La suspensión de operaciones bancarias entre Cuba y México a raíz de la compra del Banco Nacional de México (Banamex) por el estadounidense Citigroup complica la intención de ambos países de aumentar los negocios conjuntos.
Empero, las autoridades cubanas evitaron hasta ahora comentar el asunto, ni aún para identificar como causa el embargo que desde los años 60 impide a los bancos de la isla toda relación con el sistema bancario de Estados Unidos.
El Banco Financiero Internacional (BFI) de Cuba interrumpió a mediados de julio la tramitación de operaciones a través de Banamex, perteneciente al Grupo Financiero Banacci, que acaba de pasar a manos del estadounidense Citigroup.
Banamex mantenía relaciones con cinco bancos controlados por el Estado cubano. Las operaciones eran básicamente créditos y transferencias.
"Esto contradice el espíritu del Acuerdo para la Promoción y Protección de Recíproca de Inversiones (APPRI)" firmado por Cuba y México, dijo a IPS un atribulado hombre de negocios mexicano, al enterarse de que deberá buscar otras alternativas para el manejo de su cuenta con fondos procedentes de su país.
El BFI operaba como corresponsal de Banamex en La Habana desde hace cuatro años y el cambio de bandera del banco de México deja a empresarios y residentes mexicanos en Cuba sin la única vía disponible para sus transferencias bancarias.
La venta del Grupo Financiero Banacci a Citigroup pone a Banamex bajo las leyes de Estados Unidos relativas a Cuba. Ninguna institución financiera de este país puede mantener relaciones de corresponsalía, de cuentas y de intercambio con los bancos estadounidenses.
"Este país está acostumbrado al bloqueo, siempre encuentra mecanismos de solución", comentó un diplomático latinoamericano, que dijo también que las restricciones impuestas a La Habana por Washington le obligan a realizar operaciones bancarias a través de Londres.
"La pérdida financiera suele ser entre dos y 2,5 por ciento por cada transferencia", señaló la fuente.
La imposibilidad de utilizar para sus transacciones comerciales y financieras externas el dólar estadounidense, la divisa que mide valores en el mercado mundial, obliga a Cuba a manejar monedas de terceros países.
"Esa disyuntiva provoca cuantiosas pérdidas económicas, debido a los movimientos apreciativos y depreciativos del dólar estadounidense respecto de las monedas de los principales socios comerciales del país", se advirtió en un informe cubano sobre el impacto del bloqueo. Cuba contrata las exportaciones en dólares, pero las cobra en otra.
El BFI aseguró en una circular que a la "mayor brevedad" comunicará las posibles alternativas para la clientela mexicana.
«La discreción es la mejor manera de encontrar una solución a este problema», observó un directivo de la banca cubana, que mo explicó las nuevas posibilidades que se estudian.
Las órdenes de pago al extranjero emitidas por Banamex para La Habana ingresaron normalmente a las cuentas de la isla sólo hasta mediados de julio.
Las complicaciones bancarias surgen cuando se espera que el Senado de México ratifique en octubre el APPRI, el convenio firmado en mayo en la capital mexicana para promover las inversiones entre los dos países.
La inversión mexicana realizada en Cuba oscila entre los 60 y 80 millones de dólares, en tanto el comercio bilateral fue el año pasado de 339 millones de dólares.
Ambas partes esperan que el APPRI cree condiciones de mayor equidad en las relaciones bilaterales y también frente a factores «negativos o amenazantes» que puedan presentarse en el contexto internacional.
Poco antes de la firma del convenio, la Comisión Reguladora del Mercado Bursátil de Estados Unidos recordó que todas las empresas que traten con países sometidos a embargo deberán informar el monto y la naturaleza de sus negocios.
Las firmas que omitan esos informes podrían ser excluidas de las bolsas de valores estadounidenses, advirtió la Comisión Reguladora en una comunicación distribuida entre empresas mexicanas.
La serie de disposiciones que conforman lo que Washington llama «embargo» y que La Habana califica de «bloqueo» comenzó en octubre de 1960, con el cese de las relaciones económicas, que desde 1963 incluye la venta de alimentos y medicinas a este país.
La prohibición de realizar transacciones financieras o comerciales en Cuba, impuesta en Estados Unidos a empresas y particulares, rige desde febrero de 1963.
En 1996, el entonces presidente estadounidense Bill Clinton aprobó la Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubanas, más conocida como ley Helms-Burton por el nombre de sus copatrocinadores, que codificó en solo cuerpo legal todas las medidas anteriores y sumó otras. (FIN/IPS/pg/ff/if ip/01