuba, Costa Rica, Paraguay y Perú, reunidos en la víspera de la cumbre, acordaron recomendar la creación de un mecanismo de apoyo a los países iberoamericanos en crisis de deuda externa.
Ese respaldo, según los ministros participantes, debe realizarse mediante un fondo conformado por aportes de los bancos centrales de los países de la comunidad iberoamericana.
El servicio de la deuda apremia especialmente a Argentina, cuyo ministro de Economía, Domingo Cavallo, estuvo presente en Lima antes de la reunión, pero regresó a su país para dejar a sus colegas en libertad de adoptar las decisiones pertinentes.
El acuerdo adoptado sólo tiene valor de recomendación, dado el escaso número de ministros asistentes, pero se decidió proseguir las conversaciones en Washington, en el ámbito del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
Fuentes próximas a Toledo señalaron que el presidente peruano se referirá a asuntos de comercioen la sesión reservada que sostendrán los mandatarios, sin la asistencia de cancilleres ni asesores.
Los gobernantes también abordarán la seguridad internacional y probablemente resuelvan medidas de cooperación con la lucha contra las organizaciones terroristas.
Según fuentes diplomáticas, la definición de terrorismo fue causa de discrepancias de la delegación cubana en las reuniones preliminares. Pero en las últimas conversaciones, el gobierno de Cuba insinuó su voluntad de firmar una condena contra todos los actos de terrorismo «vinieran de donde vinieran».
El borrador de la declaración contra el terrorismo señala el compromiso de las naciones iberoamericanas de «no prestar ayuda ni refugio a los autores, promotores y participantes de actividades terroristas», agregaron las fuentes.
«Se debe fortalecer las legislaciones nacionales para evitar la impunidad de los culpables de cometer o apoyar actos terroristas», se consignó en el mismo borrador.
Este párrafo implicaría el compromiso de no conceder amnistía ni indulto a los sentenciados por delitos de terrorismo, un extremo que algunos países no estarían dispuestos a aprobar. (FIN/IPS/al/ff/ip/01
