UCRANIA-RUSIA: Chernobyl cerró, secuelas continúan

Un ingeniero de la estación de Chernobyl presionó un botón hoy y apagó para siempre el último reactor de la planta de Ucrania que protagonizó hace 14 años el peor desastre nuclear de la historia.

El cierre se produjo luego de que el presidente ucraniano Leonid Kuchma acordara la ayuda financiera de Occidente para construir nuevos reactores que compensen la pérdida de Chernobyl.

La ceremonia de clausura tuvo lugar en el Palacio Nacional de Kiev, 100 kilómetros al sur de Chernobyl, pero fue transmitida en directo por los medios de comunicación desde la planta nuclear.

Kuchma aseguró a los 6.000 trabajadores de Chernobyl que no quedarán desamparados y que hallarán trabajo en otras plantas rusas.

El jueves, cuando Kuchma llevó a dignatarios extranjeros, incluso al primer ministro ruso Mijaíl Kasyanov, a conocer la planta, una concentración de obreros se manifestó contra el cierre.

El cuarto reactor nuclear de Chernobyl explotó el 26 de abril de 1986 y envió una nube radiactiva sobre Europa que contaminó grandes zonas de Belarús, Rusia y Ucrania. El primero de los cuatro reactores enfriados con grafito se concluyó en 1977 y fue clausurado en noviembre de 1997.

El reactor número dos no funcionaba desde que se quemó en 1991. Chernobyl está rodeada ahora por una zona de acceso prohibido de 30 kilómetros a la redonda.

Las autoridades de Rusia y Ucrania siguen lidiando con los problemas que causó Chernobyl a las víctimas de la radiactividad.

Las enfermedades derivadas de la radiactividad aumentan, y los casos de cáncer a la tiroides se multiplicaron por 10 desde 1986, según el Ministerio de Salud Pública ucraniano.

Las autoridades calculan que más de tres millones de los 50 millones de habitantes de Ucrania, incluso un millón de niños, fueron perjudicados por el desastre de Chernobyl.

Muchos rusos, sobre todo entre los 200.000 que ayudaron a contener el desastre, también fueron afectados. Unos 40.000 están discapacitados y más de 10.000 murieron, según el Fondo Sindical de Chernobyl.

Cerca de 56.000 kilómetros cuadrados de territorio ruso, con tres millones de habitantes, fue contaminado con cesio 137.

La planta sigue siendo un peligro ya que el bloque de cemento y acero, llamado «sarcófago», que encierra al reactor número 4 está en mal estado y podría abrirse, liberando cientos de toneladas de polvo altamente radiactivo, aseguraron empleados de Chernobyl.

El «sarcófago» contiene 400.000 metros cúbicos de cemento y 7.000 toneladas de acero. De los 4.000 obreros que lo construyeron, sólo 1.000 siguen vivos y todos están discapacitados.

Los diseñadores tenían la opción de construir una estructura totalmente autónoma o utilizar los elementos restantes del edificio destruido. La primera opción exigía demasiado tiempo y dinero, por lo cual se decidió utilizar el muro del reactor viejo.

Los técnicos temen que la estructura dilapidada del «sarcófago» colapse y libere dos toneladas de polvo radiactivo a la atmósfera.

El reactor número 4 contenía 200 toneladas de combustible nuclear, de las cuales se liberaron a la atmósfera unas 10 toneladas. Ahora, la construcción planeada del «sarcófago 2» tendría un costo estimado de miles de millones de dólares.

El tercer reactor proporcionaba cinco por ciento de la electricidad que consume Ucrania. A cambio del cierre, el gobierno ucraniano exige 1.200 millones de dólares para financiar la construcción de dos reactores en las plantas atómicas de Rivne y Khmelnytsky, en el oeste del país.

En diciembre, la Unión Europea autorizó 585 millones de dólares para ayudar a Ucrania a construir nuevos reactores. No obstante, el parlamento ucraniano autorizó el jueves una resolución que exhortaba al gobierno a aplazar el cierre al menos hasta abril.

Kuchma no hizo caso al pedido, al que calificó de «juegos políticos».

A pesar de la visita de Kasyanov, Rusia y Ucrania discrepan sobre el cierre de Chernobyl. El ministro de energía atómica ruso, Yevgeny Adamov, se negó a asistir a la ceremonia de clausura en protesta por esta «decisión política».

El segundo de Adamov, Bulat Nigmatullin, declaró a la televisión rusa el viernes que el cierre de Chernobyl provocará un «daño económico considerable» a Ucrania.

Para sustituir al reactor número 3, que tenía 15 años más de vida útil, Ucrania deberá quemar 200 millones de dólares en gas natural por año, según Nigmatullin.

Ucrania importa el gas natural desde Rusia, a la cual debe 700 millones de dólares por ese concepto.

Moscú criticó en reiteradas ocasiones a Kiev por la deuda y acusó abiertamente al ex estado soviético de desviar ilegalmente gas ruso transportado al resto de Europa vía Ucrania.

Rusia incluso planifica la construcción de un nuevo gasoducto que no pase por Ucrania. Moscú teme que el cierre de Chernobyl aumente el desvío ilegal de gas hacia Ucrania, sostienen analistas. (FIN/IPS/tra-en/sb/sm/aq/en-he/00

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe