SALUD: Un área prioritaria para Italia en los países del Sur

El área de salud constituye una de las prioridades de la política de cooperación de Italia, a la cual destinó en 1999 más de 350 millones de dólares en cerca de 90 proyectos en 44 países.

Italia se ha puesto como objetivo "salud para todos en el siglo XXI", apoyando los sistemas nacionales y los procesos de descentralización que llevan adelante los gobiernos de los países en desarrollo.

Ha dejado de lado los proyectos individuales y apoya las políticas nacionales y los planes de inversión de los diversos países donantes.

Italia colabora con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la definición de políticas y estrategias de acción en Africa, Asia, América Latina y los países del este europeo, y participa en la campaña de la OMS de erradicación de la poliomielitis en los países africanos y en India para el 2000.

También impulsa el control del sida y otras enfermedades que por difusión y gravedad constituyen una fuerte carga social y económica.

Asimismo, colabora con iniciativas contra el aumento de la tuberculosis, que se ha hecho más peligrosa por la asociación con el sida, en Uganda, Etiopía, Eritrea, Pakistán y Filipinas, según las estrategias definidas por la OMS.

El año pasado inició un programa regional de lucha contra el sida en Ruanda, Burundi y Uganda, con la contribución de la OMS y de las organizaciones no gubernamentales (ONG) italianas y locales, que prevé acciones de prevención, cura, investigación y apoyo a la población afectada.

Actúa en varios países africanos, como Burkina Faso, Madagascar, Etiopía, Eritrea y Tanzania, en la lucha contra la malaria, responsable de la muerte de millones de niños cada año.

También lleva a cabo numerosas iniciativas sobre las consecuencias sanitarias y sociales provocadas por la violencia en Bosnia Herzegovina, Ruanda y Tajikistán.

La discapacidad, tanto física como mental, es objeto de intervenciones específicas en Mozambique, Uganda e India.

En Etiopía, en el último año llevó a cabo una articulada intervención sectorial, proponiendo por primera vez la posibilidad de contribuir directamente, junto a otros donantes y con comunes mecanismos de control, al financiamiento del presupuesto de la política sanitaria del país.

También lo hizo en Palestina, donde coordinó el trabajo internacional sobre la planificación sanitaria y la asistencia técnica del Ministerio de Salud, en Líbano, Eritrea, Angola, Swazilandia, Zimbabwe y Uganda.

En el ámbito de la descentralización y el apoyo a los sistemas sanitarios locales, en 1999 se realizaron varias intervenciones en los países en desarrollo, con particular atención hacia los grupos sociales más vulnerables.

Este tipo de iniciativas se realizó en Africa (Angola, Camerún, Egipto, Etiopía, Gambia, Jibuti, Mozambique Ruanda, Uganda, Zimbabwe), en América Latina (Bolivia) y en el Caribe (Jamaica).

En Filipinas llevó a cabo programas para reforzar los servicios de emergencia infantil de Manila, y en China de los sistemas de urgencia en áreas urbanas.

Luigi Segezzo, presidente del no gubernamental del Grupo Voluntario Civil (GVC), sostuvo que la cooperación italiana en el pasado se dirigió equivocadamente a grandes construcciones de hospitales, en lugar de ocuparse de la medicina de base y de prevención.

Segezzo dijo que había sido un fracaso la consigna "Salud para todos en el año 2000", porque se ha llegado al 2000 y "la salud no es para todos", aunque ha existido un cuadro general negativo en muchos países, producto de numerosos conflictos.

La "cooperación italiana habría hecho mucho más, sobre todo podría haber sido más atenta a las exigencias de la gente de los países en desarrollo", afirmó el presidente dirigente de GVC, una ONG que tiene a su cargo proyectos de salud en América Latina, Africa, Asia, Medio Oriente y en los Balcanes.

Segezzo respaldó la decisión de Italia de apoyar las políticas sanitarias nacionales, "siempre y cuando ésta se base en la prevención de la salud de la población y no sólo en la construcción de grandes estructuras, tendencia que existe en muchos países pobres porque son más visibles y se pueden transformar incluso en centros de poder". (FIN/IPS/jp/ag/he dv/00

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