CIENCIA-BRASIL: País ingresa a elite científica gracias al genoma

Brasil cumple su rito de ingreso en la elite científica mundial con una conferencia internacional sobre genoma que comenzó hoy en la localidad de Angra dos Reis, 180 kilómetros al sur de Río de Janeiro.

Entre el medio centenar de investigadores extrangeros invitados figuran celebridades como Walter Gilbert, premio Nobel de Química, y Gene Myers, del Celera, empresa estaounidense que acaba de concluir el mapa básico del genoma humano.

Está presente también buena parte de los cerca de 500 científicos brasileños involucrados en distintos proyectos de investigación sobre genoma, una actividad que lleva apenas tres años en Brasil pero ya presenta aquí resultados que superan los de la mayoría de los países industrializados.

Es la primera oportunidad para presentar ante una audiencia científica calificada los avances obtenidos por el país, en su conjunto.

Brasil se encuentra entre los más avanzados del mundo en investigación genética y es el único de los países en desarrollo que domina esa tecnología, dijo Andrew Simpson, experto británico que vive aquí hace 12 años y tuvo un papel fundamental en este proceso.

En julio del año pasado, Brasil sorprendió al mundo científico al publicarse en la revista británica Nature el mapa genético de la bacteria Xillela fastidiosa, que ataca naranjales y que provoca pérdidas por 130 millones de dólares anuales en las huertas de este país.

Fue el primer fitopatógeno, o microorganismo causante de enfermedades vegetales, cuyo genoma se descifra. Este trabajo pionero fue desarrollado por una red de centros de investigación, financiada por el Fondo de Amparo a la Pesquisa del Estado de Sao Paulo (FAPESP) y coordinada por Simpson.

Paralelamente se multiplicaron las investigaciones, orientadas por la estrategia de concentrar esfuerzos en proyectos que responden a las necesidades agrícolas del país.

Otras bacterias que afectan la agricultura están entre los nuevos objetivos. En el año pasado otros grupos descifraron el código genético de la Xanthomonas citri, causa del cancro cítrico.

Luego, las investigaciones se ocuparon de la Xanthomonas campestris, dañina para la horticultura, de una variedad de Xillela que ataca la uva en California a pedido de vitivinicultores estadounidenses, y de la Lifsonia xyli, que afecta la caña de azúcar.

La misma caña de azúcar fue el primer vegetal cuyo genoma fue «mapeado» en Brasil, por su importancia en la economía nacional.

Para mejorar su producción, universidades de Río de Janeiro se unieron para estudiar también una bacteria que, inserta en la caña y también en la planta de café, absorbe nitrógeno del aire, lo cual ahorra fertilizantes.

El eucalipto, un árbol procedente de Oceanía y básico para la industria brasileña de celulosa y papel, es otro vegetal en estudio.

El mal que redujo dramáticamente la producción de cacao en Brasil, la «escoba de bruja», también puede tener solución en el futuro, a partir del código genético del hongo que la provoca, investigado en la Universidad de Campinas, cerca de Sao Paulo.

Contribuir a la salud humana es otra meta de los proyectos brasileños, uno de los cuales estudió los genes de los tumores cancerígenos más frecuentes en el país. De eso resultó una gran contribución al mapa del genoma humano descifrado por una red mundial de instituciones públicas.

Además se formó una red nacional para estudiar una bacteria descubierta en el Río Negro, de la Amazonia, que produce sustancias antibióticas a las que se cree eficaces contra la enfermedad de Chagas, frecuente en zonas rurales de América del Sur, y contra algunos tipos de cáncer.

Todos estos proyectos impulsaron rápidamente una rama indispensable a la investigación genética: la bioinformática. Una ventaja brasileña es la llamada «estrategia Orestes», desarrollada por Emmanuel Dias Neto, biólogo de solo 33 años.

El método, distinto del usado en otros centros, favorece la rapidez y la identificación de nuevos genes, complementando informaciones recogidas en los países ricos, explicó Dias Neto.

Brasil debe repetir, en la genética, el mismo éxito de su industria aeronáutica, que conquistó los mercados internacionales más exigentes con sus aviones para transporte de hasta 50 pasajeros, según Fernando Pérez, director científico de FAPESP e impulsor de la investigación genómica en el país.

Las ventas crecientes de los aviones de la Empresa Brasileña de Aeronáutica provocaron un largo conflicto comercial con Canadá, cuya empresa Bombardier perdió mercado a manos de su competidora.

El principal factor del progreso es el trabajo cooperativo, en red, de los varios centros de investigación, según Perez. Más de 100 instituciones de universidades o independientes participan en varios proyectos. (FIN/IPS/mo/mj/sc/01

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