ESPAÑA: Depender o no de González es el dilema socialista

El opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE) resolverá del 21 al 23 de este mes si permite que el ex presidente Felipe González mantenga control de su aparato partidario y sus decisiones, o se renueva en lo político y lo organizativo.

En esas fechas el PSOE celebrará un congreso general cuyo objetivo fundamental será elegir un secretario general e integrantes de una Comisión Ejecutiva, para reemplazar a quienes renunciaron luego de que el partido perdió las elecciones generales del 12 de marzo.

Para la secretaría general se han presentado cuatro candidatos: José Bono, presidente del gobierno de la comunidad autónoma central de Castilla-La Mancha, y los diputados José Luis Rodríguez Zapatero, Matilde Fernández y Rosa Díez.

Según opiniones de dirigentes regionales y provinciales, expresadas tras la elección de los 998 delegados al congreso, no es claro que alguno de los cuatro pueda lograr la mitad más uno de los votos, pero quienes tienen mayor probabilidad de ser elegidos son Bono y Rodríguez Zapatero.

Bono tiene en su favor una trayectoria durante la cual ganó cinco veces seguidas las elecciones en su comunidad autónoma, y 20 veinte años de gobierno sin que estallaran casos de corrupción en Castilla-La Mancha.

Además, no vaciló en enfrentarse al gobierno nacional de González para defender los intereses de su región.

Ahora, en vísperas del congreso partidario, ha dejado trascender, mediante sus colaboradores más inmediatos, que no aceptará que González siga manejando al PSOE tras bambalinas.

El alcalde de la ciudad gallega de La Coruña, Francisco Vázquez, quien es uno de los socialistas con más prestigio, dijo al diario madrileño El Mundo que "González, a través de Carlos Solchaga y su grupo, quiere limitar a Bono, porque tiene miedo de que sea secretario general".

González y Solchaga, su ex ministro de Economía, comparten actividades de apoyo al desarrollo de negocios entre España y América Latina. Es clara la opción de ambos por Rodríguez Zapatero, que éste hace pública con la propuesta de que González sea designado presidente del partido.

Dirigentes de varias tendencias sostienen que al joven Rodríguez Zapatero le faltan carácter y fuerza partidaria para liberarse de la dependencia de González y el aparato partidario.

Cuando el PSOE debió elegir un candidato para enfrentar al actual presidente del gobierno, el centroderechista José María Aznar, en las elecciones del 12 de marzo, convocó a una elección interna a la cual se presentaron el entonces secretario general, Joaquín Almunia y el ex ministro José Borrell.

En el cierre del anterior congreso, González anunció de manera sorpresiva que no se presentaría a la reelección para el cargo de secretario general, e impuso a Almunia para ese cargo. Después lo apoyó en la elección interna, hasta el extremo de hablar en el acto público de cierre de su campaña.

El aparato partidario del PSOE apoyó entonces a Almunia, pero el ganador de la interna fue Borrell, cuya candidatura duró poco tiempo, saboteada por el aparato y por González.

Borrell renunció y Almunia fue el candidato que se enfrentó a Aznar, para sufrir una aplastante derrota que, a su vez, provocó su renuncia a la secretaría general. Los demás integrantes de la Comisión Ejecutiva también renunicaron en esa ocasión, y eso abrió el proceso que culminará el domingo 23 en el congrespo

Entre los aspirantes a la secretaría general, la única que presentó un programa político es Fernández, quien cuenta, según se asegura, con el voto de entre 20 y 25 por ciento de los delegados, por encima de Rosa Díez pero por debajo de los otros dos.

Apoya a Fernández otra de las personalidades fuertes del PSOE, el presidente de la comunidad autónoma sudoccidental de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien afirmó que los demás candidatos "hacen una operación periodística, de marketing e imagen", sin comprometerse con programas o posiciones políticas.

Las dudas persistirán por lo menos hasta el primer día del Congreso, cuando los delegados definan normas para las votaciones y decidan, entre otras cosas, si bastará obtener mayoría relativa para ganar la secretaría general, o habrá una segunda vuelta en el caso de que ninguno logre la mitad más uno de los votos.

El "felipismo" desea que haya un acuerdo previo entre los candidatos, y esa posición fue expresada por Manuel Chávez, presidente de la Comisión Gestora que organiza el Congreso y de la comunidad autónoma meridional de Andalucía.

Sin embargo, Bono y Fernández rechazan un arreglo previo entre las candidaturas, por entender que eso sería ceder a las pretensiones del aparato partidario y seguir después con una situación similar a la actual.

Todo indica que las posiciones se polarizarán entre Bono y Rodríguez Zapatero, y que si no hay definición clara inicial a favor de uno de ellos, habrá una segunda instancia de votación. En ese caso se abrirían las puertas para un acuerdo entre Bono y Fernández y el PSOE iniciaría su renovación.

Si, por el contrario, Rodríguez Zapatero se impusiera, no habría grandes cambios en la política, en la estructura partidaria ni en la participación de los afiliados en la dirección de su partido. (FIN/IPS/td/mp/ip/00)

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