DESARROLLO: La tecnología, llave maestra contra la pobreza

La tecnología puede ser la llave maestra contra la pobreza, en un mundo donde el ingreso del uno por ciento de la población más rica equivale al del 57 por ciento más pobre, dijo hoy el PNUD en su Informe sobre Desarrollo Humano 2001.

Se requieren acuerdos, inversiones internacionales y regulaciones de mercado para que los adelantos en medicina, agricultura y comunicaciones apunten contra los problemas de los pobres y no profundicen brechas sociales, sostuvo el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).

Presentado en México, país al que la agencia consideró «líder potencial» en adelanto tecnológico, el informe indica que los avances científicos no están exentos de riesgos, como en el caso de los alimentos transgénicos, pero afirmó que eso no anula su validez como instrumento de desarrollo.

El informe repite, como en años anteriores, la clasificación de 162 países por su desarrollo humano. En esta oportunidad, la lista es encabezada por Noruega, Australia y Canadá, mientras en el último lugar figura Sierra Leona, donde la esperanza de vida es de apenas 39 años.

Los países mejor ubicados en la tabla de desarrollo humano ocupan, al mismo tiempo, lugares destacados en cuanto al nuevo índice de adelanto tecnológico desarrollado por el PNUD para el informe de este año.

La nueva tabla está encabezada por Finlandia y Estados Unidos, y en los últimos lugares aparecen Sudán y Mozambique.

«Con la Internet, los adelantos de la biotecnología agrícola y las nuevas generaciones de productos farmaceúticos que llegan al mercado llegó del momento de formar una nueva alianza entre la tecnología y desarrollo», señaló Mark Malloch Brown, administrador general del PNUD.

Sin embargo, hay que remar río arriba para lograr que la tecnología se democratice y beneficie a los pobres, con el fin de que la alianza entre tecnología y desarrollo funcione, agrega el informe.

Los adelantos en tecnología farmaceútica, agricultura y desarrollo de la red mundial informática Internet se concentran hoy en pocos países, y casi siempre apuntan a atender problemas y necesidades ajenas a las naciones más pobres, indicó.

Por ejemplo, menos de 10 por ciento de las investigaciones sobre salud en el mundo se destinan a 90 por ciento de la carga mundial de enfermedades.

Mientras 54,3 por ciento de la población de Estados Unidos tiene acceso a Internet, en el resto del mundo, donde podría representar un instrumento fundamental en materia de educación a distancia, apenas 6,7 por ciento lo tiene.

Hay otras tecnologías más antiguas que tampoco han llegado a los pobres. El suministro de electricidad, que tiene más de 100 años, sigue siendo inaccesible para un tercio de la población mundial.

Además, hay 2.000 millones de personas que carecen de acceso a medicamentos esenciales de bajo costo, entre ellos la penicilina.

Los 29 países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), que reúne a los más ricos del mundo y a 14 por ciento de la población mundial, concentran más de 85 por ciento de las patentes científicas y de las investigaciones publicadas en medios especializados.

Además, esos países invierten en investigación un promedio de 2,4 por ciento de su producto interno bruto, mientras en el resto del mundo esa proporción no llega a uno por ciento.

Pero muchos países en desarrollo tienen también gran de responsabilidad en la profundización de esa brecha, por no adoptar políticas ni destinar fondos a favor de la investigación, señaló el PNUD.

Los gobiernos de Africa subsahariana, que se encuentran entre los más pobres y los de mayor rezago tecnológico, destinaron 7.000 millones de dólares en 1999 a la compra de armas.

El informe del PNUD, redactado por un grupo expertos tras largas investigaciones y un intenso cotejo de información, sostiene que es hora de que los países ricos y grupos privados dedicados a la investigación aporten recursos y conocimientos para superar los problemas de la pobreza.

La tecnología puede aportar al desarrollo y ayudar a cumplir las metas mundiales de erradicación de la pobreza, pero sin políticas innovadoras «podría pasar a ser fuente de exclusión y no instrumento de progreso», advirtió el PNUD.

La agencia reconoció que hoy las tecnologías se impulsan por el mercado y no por las necesidades de los pobres.

Los gobiernos del mundo acordaron el año pasado reducir para 2015 a la mitad los actuales niveles de pobreza.

Según el PNUD, sólo 18 países están en vías de cumplir la meta, mientras otros 137 están demorados o muy retrasados.

El reto que el mundo afronta en la actualidad consiste en equiparar el ritmo de la innovación tecnológica con una auténtica innovación normativa. Si se logra hacerlo con éxito, mejorarán notablemente las posibilidades de los países en desarrollo, enfatizó Malloch Brown. (FIN/IPS/dc/mj/dv/01

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