Siete millones de niños de Colombia sufren maltratos físicos y psíquicos por parte de adultos que en su infancia afrontaron similar situación, en un círculo que expertos califican de «epidemia silenciosa».
La Red de Prevención contra el Maltrato Infantil (RPMI) divulgó esta cifra en el foro «Promoción y defensa de los derechos de la infancia», convocado por la Fundación Restrepo Barco que trabaja en la reconstrucción de la central zona caficultora de Colombia, afectada por un sismo en enero de 1999.
Los siete millones de niños afectados por este problema representan casi 41 por ciento de los 17 millones de colombianos menores de 18 años, en una población total que supera los 36,5 millones de personas.
La especialista Ligia Galvis afirmó que el maltrato infantil en el núcleo familiar va desde la manera sutil de la agresión verbal hasta las lesiones físicas, el abuso sexual e incluso la muerte.
En opinión del médico pediatra Carlos Montoya, coordinador de la RPMI en Manizales, principal centro urbano de la zona, 46 por ciento de la violencia en el país es provocada y recibida en la familia, y en la mayoría de los casos los agresores son los padres.
Montoya explicó que el ataque contra niños y niñas en el interior de los hogares se origina en buena parte debido a que la mayoría de los padres y familiares también recibieron maltratos similares durante su infancia.
Este sufrimiento es «canalizado de manera destructiva, generalmente inconsciente, contra la familia en particular y la sociedad en general», repitiendo el ciclo de generación en generación, indicó.
Los datos aportados por la RPMI al foro sobre infancia realizado el 15 de marzo en Pereira, capital del departamento central de Risaralda, detallan que 45 por ciento del total de maltratados son niños y 47 por ciento niñas.
Estudios de esa organización no gubernamental registraron 631 denuncias de agresión contra menores en el interior familiar entre enero de 1999 y mayo de 2000 en el llamado Eje Cafetero, conformado por los departamentos de Quindío, Risaralda, Armenia, parte de Antioquia y Caldas, cuya capital es Manizales,
Los mayores agresores son los padres, mientras que el mayor número de denuncias se contabilizó en las zonas urbanas.
Entre los casos denunciados, 267 se refirieron a maltrato físico, 248 a agresiones psicológicas y 92 por ciento a abusos sexuales y los restantes fueron ataques de menor entidad.
El sociólogo Leonardo Romero manifestó a IPS su alarma por las cifras sobre maltrato infantil que surgen de las estadísticas en Colombia.
Esta situación, que debe considerarse un problema de salud pública pues ya constituye una «epidemia silenciosa», forma parte de la «cultura de violencia» que afronta el país.
También la Fiscalía (investigador del Poder Judicial) presentó estudios alarmantes sobre maltrato infantil, entre ellos la existencia de 25.000 niños y niñas explotados sexualmente.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura estima que dos millones de niños colombianos están fuera del sistema educativo.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo y el Ministerio de Trabajo de Colombia indican que al menos 2,7 millones de menores de edad trabajan en condiciones de alto riesgo para su salud mental y física.
El Instituto de Medicina Forense, a su vez, informó que en promedio diario mueren en forma violenta 12 menores de 18 años, cinco de los cuales son asesinados, tres son víctimas de accidentes de tránsito, uno se suicida y tres fallecen en otro tipo de situación.
Expertos advierten que las verdaderas cifras de la violencia familiar no llegan a conocerse totalmente, porque sólo 27 por ciento de las víctimas concretan las denuncias y el resto prefiere ocultar el problema.
La RPMI emprendió un trabajo para enfrentar la situación, que incluye la realización de foros y talleres con la comunidad y con grupos de profesionales que atienden las situaciones de maltrato infantil, como médicos, abogados y maestros. (FIN/IPS/yf/dm/hd/01
