Las elecciones municipales en Montenegro, una de las dos repúblicas de Yugoslavia, resultaron en un empate para el presidente Milo Djukanovic y las fuerzas opositoras aliadas al mandatario yugoslavo Slobodan Milosevic, según analistas políticos.
Los comicios, celebrados el domingo en la capital montenegrina, Podgorica, y en el centro turístico de Herceg Novi, se consideraron una prueba para el reformista Djukanovic.
El presidente de 38 años de edad, quien asumió el cargo en 1998, no obtuvo el apoyo que esperaba, comentaron analistas.
El resultado es una "fuerte señal que Djukanovic debe tomar en cuenta: el sentir de los votantes a favor de la independencia no es tan visible como pensaba", opinó Ilija Vujacic, del Centro de Ciencia Política de Belgrado.
"Las elecciones locales en Podgorica y Herceg Novi terminaron en un empate", dijo Srdjan Darmanovic, analista política del Centro de Podgorica para la Democratización.
"En Montenegro no ocurrió nada espectacular, así que ambas partes (pro y anti Milosevic), pueden decir que ganaron. Djukanovic ganó la capital, pero sus adversarios ganaron en el importante centro turístico de Herceg Novi", agregó Darmanovic.
La coalición de Djukanovic, "Para Vivir Mejor", que gobierna la pequeña república de Montenegro, ganó 28 de los 54 bancas en el concejo de la capital, declaró la Comisión Electoral Municipal el lunes.
A la vez, los aliados de Milosevic, la coalición Yugoslavia- Momir Bulatovic, obtuvieron una victoria abrumadora en Herceg Novi, con 19 de las 35 bancas en el gobierno municipal.
Más de 112.000 electores en Podgorica y 22.000 en Herceg Novi acudieron a votar, un tercio del electorado de Montenegro que, con 650.000 habitantes, integra la República Federal de Yugoslavia, junto con Serbia, que tiene una población de 7,5 millones.
Montenegrinos y serbios comparten la misma religión ortodoxa e historia y muchos de ellos no distinguen la diferencia entre los dos países. Montenegro limita con Croacia y Bosnia, y Djukanovic procura restablecer las buenas relaciones con ambas.
Con Djukanovic, Montenegro abandona lentamente la órbita de Belgrado y se alejó de la política contra Occidente que esgrime Milosevic.
Montenegro, que desarrolló una fuerte cooperación con Occidente, adoptó una economía de mercado y una política de reconciliación con los países vecinos de la antigua federación yugoslava que se disolvió en las guerras de principios de la década de 1990.
Djukanovic prometió un referéndum sobre la independencia de Montenegro en el futuro próximo, si el estatudo de Serbia, como estado paria, hace que la democratización y el desarrollo económico de su república sea imposible dentro de Yugoslavia.
"Las elecciones municipales en Podgorica y Herceg Novi se pueden ver como una especie de pequeño referéndum dirigido a probar lo que Djukanovic hizo y prometió desde 1998", dijo Vujacic.
"El resultado reveló que persiste la división del cuerpo electoral, como en las elecciones parlamentarias y presidenciales de hace dos años", agregó.
El Partido Democrático de Socialistas, de Djukanovic, el pilar de la coalición "Para Vivir Mejor", y el propio Djukanovic, ganaron por pocos cientos de votos de diferencia en esas elecciones.
Sus principales competidores fueron el mismo grupo apoyado por Belgrado, el Partido Popular Socialista, y su líder Momir Bulatovic.
Durante meses, el ejército yugoslavo, fiel a Milosevic, advirtió que impedirá "toda secesión en Montenegro".
Los colaboradores más cercanos de Milosevic no dudan en acusar a Montenegro de ser un "lacayo de Occidente" que vendió "sus intereses nacionales a cambio de dinero occidental".
Funcionarios de Occidente advirtieron en reiteradas ocasiones a Milosevic, procesado por crímenes de guerra en Kosovo, que se abstenga de todo intento de derrocar a la dirigencia montenegrina.
El comandante del ejército yugoslavo, el general Nebojsa Pavkovic, dijo el sábado que el ejército "no permitirá que se repita el escenario de la antigua Yugoslavia.
"Las fuerzas destructivas en nuestro país, ayudadas por el factor extranjero, intentan romper su unidad… fuerzas separatistas intentan desestabilizar las relaciones entre nuestras dos repúblicas (Serbia y Montenegro)", declaró Pavkovic en una manifestación por el aniversario del fin de los bombardeos contra Yugoslavia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
"No se debe idealizar la situación en Montenegro", dijo Ljiljana Bacevic, investigadora del Instituto de Ciencias Sociales, de Belgrado.
"Los montenegrinos que votaron por Djukanovic apoyan su oposición al régimen de Belgrado. Esa es sólo una pantalla. Una vez que se estabilice la situación en Serbia, si hipotéticamente la oposición llega al poder, la gente de Montenegro tendrá que pensar sobre la verdadera situación económica en la que viven. Y esa será la verdadera prueba para Djukanovic", dijo a IPS.
A pesar de todas sus promesas, Djukanovic no logró atraer a muchos inversores a la pequeña república. Cuando comenzó el proceso de privatización hace dos años, miles de montenegrinos perdieron sus empleos.
Las estadísticas oficiales indican que hay 114.000 desempleados en Montenegro, 25 por ciento de la población trabajadora. Pero economistas independientes calculan que la cifra en realidad es de 40 por ciento y que más de 100.000 personas perdieron sus empleos con las privatizaciones.
La economía montenegrina está paralizada, con excepción del turismo, algunas cervecerías y pequeñas fábricas. La ayuda extranjera permite a Djukanovic mantener la paz social pagando los salarios a los empleados públicos y las pensiones a los jubilados, según los críticos. (FIN/IPS/tra-en/vpz/sm/aq/ip/00