Los programas de testimonio especializados en difundir la cruda e íntima realidad de las personas son un buen negocio para los canales de televisión de Venezuela, pero generan dudas sobre su integridad y el efecto que producen cuando son difundidos en horario infantil.
Los relatos de agresiones, infidelidades, depravaciones, traiciones, venganzas y pasiones cotidianas competían en el horario de la tarde con los espacios dedicados a los niños hasta hace un mes, cuando se desató un debate sobre la naturaleza y las consecuencias de los también llamados "talk show".
Un reportaje publicado por el diario El Nacional, de Caracas, reveló la historia de dos personas que habían dado testimonio de una dolorosa realidad, pero que no era verdad. Una de ellas dijo que le habían dado un guión y la otra confesó al periodista que había simulado.
Los dos reconocieron ser actores y cometieron el error de aparecer en programas distintos con identidades diferentes. La revelación apareció como una sombra sobre el floreciente negocio de los programas de testimonio que proliferan en las empresas de televisión venezolanas.
Espacios como "Confesiones desde el diván", "Sala de parejas", "Cuenta conmigo" o "Justicia para todos" se han convertido en verdaderos imanes de audiencia. En ellos, abogados, sexólogos, sicólogos y siquiatras orientan esas conversaciones, que por lo general exploran profundas intimidades.
Esos programas suelen explotar dramas humanos y algunos de ellos basan gran parte de su éxito en la presentación de conflictos en plena pantalla.
Todos están bañados de un aura de aparente realidad, y los fieles telespectadores no tienen mayores dudas sobre su veracidad.
Las evidencias sobre casos fabricados generaron una revisión sobre el papel que cumplen y el impacto en la sociedad de este tipo de espectáculos que, además, gran parte de ellos se transmiten en horario para niños, pese a los escabrosos temas que tratan.
El más comentado de esos programas es un producto importado de Perú. Se trata de "Laura en América", conducido por la abogada Laura Bozzo, en el que los conflictos suelen contaminar el escenario, a veces con golpes, agarradas de pelos e insultos de grueso calibre.
Una historia típica fue la de dos hermanas peleándose a gritos y en medio de llantos por el mismo hombre, mientras recibían insultos del público, difundida a media tarde, cuando muchos niños retornaban de la escuela.
El debate provocó la intervención de las autoridades. El ministro de Educación y Cultura, Héctor Navarro, exhortó a las empresas de televisión a adecuar los horarios, y destacó que el gobierno podría ejercer su función reguladora para proteger a los niños.
El Consejo Nacional de los Derechos del Niño y del Adolescente exigió a esos canales que cumplieran la ley sobre programación adecuada para niños, y planteó que los programas de testimonios afectan "el buen desarrollo psicosocial y fomentan antivalores en la familia y en los modelos de crianza y educación".
Este organismo estatal destacó que los niños y niñas tienen derecho a una información acorde con su desarrollo.
Por su parte, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) envió un mensaje a las empresas de televisión para que las historias de la vida real de los "talk show" fueran trasladadas a un horario para adultos en las noches.
"Laura en América" emigró a mediados de junio desde el horario infantil hacia el de las 11 de la noche, donde compite con otros programas de conversaciones, aunque no de corte testimonial.
La propia Bozzo llegó a Venezuela en medio de la polémica para defender el estilo de su programa, asegurando que está diseñado "en beneficio de gente humilde que no tiene acceso a la justicia". También dijo que en las calles de Caracas hay más violencia que en su programa.
La abogada peruana planteó que el programa está vinculado a una asociación llamada "Solidaridad Familia", mediante la cual ha cooperado en la solución de 9.000 conflictos entre personas.
Bozzo aseguró en Caracas que "la agresividad está en todos lados".
"No creo en una televisión que deba ocultar, que deba evadir… Si morbo es ver la realidad, lo que pasa a diario, entonces mi programa es morboso", añadió.
Otro programa que cambió de horario para pasar al de adultos fue "Justicia para todos", que en la actualidad es uno de los más exitosos de la televisión venezolana.
Conducido por el abogado Julio Borges, escenifica una especie de juicios orales entre partes en conflicto.
Borges, quien maneja el programa con martillo de juez en la mano, ha sostenido que su programa no debería ser igualado a los "talk show" testimoniales, porque busca soluciones en vez de conflictos. (FIN/IPS/lc/dm/cr/00