El estudio de las últimas ruinas harapanas descubiertas en el norte de India podría demostrar que esa civilización desapareció a causa de una histórica depresión comercial y no, como se creía, por los saqueos de jinetes arios.
Los descubrimientos en junio en el distrito de Muzaffarnagar, en el estado de Uttar Pradesh, aporta nuevas claves al misterio de este pueblo, que construyó las primeras ciudades planificadas del mundo y dejó escritos hasta ahora indescifrables.
La teoría de la invasión aria, planteada por arqueólogos británicos que a comienzos del siglo XX excavaron el valle del río Indo, en India noroccidental, no fue cuestionada durante décadas. Pero los últimos hallazgos la ponen en cuestión.
Los arios no hicieron su aparición en India hasta el 1500 antes de Cristo, y cuando llegaron allí debieron atravesar, con seguridad, las abandonadas ciudadelas harapanas.
Los escritos que hallaron en las urbes vacías fueron tan ininteligibles para ellos como para quienes las excavaron miles de años después.
Expertos como el estadounidense David Frawley afirman que los británicos plantearon la teoría de las invasiones arias, entre otras razones políticas, para dividir los indios entre el norte ario y el sur dravidiano en la época colonial.
Además, daba a la Corona Británica la excusa para colonizar, pues argumentaban que no hacían otra cosa que lo que hicieron milenios atrás los arios, ancestros de los actuales hindúes.
Frawley afirma que, de acuerdo con la teoría británica, la cultura védica quedaba limitada a una derivación de las de Medio Oriente, rezagada respecto de las religiones judeo-cristianas.
La población de Harapan, primera ciudad descubierta que perteneció a la civilización del valle del Indo, parece haber sufrido una lenta decadencia debido a la creciente aridez de sus tierras de cultivo y a la pérdida del floreciente comercio con la Mesopotamia, según el arqueólogo indio Ravinder Singh Bisht.
Bisht, un alto funcionario de la Archeological Survey of India (ASI) con décadas de experiencia en excavaciones de ruinas harapanas, confía que Muzaffarnagar termine con muchos mitos que han rodeado la civilización del valle del Indo desde que Harapan y Mohenjo Daro fueron descubiertas por sir John Marshall en 1920.
Las ruinas harapanas, 1.000 kilómetros al este de Mohenjo Daro, hoy en territorio paquistaní, no brindan la menor evidencia de que los invasores arios provocaran la caída de la civilización del valle y empujaran a sus supuestos constructores dravidianos hacia el este y sur de la península india.
Para Bisht, el descubrimiento de Muzarffagar muestra la marcha hacia el este de los habitantes del valle del Indo en su búsqueda de tierras de cultivo y oportunidaddes de comercio para sus productos, incluyendo joyas de oro y plata, estatuillas y vasijas.
Ahora, ASI y funcionarios locales tratan de persuadir a los campesinos de Muzaffarnagar de devolver parte del oro y la plata de los harapanos que se llevaron cuando uno de ellos encontró ruinas en sus campos.
"Semejante colección de joyas, que datan del 2000 antes de Cristo, no ha sido encontrada en ninguna otra ruina harapana", apuntó Komal Anand, director general de ASI. En la excavación salieron a la luz 10 kilogramos de joyas en oro, plata, ágatas y ónix.
También fue importante para los arqueólogos el hallazgo de ladrillos cosidos, vasijas coloreadas de ocre con motivos en negro, vasos, vajilla de varios tamaños y formas, y jarros, que son lo mejor de los artefactos harapanos.
Harapan y Mohenjo Daro ganaron fama mundial al ser descubiertas y excavadas por británicos. Otros lugares igual de importantes fueron hallados tras la partida de los gobernantes coloniales del subcontinente en 1947.
Eso incluyó a Rakhigarhi, en el estado septentrional de a Haryana, Dholavira y Lothal, en el estado costero occidental de Gujarat, y a Ganeriwala, en la provincia paquistaní de Punjab.
En realidad, el término "civilización del valle del Indo" no es errónea dada su creciente extensión geográfica, que ya abarca 1.500 kilómetros desde Sutkagen Dor, cerca de la frontera paquistaní con Irán hasta Musaffarnagar.
Existen cerca de 1.400 lugares arqueológicos indus, incluyendo uno tan al sur como Daimabad, cerca de Mumbai (ex Bombay), en el estado suroccidental de Maharashtra, y otro en el norte de Afganistán. Todos ellos muestran señales inequívocas de haber sido centros comerciales florecientes.
Los harapanos usaron el mismo tamaño de ladrillos dondequiera que fueron para sus ciudadelas y fortificaciones. Antiguos textos mesopotámicos hablan de un comercio floreciente en oro, marfil, cobre y madera con dos colonias indias en Makkan y Meluha, al menos, que datan del tercer milenio antes de nuestra era.
Una cantidad de objetos del valle del Indo han sido encontrados en tumbas mesopotámicas y algunos, que datan del 2400 antes de Cristo, fueron recobrados en Tel Asmar, en territorio iraquí.
El famoso busto en piedra calcárea de un barbudo sacerdote, recobrado en Mohenjo Daro, pertenecería al arte sumerio o a su inspiración.
Excavaciones en Lothal, una ciudad portuaria del valle del Indo en la costa de Gujarat, dieron como resultado el descubrimiento de un muelle de ladrillos de 400 metros que, al parecer, fue el centro de entrada y salida del comercio de la Mesopotamia.
Los numerosos sellos encontrados en Lothal habrían sido usados para marcar las mercaderías de exportación e importación que pasaban a través del macizo muelle, junto a una bodega de almacenamiento de 64 divisiones.
Segun Bisht, todos esos elementos prueban que los harapanos construyeron un gran imperio comercial que se derrumbó por su propio peso, cuando los lazos con Mesopotamia se cortaron en el 2000 antes de Cristo, cuando la región fue atacada por tribus arias como los casetos, los hititas y los mitenos.
Muchas excavaciones anteriores de la cultura del valle del Indo dieron cuenta de que las tribus arias tambien invadieron India y destruyeron las ciudades harapanas, si bien muchas pruebas arqueológicas se han perdido. Textos arios-vedantas muestra desdén por la vida urbana. (FIN/IPS/tra-eng/rdr/mu/ego/ce/00).