(Arte y Cultura) LIBROS-CUBA: Escritores en busca de tierra firme

Escritores residentes en Cuba comenzaron en los años 90 a conquistar nuevos espacios en el competitivo mercado internacional del libro, en parte por el interés que despierta en el mundo la compleja realidad de este país.

Las letras cubanas se dedicaron en estos años a demostrar sus potencialidades en la arena internacional, según Antón Arrufat, poeta, narrador y dramaturgo galardonado en 2000 con el Premio Nacional de Literatura.

Según expertos, existe diversidad temática y de estilos entre los autores residentes en Cuba, pero los une el rechazo a la literatura épica y reiterativa que se impuso en los años 70.

Hasta principios de la década de los 90, eran escasos los autores que tenían posibilidades de publicar fuera de las fronteras.

Las autoridades editoriales cubanas no se interesaban entonces de modo sistemático en la colocación de libros en el mercado internacional. Apenas trabajaban en la «exportación» de autores, salvo en casos de nombres sobresalientes ya reconocidos, como Alejo Carpentier (1904-1980).

Tampoco se consideraba apropiada la gestión personal por parte de los autores para acceder a editoriales extranjeras.

Arrufat recordó que en los años 70 sólo se podía publicar en el exterior a través de las gestiones de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba y casi siempre en los países socialistas, algo que ahora se hace «con gran libertad y sin que tenga consecuencias».

Hasta entonces, «la literatura cubana se había comportado de forma autosuficiente y daba la impresión de que se bastaba a sí misma, pues sus principales lectores estaban en Cuba», dijo el novelista y ensayista Leonardo Padura.

La recesión económica (a partir de la desaparición del campo socialista) trajo también sobre la industria editorial el drama de la escasez, lo cual privó a escritores consagrados y principiantes de la posibilidad de publicar dentro de Cuba.

Así, de tiradas de 20.000 o 30.000 ejemplares por título hace unos 10 años, se pasó a las actuales de 2.500 o 3.000, y también se redujeron los títulos editados de unos 2.000 en 1992 a 700 en 1997.

Los precios, en tanto, se dispararon de menos de un peso promedio en 1989 a algo más de cinco y a mediados de los 90.

Debido a la crisis, algunos creadores, desde pintores y escritores hasta músicos y actores, optaron por residir en otros países, desde los cuales continuaron su labor artística, en ciertos casos desde posiciones críticas hacia la revolución cubana.

Mientras, otros comenzaron a tantear las diversas posibilidades de vender o publicar sus obras fuera del país sin abandonarlo.

Como resultado de este movimiento, la literatura cubana logró una mayor resonancia en el exterior y una extensa lista de autores integra la nómina de las editoriales extranjeras.

El interés parte, en la mayoría de los casos, de la propia expectativa que provoca la contradictoria y peculiar situación de la isla.

«El gran tema de la mayoría de los escritores publicados es la realidad cubana de hoy, vista desde un punto de vista crítico, descarnado e interrogador», explicó Padura.

En la lista de escritores publicados en el exterior desde finales del siglo XX hasta hoy, no parece haber discriminación en cuanto a edades o a sexo, aunque sí preferencia por los narradores.

Padura, uno de los escritores más leídos dentro de Cuba, continúa publicando en Europa su serie de novelas («Pasado perfecto», «Máscaras», «Paisaje de Otoño» y «Vientos de Cuaresma») que tienen como protagonista al investigador Mario Conde.

Según el propio narrador, las aventuras de Conde, un policía irreverente y desprejuiciado, son un «pretexto para mirar a Cuba desde un ángulo que no es el oficial ni el turístico, sino el real, en el que las personas viven humildemente y donde puede verse la medida de sus esperanzas y de sus desesperanzas».

Pedro Juan Gutiérrez, exponente del «realismo sucio», ha publicado su «Trilogía sucia de La Habana» en Brasil, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Portugal.

El mundo de las novelas de Gutiérrez, es la vida marginal y subterránea que transcurre en la isla socialista, un bocado especialmente atractivo para el mercado editorial extranjero, comentó un crítico literario.

La editorial española Grijalbo-Mondadori publicó la «Antología personal» de Arrufat, y será también la encargada de lanzar «La noche del Aguafiestas». Otra de sus novelas, «La caja está cerrada», escrita a principio de los años 80, circulará próximamente en España y Argentina.

Reynaldo González, ensayista, narrador y poeta galardonado internacionalmente, verá publicada su novela «Al cielo sometidos» en Italia, mientras Julio Travieso es conocido en España, México e Italia por «El polvo y el oro».

A una generación nacida alrededor de 1950 pertenece Miguel Mejides, quien publicó en Francia y Alemania su novela «Perversiones en el Prado», mientras el actual ministro de Cultura, Abel Prieto, presentó el año pasado en España su novela «El vuelo del gato», de próxima aparición en Italia.

Mondadori, la única editorial extranjera que tiene instalada una librería, pequeña, en La Habana, se encargó de difundir la primera novela de Reynaldo Lugo, «Palmeras de sangre», que aborda el tema de la mafia en Cuba en los años 50.

Entre las escritoras, la lista incluye a Marilyn Bobes, con su libro de cuentos «Alguien tiene que llorar», premio Casa de las Américas 1995, editado en Colombia e Italia.

Con sobriedad e ironía, Bobes se adentra a través de los relatos que componen «Alguien tiene que llorar» en el protagonismo femenino de la sociedad cubana actual, desde la complejidad de las relaciones humanas y evitando juicios moralizantes.

La joven Ena Lucía Portela, ganadora del premio de cuento Juan Rulfo de 1999, publicó en España «El pájaro: pincel y tinta china».

También se han editado varias antologías de mujeres en Cuba, dos de ellas preparadas por la también narradora Mirta Yañez: «Cubanas», editada en Estados Unidos, y «Habaneras», en España.

A su vez, la editorial española Tusquets reclutó a varios autores cubanos, entre ellos Abilio Estévez, quien publicó su novela «Tuyo es el reino» y el libro de relatos «El horizonte y otros regresos».

Entre los autores más jóvenes que encontraron la posibilidad de dar a conocer su obra fuera de Cuba figura Amir Valle, quien publicó dos libros de testimonio y la novela «Las puertas de la noche», en la editorial española Malamba.

También creadores como Alberto Guerra, David Mitrani, Alexis Díaz Pimienta, Yoss, Atilio Caballero y Pedro de Jesús, todos residentes en Cuba, han visto aparecer sus textos en diferentes países, fundamentalmente de Europa. (FIN/IPS/pg/mj/cr/01

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