Agustín Lara es el protagonista de una nueva novela del costarricense José León Sánchez, quien narra la vida de bohemio, opulencias y miserias y las noches de frenética creación del músico mexicano que hizo famoso el bolero en América Latina.
La editorial mexicana Televisa y la española Grijalbo Mondadori difundirán este trabajo que le tomó tres años de investigación a Sánchez.
La novela titulada «Mujer… aún la noche es joven» se distribuirá a fines de este mes en México, junto con un disco que incluye parte de las mejores canciones escritas por Lara, nacido en 1900 y de cuya muerte el 6 de este mes se cumplieron 30 años.
Sánchez, conocido internacionalmente por las obras «Tenochtitlán» y «La isla de los hombres solos», comentó a IPS que su nuevo trabajo es en homenaje a un «genio de la música latinoamericana».
«Es una novela erótica sobre un hombre extraordinario, que siempre estuvo más allá del bien y del mal», explicó.
El libro es una ficción que se apega a datos históricos y se sustenta en documentos, entrevistas, viajes y análisis de las 477 canciones que registró a su nombre el también llamado «Flaco de oro de la música», aunque en realidad aseguran que escribió miles.
La historia, que se extiende a lo largo de 520 páginas, se inicia con una conversación ficticia que el autor sostiene con el músico mexicano, a quien le pide permiso para escribir un libro sobre su vida.
A partir de ese momento comienza una narración de imágenes oníricas sobre una figura que, a juicio de los críticos, fue el primero en combinar la música popular de América Latina con elementos del arte clásico.
«Su vida es increíble. Vivió como millonario, gastó dinero en muchas mujeres y luego casi muere en la pobreza extrema», recordó Sánchez.
El manuscrito definitivo de «Mujer… aún la noche es joven», que quedó concluido hace algunas semanas, será presentado en abril en España, con ocasión de la feria del libro de Madrid.
Sánchez cuenta en su libro que Lara se casó 11 veces, dos de ellas en forma legal y las nueve restantes sin divorciarse previamente, por lo cual el prosista llama a esas uniones matrimonios ficticios.
La vida del notable compositor mexicano, nacido en una familia adinerada, fue un péndulo entre el lujo y la pobreza, los prostíbulos y el «glamour» del cine, el juego y el romanticismo, y entre los desconocidos y las grandes estrellas de la cultura latinoamericana.
Desgarbado, apostador, mujeriego, inspirado y dadivoso con las mujeres, Lara comenzó como un tímido pianista de sitios de mala muerte a quien no le daban propinas porque tocaba de espaldas al público, para esconder la cicatriz que le partía su cara morena.
Pero con los años dejó atrás el anonimato y se convirtió en el compositor favorito de estrellas de la música como Toña La Negra y Pedro Vargas. Se forjó así como un «dandi» que conquistó a las mujeres más bellas de su época.
Lara, de la mano de un empresario mexicano de la radio, Emilio Azcárraga Vidaurreta, se hizo muy popular en su país gracias al programa «La hora íntima», en la que difundió por años la cultura del bolero.
«Esta novela narra la barbarie que sucede con los grandes compositores de música», añadió Sánchez.
El libro denuncia cómo, por cada centavo que Lara recibía por sus creaciones, otros intérpretes percibían 100 dólares por cantar esas mismas obras.
La narración se sumerge en recuerdos y se inmiscuye en la psicología de las canciones que se convirtieron en éxitos en América Latina y otras partes del mundo, como «Solamente una vez», «Granada», «María Bonita», «Mujer» y «Rosa».
«Agustín Lara fue el más selecto de los compositores de su época, porque sus canciones estuvieron en la frontera de lo popular y la música culta», señaló a IPS Alberto Zúñiga, investigador y crítico de música costarricense.
El compositor mexicano, quien también cantó él mismo muchas de sus canciones, nunca estuvo entre las mejores voces de México, pero su particular estilo impulsó a muchos cantantes a la fama.
Zúñiga explicó que el éxito de Lara está en el contenido emotivo de sus letras, y su influencia todavía es evidente, pues «en el comportamiento desértico de la música actual los viejos compositores son todo un oasis».
La novela de Sánchez sostiene que el compositor nació en Tlacopalpan, en Veracruz, y choca con una creencia extendida de que Lara había nacido en el Sagrario, un barrio de Coyoacán, en la capital mexicana.
En esta narración se destaca la fertilidad creativa del músico, quien llegó a componer en su mejor época productiva de 1935 a 1945 hasta tres boleros por semana, la mayoría de los cuales se convirtieron en grandes éxitos en América Latina.
«Agustín Lara era una increíble fábrica de canciones», precisó Sánchez. (FIN/IPS/nms/dm/cr/00
